Una Roma de cine
La Ciudad Eterna también es una ciudad de cine. Del paseo en Vespa de Gregory Peck y Audrey Hepburn al baño en la Fontana di Trevi de Anita Ekberg y Marcello Mastroianni, Roma ha devenido escenario de algunas de las secuencias más iconográficas de la historia del séptimo arte. Recorremos la capital italiana en clave de celuloide recordando las mejores películas que han tenido en Roma una de sus más bellas protagonistas.
A Roma con amor(Woody Allen, 2012)
Woody Allen siempre será destacado como uno de los cineastas que mejor ha captado la esencia de Nueva York. Sin embargo, en los últimos años el imprescindible director norteamericano ha emprendido un peregrinaje que le ha llevado a filmar en Londres, Barcelona, París y Roma. Despuntando como uno de los títulos más elogiados de sus periplo europeo, A Roma con amor tiene como epicentro Monti, barrio histórico que ha dejado atrás su mala fama para convertirse en una de las zonas más vivas de la ciudad. También capta la belleza de otros rincones como la Via dei Neofiti, la Piazza della Madonna dei Monti o la popular Bottega del Caffè.
El ladrón de bicicletas(Vittorio de Sica, 1948)
Incunable del neorrealismo italiano, estilo que, a través de historias de un costumbrismo sin maquillaje, durante la primera mitad del siglo XX brindó algunas de las mejores referencias en la historia del cine. Lamberto Maggiorani, un obrero de la construcción en paro y sin experiencia previa en el mundo de la interpretación, dio vida a Antonio Ricci, personaje al que en su primer día de trabajo enganchando carteles de cine le roban su bicicleta. En la persecución del ladrón, Lamberto recorrerá las calles de barriadas populares como Trastevere y Porta Portese.
La Dolce Vita (Federico Fellini, 1960)
Una de las cimas creativas de Federico Fellini y una de las películas que mejor retrata la personalidad de Roma, especialmente de aquella ciudad de la década de los 50 en la que se entremezclaban glamour y costumbrismo de posguerra. Marcello Mastroianni es Marcello Rubini, un paparazzo italiano que persigue allí donde va (especialmente en sus salidas nocturnas) a Sylvia, una mesmerizante Anita Ekberg en el papel de una gran estrella del cine. Aunque en La Dolce Vita aparecen la Plaza del Popolo, Via Veneto, Plaza Barberini… siempre será recordada por la escena en la Fontana di Trevi.
La gran belleza (Paolo Sorrentino, 2013)
Reconocida con un Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2014, La Gran Belleza de Paolo Sorrentino es La Dolce Vita del siglo XXI. Envuelta en una fascinante pátina surrealista, pocas veces Roma ha relucido tan exuberante en el celuloide. Imposible no enamorarse de la capital italiana a través de la mirada de Sorrentino de escenarios como la Plaza Navona, las Termas de Caracalla, Villa Medici, Palacio Colonna, el Coliseo, el Gianicolo, el Tempietto de Bramante o el Jardín de los Naranjos.
Noche en la Tierra (Jim Jarmusch, 1991)
Roberto Benigni es el excéntrico taxista que protagoniza el capítulo romano del quinto largometraje de Jim Jarmusch, Noche en la tierra. Colección de cinco historias con Los Ángeles, Nueva York, París, Helsinki y Roma como telón de fondo, en el episodio localizado en la Ciudad Eterna Benigni recoge de madrugada a un cura al que conduce por algunos de los pasajes más conocidos de la ciudad, como el Coliseo, mientras le hace hilarantes confesiones de su vida sexual.
Roma, ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945)
Otro título imprescindible del neorrealismo italiano de mediados del siglo XX. Inspirada en la historia real del sacerdote (Don) Giuseppe Morosini, torturado y asesinado por los nazis por ayudar a la resistencia partisana, Roma, ciudad abierta, rodada en el barrio de Prenestina el mismo año en que terminó la II Guerra Mundial, muestra sin disimulo las heridas físicas y morales que el conflicto dejó en las aceras de la Ciudad Eterna y en el ánimo de su gente. Y entre tanto dolor, una Anna Magnani pluscuamperfecta.
Querido diario (Nanni Moretti, 1993)
El Woody Allen transalpino firmó con Querido diario una de sus películas más aclamadas. Comedia de corte autobiográfico con apariencia de documental, recoge las vivencias del director a través de tres capítulos: En mi Vespa, Islas y Médicos. En el primer de ellos, Moretti se sube a su moto y se acerca a la cotidianidad de Roma durante el mes de agosto ofreciendo una mirada diferente de la capital italiana. Un momento inolvidable: Moretti bailando sobre su Vespa en marcha.
Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953)
Pero para recorridos iconográficos en Vespa por Roma, el de Gregory Peck y Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma. Un momento sublime de la historia del cine al que habría que añadir la escena de las escaleras de Trinità dei Monti o la secuencia en la Bocca della Verità. Ganadora de tres Oscar, fue la película que hizo de la capital italiana una ciudad de cine.
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Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS
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París Shakespeare y compañía
Cuando uno piensa en París, una de las primera imágenes que le vienen a la cabeza es la de un aspirante a gran literato, encerrado en una buhardilla, esperando a que la Diosa inspiración haga acto de presencia. La capital francesa es pura poesía y como tal, alberga algunas de las mejores librerías del mundo, como Shakespeare & Co. A continuación revivimos la fascinante historia de este local y recorremos los más selectos tenderos de literatura parisinos.
Shakespeare & Co
Sylvia Beach llevaba 20 años en París cuando decidió que a la capital francesa le faltaba un espacio donde los lectores pudieran encontrar obras en inglés. Era 1919 cuando Shakespeare & Co abrió sus puertas en la rue Dupuytren, para más tarde trasladarse a la rue de l'Odéon, cerca de Saint-Germain-des-Prés. La librería de Sylvia Beach, quien poco después se aventuraría con la edición de una de la novelas capitales de la literatura universal, el Ulises de James Joyce, se convirtió casi de inmediato en el punto de encuentro de los escritores anglosajones a su paso por París. Memorables debieron ser las tertulias que entre esas paredes protagonizaron figuras como Man Ray, Ezra Pound, Ernest Hemingway o Samuel Beckett, entre otros.
En 1941, durante la ocupación alemana, Sylvia Beach se negó a venderle a un oficial alemán el primer ejemplar de la novela de Joyce Finnegans Wake, acto de rebeldía por el que sería arrestada y encerrada en un campo de concentración. Fue liberada seis meses más tarde, pero ya no volvería a abrir la librería. En 1962 Sylvia Beach muere, y un año más tarde George Whitman, otro estadounidense, compraría su fondo de libros.
George Whitman tenía su propia librería, Le Mistral, poco más que un cajón rebosante de papel impreso situado en la calle Bûcherie esquina con Saint-Jacques, junto al Sena y frente a Notre Dame. Fascinado por la trayectoria vital de Sylvia Beach y en honor a su legado, cambió el nombre de su local para revivir la leyenda de Shakespeare & Co, la librería más famosa del mundo. Este espacio volcado a la literatura es conocido, entre muchísimas otras razones, por ceder gratuitamente a los escritores que aterrizan en París en busca de inspiración la buhardilla que hay en el piso superior de la tienda. A cambio, éstos deben de ayudar a apilar las novedades que van entrando y platicar y despachar con los clientes. Son infinidad - George Whitman calcula que ha cobijado a unos 40.000 escritores- los literatos que han pasado por aquel apartamento. Aspirantes anónimos y nombres que han acabado convirtiéndose en referentes capitales en el mundo de las letras. De entre nuestras figuras literarias destaca Terenci Moix, quien en su autobiografía dedicó algunos pasajes a George Whitman y a su estancia en Shakespeare & Co. (37 Rue de la Bûcherie)
Abbey Bookshop
Otra de las librerías más entrañables de París es Abbey Bookshop. A dos pasos de Shakespeare & Co y regentada por un canadiense de una cordialidad que va más allá de todo adjetivo elogiable posible, destaca por su interminable oferta en literatura anglosajona. (29 rue de la Parcheminerie)
Artazart
A orillas del bucólico canal Saint-Martin, Artazart es de visita obligada para todos los amantes del diseño. No solo encontrarán un impresionante abanico de libros y revistas sobre esta temática, sino que también algunos de los objetos de diseño más insólitos que se puedan adquirir en una tienda. (83 Quai de Valmy)
Assouline
The Most Sophisticated Books in the World (Los libros más sofisticados del mundo), este es el eslogan de la editorial Assouline. Con oficinas en Nueva York, Londres y París, su sede en el barrio de Saint Germain des Prés también alberga una boutique en la que adquirir sus publicaciones, si el bolsillo te permite. ( 35, rue Bonaparte)
Gibert Jeune
En la céntrica Place Saint-Michel, más que una tienda Gibert Jeune tiene distribuidos alrededor de la plaza diversos locales, cada uno de ellos dedicados a una temática concreta: literatura, historia, biografías, etc. Para dedicarle una tarde entera, ¡y hasta dos! (Place Saint-Michel)
L’Arnaqueur
Librería de viejo cuyo gran atractivo es su inabarcable colección de volúmenes dedicados al cine, la fotografía y el arte en general. Junto a los libros, un sinfín de carteles, acetatos, fotos promocionales. Una experiencia de película para el visitante. (13 Rue Gerbier)
L’ Écume des Pages
Una librería especialmente pensada para aquellos que no pueden irse a dormir sin antes leer un rato. En L’Écume des Pages no solo no te acabas su referencia de títulos, sino que cierra sus puertas a las doce de la noche, a excepción de los domingos, que descansan y echan el cerrojo a las 22h. (174 Bulevar Saint-Germain)
Ofr.
Libertad, moda, diseño, París, elegancia, clase, juventud, vibrante impulso cultural, elegancia… Estas son las palabras que utilizan desde Ofr. para describir su propuesta. Librería y galería de exposiciones centrada en el arte, el diseño y la moda; modernos, hipsters y resto de aves contemporáneas, ¡bienvenidos a vuestro gimnasio intelectual parisino! (20 rue Dupetit-Thouars)
Ulysse
Si París es solo vuestra primera escala en un largo viaje, no dejéis de pasar por Ulysse, una de las mejores librerías habidas ahí, aquí y en todas partes para trotamundos y resto de especies migratorias. (26 rue Saint-Louis en Île)
Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Dustin Gaffke, craigfinlay, Groume, Arnaud Malon, Luc Mercelis, Blowing Puffer Fish
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De ruta por Granada y Almería con Joe Strummer
Hace ya más de 10 años que Joe Strummer nos abandonó. Un artista conocido por su etapa punk en los míticos The Clash, pero que entre otras cosas era un enamorado de Lorca, Granada y la costa almeriense, donde durante sus últimos años pasó largas temporadas. Algo que quizás a mucho puede sorprenderles pero que los que le conocieron tomando ron pálido con cola en el mítico Silbar -en la calle Pedro Antonio de Alarcón de Granada- o indagaron en su discografía bien lo saben.
Fue en la casa okupa en la que vivía en Londres – a pesar de ser una figura mundialmente reconocida- conviviendo con un navarro y dos malagueñas, donde Strummer soltó en una ocasión que quería montar una ferretería en Andalucía. De ahí el nombre del documental de Antonio Jesús García y Javi Navarrete que cuenta como el cantante se refugió en Granada y Almería en busca del anonimato, y que dirigió Carlos Prats bajo el título “Quiero tener una ferretería en Andalucía“. En el documental explican todo tipo de anécdotas su viuda Lucinda Garland, el vocalista de la banda 091 José Antonio García, ‘Pitos’, el batería de su primera banda Richard Dudanski y Jem Finer, componente de The Pogues.
Otro de los documentales sobre su estancia en España lo narra “I Need a Dodge!” del director británico Nick Hall, que indaga sobre la localización del coche que tanto amaba y que dejó olvidado en un garaje de Madrid. Al comprar este Dodge, quiso acercárse hasta Víznar, la población a 8 kilómetros de Granada donde fusilaron a Federico García Lorca, con la loca idea de comprar una pala en una ferretería, localizar su tumba y desenterrarlo.
Y es que Joe tenía gran interés por la Guerra Civil española y por Federico García Lorca. De este modo escribió en su honor uno de los temas más emblemáticos de The Clash “Spanish Bombs”. En 1984 se instaló en Granada y pasó largos períodos de tiempo en las tierras del sur de España buscándose a sí mismo y buscando también desconexión. Diez años después de su muerte, la ciudad que amó le ha puesto nombre a una pequeña plaza en el corazón del Realejo, la antigua judería de la ciudad.
El Realejo de Granada – Placeta Joe Strummer
Celebrando la vida y obra de uno de los frontmants más carismáticos y dado el vínculo del artista con Andalucía, os llevamos de ruta por algunos de sus lugares favoritos partiendo desde la plaza que lleva su nombre en el realejo de Granada.
Gracias a la petición popular a través de la que los fans pedían en Facebook que Joe formara parte de la ciudad, el Ayuntamiento de Granada ha acabado cediendo, dedicándole un pequeño espacio a los pies de la Alhambra. Además de su primera esposa, Gaby Slater, y su viuda, Lucina Garland, un emotivo concierto en acústico a recordado a la influyente figura del líder de The Clash. Los granaínos Jose Antonio García y Antonio Arias de 091 a los que Joe apadrinó para “Más de cien lobos”, Pablo Cook de The Mescaleros, Jem Finer de The Pogues o Richard Dudanski de The 101′ers han hecho un repaso por parte del repertorio del artista, sin olvidar clásicos como “Spanish Bombs” o “London Calling.
Las Gabias – Granada
En este pueblo a pocos kilómetros de la capital granadina estuvo alojado Joe Strummer, en la casa de Gaby Contreras, un radiólogo al que Joe apodaba ‘el médico loco’ y que también era amigo íntimo de Sid Vicious.
San José – Almería
Durante sus largas estancias en el sur de España, Joe Strummer se estableció un tiempo en el pequeño y pintoresco pueblo de San José, en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Adquirió una casa para pasar los verano y disfrutar de las playas de Mónsul y Genoveses. Pasaba las noches en el bar de Jo, el Pez Rojo -ahora convertido en el Pez Azul- y el Dagobah. Fan del cataor el Niño de Olivares, Strummer acudía con asiduidad a la peña flamenca de Fernán Pérez para asistir a sus actuaciones.
En verano, y coincidiendo con el cumpleaños de Joe el 21 de agosto continúan celebrandose conciertos en su memoria en el bar de Jo de San José a cargo del grupo Doghouse de Richard Dudanski -primer batería de The 101′ers con el que Joe Strummer hizo su primera incursión en el mundo de la música-.
Desierto de Tabernas – Rodaje de “Straight to Hell”
El desierto de Tabernas se encuentra a unos 30 kilómetros de Almería, en una zona desértica con una tasa tan baja de precipitaciones que la convierte en una de las más secas de Europa. A pesar de ello tiene un encanto turístico por haber sido escenario del rodaje de numerosos spaghetti westerns como La muerte tenía un precio o El Bueno, el Malo y el Feo y así hasta más de cien westerns.
Aquí se rodó la película Straight to Hell de Alex Cox en 1987, con Joe Strummer como protagonista y con los cameos de Dennis Hopper, Courtney Love, Grace Jones , Elvis Costello, Jim Jarmusch y miembros de las bandas de, Amazulu, The Circle Jerks y The Pogues. El viaje de los irlandeses The Pogues a Almería les inspiró en uno de sus temas más conocidos “Fiesta”. Straight to Hell es una parodia de los spaghetti westerns que se escribió en dos o tres días y se rodó en cuatro semanas.
I am Francisco Vasquez Garcia
I am welcome to Almeria
We have sin gas and con leche
We have fiesta and feria
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+ infoLa música de los últimos años del muro
Sin duda la ciudad de Berlín experimentó uno de sus periodos más extraños durante la época de la guerra fría. Y no es para menos; porque el hecho de que levanten un muro que divida en dos una ciudad separando a vecinos y familiares y colocándolos en dos universos opuestos, es sin duda una experiencia del todo orwelliana.
Ambas partes de la metrópolis, pues evolucionaron de maneras muy distintas. Por un lado, la parte Este se quedó estancada en un sistema basado en el control casi obsesivo por parte del sistema (al igual que el resto del bloque comunista); por el otro, el Oeste, que seguía un proceso evolutivo idéntico al resto del mundo capitalista.
Berlín Oeste: de la meca del «underground» al hedonismo house
A partir de los años setenta, y siguiendo las nuevas corrientes procedentes de Inglaterra y los Estados Unidos, se empezó a asentar en Berlín una nueva escena musical, basada en la libertad creativa y en la estética de ruptura radical con el pasado. El punk y todas sus ramificaciones posteriores tuvieron en Berlín uno de sus grandes centros. El poso outsider y de cultura artística underground había atraído a artistas de la talla de David Bowie, Brian Eno, Keith Haring o Lou Reed a lo largo de los 70. Y ahora un buen puñado de bandas estaban nutriendo un circuito tan interesante como el de Londres o la transgresora Sheffield.
A finales de los setenta, la música de Joy Division y de algunos experimentadores de la electrónica y la música industrial fueron adoptados como iconos a seguir en la floreciente escena alternativa del Berlín abierto. Y es que el post punk alemán, a diferencia del británico o americano se caracteriza por una tensión entre lo político y lo cultural, y estéticamente le debía mucho a la tradición krautrock, ya que muchos de sus temas son repeticiones infinitas a velocidad vertiginosa, como Geld/Money de la banda arty Malaria, o los primeros discos de DAF.
La emocionante escena de Berlín desde 1980 estuvo en continuo movimiento, y surgió un sinfín de bandas como Einstürzende Neubauten, liderada por el controvertido Blixa Bargeld, Die Unbekannten, Nina Hagen, Die Krupps, Mekanik Destrüktiw Komandoh, Die Tödliche Doris, Geile Tiere, o Die Arztey su punk funk con letras sarcásticas.Aunque bien es cierto que la escena estaba conformada no solo por músicos sino también por directores y actores de cine, escritores, filósofos, artistas y fotógrafos. A mediados de los 80 se inició un proceso de desintegración. La música se fue haciendo cada vez más comercial, y los grupos empezaron a fichar por multinacionales. Pero pronto llegó una nueva revolución sonora, que caló con fuerza en la ciudad: el acid house y el techno. No olvidemos que la Love Parade de Berlín fue el primer desfile multitudinario de música electrónica del mundo. La primera edición Love Parade fue en 1989. El evento se inició como una manifestación a favor de la paz y del entendimiento a través de la música. Sólo unos meses más tarde, el muro se vino abajo y el Oeste de Berlín pasó a la historia.
De aquella época todavía queda en pie el mítico SO36, un club ubicado en Oranienstrasse cerca Heinrichplatz en el área de Kreuzberg, el cual toma su nombre del código postal histórico de esa zona, SO36. El barrio de Kreuzberg ha sido históricamente el hogar del movimiento punk de Berlín, así como otras subculturas alternativas en Alemania. SO36 se centró inicialmente en gran parte de la música punk. A partir de 1979 se trató de crear un crossover entre el punk, new wave y el arte visual. En aquellos días el club rivalizaba CBGB de Nueva York como uno de los mejores lugares de la nueva ola en el mundo. También estaban en el circuito de Berlín, Metropol, la discoteca Kino, el club 54 Kantstrasse o el cine alternativo Sputnik, donde estrenaron el film de culto Yo, Cristina F.
Documento de una época en pantalla grande
Entre los próximos 29 de octubre y 8 de noviembre tendrá lugar la 13ª edición del Festival Beefeater In-Edit, en Barcelona, y entre los numerosos films que conformarán su cartel estará B-Movie: Lust & Sound in West-Berlin 1979-1989, un documental dirigido por Jörg A. Hoppe, Heiko Lange, Klaus Maeck. sobre la música, el arte y el caos en el Salvaje Oeste de Berlín de la década de 1980: la ciudad amurallada que se convirtió en el crisol creativo para un tipo especial de sub cultura pop, que atrajo a diletantes brillantes y celebridades de fama mundial de todo tipo. Sin embargo, antes de que el telón de acero cayera, artistas, okupas, poetas, creadores musicales y hedonistas disfrutaron, todos en comunión, de un estilo de vida poco convencional en Berlín. Todos sabían que no duraría mucho, pero, ¿quien pensaba en el mañana? Se trataba de vivir el momento - el aquí y ahora -.
Con material televisivo inédito en su mayoría, y filmaciones, fotos y entrevistas originales, B -Movie el documental cuenta la historia de la vida en la ciudad dividida, una interzona cultural en el que parecía posible todo, siendo un lugar diferente a cualquier otro de Europa. Es un collage de ritmo rápido de historias de una década frenética pero creativa, comenzando con el punk y terminando con la Love Parade, todo en una ciudad donde los días son cortos y las noches son interminables.
Actualmente, Berlín está viviendo una segunda juventud en cuanto a actividad cultural (y también musical). ¿A qué esperas para ir a descubrirlo? Consulta nuestros billetes aquí.
Texto de ISABELYLUIS Comunicación
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