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Gran Canaria paraíso de contrastes a dos ruedas

Gran Canaria en los últimos años se ha convertido en el destino favorito de los ciclistas, que llegan a la isla atraídos por su favorable climatología y por la exigencia de sus recorridos. Por ella han pasado ciclistas profesionales de la talla de Alberto Contador, equipos de carretera al completo como Tinkoff, triatletas campeonas del mundo como Daniela Ryf o la corredora suiza de mountain bike del Stockli Jolanda Neff. Que esté llena de profesionales no la convierte en territorio exclusivo para ellos, también los aficionados pueden marcarse el placer de recorrerla sobre dos ruedas. En las próximas líneas te explicaré qué tiene de especial esta isla y cuáles son mis recomendaciones.

¿Qué ventajas tiene Gran Canaria como destino ciclista?

- La temperatura media anual es de 21º

- Acceso directo desde la mayoría de los aeropuertos europeos

- Las carreteras están bien asfaltadas, con poco tráfico, y con conductores prudentes y habituados a los ciclistas

- La elevación del terreno es cercana a los 2.000 metros (1.949m.) en el Pico de las Nieves, considerado uno de los puertos más duros de Europa junto con Mortirolo, Angliru o Stelvio. Lo positivo aquí es que la temperatura es mucho más cálida que en Asturias o en los Alpes.

- Paisajes llenos de contrastes que van desde las dunas de arena blanca de Maspalomas al jardín tropical del norte de la isla, pasando por el oasis del barranco de Fataga.

Consejos prácticos

Alojamiento. Si lo que buscas es tranquilidad y vegetación, la mejor opción es alojarse en el norte. Un buen sitio es el Bandama Golf Resort que está situado en el campo de golf más antiguo de España, en la Caldera Bandama, lugar con evidente presencia volcánica. Muy cerca de allí están los viñedos del Bodegón Vandama, donde merece la pena probar sus deliciosos platos. En el caso de que quieras obtener más servicios, sol y disfrutar de atardeceres más largos, el Barceló Margaritas en Maspalomas es una buena elección, con mayor variedad gastronómica en el propio hotel. Recuerda que si vas a pedalear tendrás que descasar y comer bien.

Rutas y sitios imprescindibles. La cantidad de lugares a visitar dependerá en parte de los días que tengas previsto quedarte. En la comunidad ciclista Strava puedes encontrar descripciones detalladas y tiempos de las rutas. A continuación te dejo los puntos clave y qué encontrarás en ellos en función de tu nivel, para que puedas planificar mejor tu recorrido.

Pico de las Nieves. Es el punto más alto de la isla, situado justo en el centro de la misma, y desde donde en los días claros se puede divisar el Teide en Tenerife y el Roque Nublo. Se puede acceder a él por diferentes puntos. El más duro y que no recomendaría si no tienes mucho nivel es el del Ingenio por Cazadores, donde se alcanzan desniveles del 23%; le sigue la subida desde Ayacata, viniendo de Maspalomas; y el acceso más fácil sería desde el norte, por Cueva Grande. Es imprescindible tomarse la subida con la calma. Arriba, además de las buenas vistas, hay un puesto de comida que te asegurará el avituallamiento.

Tejeda. Es un pueblo montañero con excelente oferta gastronómica. Si planeas una ruta de día no competitiva éste es un sitio ideal para detenerte a repostar y disfrutar de los platos populares de la isla.

Tres grandes presas (Soria, Las Niñas, Chira). Sorprende encontrarse tanta agua en el sur de la isla. Todas están unidas por carreteras comarcales apenas transitadas. Si buscas calma y paz, ésta es una buena ruta.

Dunas de Maspalomas. Para la gente que no ha visto dunas en su vida, este es un lugar de indispensable visita, ya que nada tienen que envidiar a las del Sahara. Mi consejo es ir al atardecer, pues es cuando encontrarás la mejor iluminación.

Barranco de Fataga. Empieza justo después de la Degollada de las Yeguas, pasando de un paisaje desértico al “Valle de las Mil Palmeras”. El que haya visitado Marruecos puede que tenga la sensación de estar en el valle del Draa.

Artenara. Dentro del Parque Natural del Tamadaba, donde encontrarás una vegetación totalmente diferente al resto de la isla, con pino canario autóctono.

Puerto de Mogan y playa de Güi-Güi. El puerto de Mogan está cerca de la ruta de las grandes presas. A la playa de Güi-Güi sólo se puede acceder a pie, pero merece la pena acercarse hasta ella.

 

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Texto de Raúl Casañas

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Transilvania más allá de Drácula

Estamos acostumbrados a oír la palabra Transilvania y automáticamente pensar en Drácula. Es un hecho, para bien o para mal. Seguro que Bram Stoker no era consciente de la que iba a liar inspirándose en la compleja figura del príncipe de Vlad Tepes a la hora de escribir Dracula, la novela que le haría pasar a la historia. Tampoco debía imaginarse que iba a convertir la región de Transilvania, donde se desarrolla parte de la historia, en destino turístico para los aficionados a los vampiros, y eso que escribió sobre ella basándose en fuentes literarias, ya que nunca llegó a visitarla.

Pero a la hora de plantearnos un viaje a Transilvania debemos quitarnos el velo gótico de delante e ir un poco más allá. Evidentemente la huella de Vlad Tepes está presente, pero también nos esperan magníficos paisajes, ciudades medievales con preciosas casas de colores, gentes amables y algún que otro castillo medieval que con la imaginación nos pueda llevar al algo más terrorífico, pero sólo con ella.

Brasov

Conocida por ser una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, no debes dejar de visitar su centro histórico en el que encontrarás espacios llenos de encanto. En el centro de la ciudad destaca la gran plaza Sfatului donde se puede visitar el Museo de Historia, situado en el antiguo Ayuntamiento. Tampoco olvides ver la Biserica Neagră o Iglesia Negra, denominada así a causa de un incendio sufrido en 1689. Esta gran catedral gótica, de las mayores en el sudeste de Europa, cuenta en su interior con una importante colección de alfombras turcas que cuelgan de sus galerías.

La iglesia fortificada de Prejmer

A unos 18 km de Brasov se encuentra esta original monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Situada en Prejmer, lugar marcado por los constantes conflictos bélicos durante la Edad Media, debido a su proximidad con la frontera. Huella de este pasado es esta iglesia fortificada del siglo XIII, que cuenta con murallas de hasta 12 metros de alto y 4 de grosor que la convirtieron en imbatible, pese a ser atacada unas 50 veces. Este espacio servía de refugio a la población en caso de ataque, donde contaban con habitaciones donde alojarse, y torres donde guardar el avituallamiento además de defenderse del enemigo.

El Castillo de Bran

Entre los montes Bucegi y Piatra Craiului, a unos 30 km de Brasov, se encuentra uno de los lugares más visitados de Transilvania. Este castillo se suele asociar a la figura de Vlad Tepes, del que se dice, erróneamente, que fue su lugar de residencia. Esta confusión se la debemos a Bram Stoker que lo convirtió en el domicilio de Dracula en la ficción. Es por ello que a nivel popular es conocido como el castillo de Dracula. Dejando de lado el mundo vampírico, merece la pena hacer una visita a este monumento construido por los sajones en 1382, y que conserva gran parte de su esplendor en la actualidad.  

Castillo de Poenari

Aquellos que quieran conocer el verdadero lugar de residencia de Vlad Tepes deberán acercarse hasta este castillo. Fue construido a comienzos del siglo XIII y abandonado a mediados del siglo XVII. A diferencia del anterior, se encuentra más derruido, y el acceso es bastante más complicado ya que hay que subir la friolera de 1.500 escalones para llegar. Eso sí, las espectaculares vistas a los Cárpatos están aseguradas y compensan más que de sobras tanto ejercicio.

Sighisoara

Situada en el centro de Rumania, en los Cárpatos transilvanos, es un popular destino turístico, y no sólo por el hecho de ser la ciudad natal de Vlad Tepes. Sighisoara cuenta con una ciudadela medieval fortificada en tan buen estado de conservación, que bien le ha valido ser declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Todavía conserva nueve de las catorce torres defensivas con las que contaba la muralla. No debes perderte la visita a la Torre del Reloj, donde merece la pena subir para disfrutar de las vistas de la ciudad. Y cómo no, los más morbosos pueden acudir hasta la que se supone que es la casa en la que nació nuestro héroe maldito, Vlad Tepes.

Sibiu

Fundada por colonos sajones en el siglo XII, es uno de los principales centros económicos y culturales de Transilvania. Situada a orillas del río Cibin, cuenta con un centro histórico lleno de callejuelas empedradas, casas medievales, grandes plazas, cafeterías y restos de parte de la muralla. Sibiu se divide en la Ciudad Baja y la Ciudad Alta, que es donde se encuentran localizados los edificios de mayor interés. No debes de dejar de visitar la Piaţa Mare o Plaza Grande, donde se encuentra uno de los principales monumentos barrocos de Rumanía, el palacio Brukenthal. Tampoco debes perderte la Piaţa Mică o Plaza Pequeña, y la Plaza Huet, rodeada de edificios en su mayoría góticos y en la que destaca la Catedral Evangélica Luterana.

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Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Dennis Jarvis, Camil Ghircoias, Alexandru Panoiu, Daniel Tellman

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Siete ideas para disfrutar de Tel Aviv con niños

Famosa por su silueta blanca y por ser la ciudad que acoge más edificios inspirados en la arquitectura Bauhaus -más de 4.000-. Por su luz mediterránea. Por su matiz multicultural, cosmopolita y su elevado nivel de vida. Lo que no saben muchos es que la joven Tel Aviv (fundada en 1909) es un fantástico destino familiar donde grandes y pequeños tienen el disfrute garantizado. ¿La razón? La alta natalidad -más de tres hijos por familia- ha configurado una urbe con muchos atractivos para niños. Aquí algunas ideas.

1. Quizá a los niños les aburra la piedra, la gran protagonista del viejo puerto de Yafo, creado en el año 700 a. C. y alrededor del cual nació la actual Tel Aviv. Pero seguro que les conquistas si les cuentas que fue aquí donde atracó el arca de Noé cuando el diluvió finalizó. Hoy, este rincón ha lavado la cara con una restauración exquisita. Y reina como un entramado de callejuelas retorcidas bien conservadas. Repletas de tiendas de artesanos, galerías de arte, cafés y estudios de artistas, entre ellos el local donde ensaya Mayumaná, grupo conocido por su peculiar forma de hacer música con objetos que no son instrumentos musicales como contenedores de basura, objetos reciclados... Si durante el paseo escuchas “ruidos” raros es que están en pleno ensayo. No te vayas sin hacer alguna de las fotos más divertidas en Yafo, por ejemplo sujetando el olivo “colgante” o ante la ballena que “engulló” al profeta Jonás. Si tu paseo coincide con el atardecer, atento al skyline de Tel Aviv y a los pescadores que despiden el día en el muelle.

2. Yafo es el punto de partida de un agradable paseo marítimo, la Tayelet. La ruta de catorce kilómetros de recorrido, atraviesa Tel Aviv desde el viejo puerto milenario hasta el norte. Se puede hacer a pie, corriendo, patinando, en skate o en bicicleta -se pueden alquilar bicis municipales por toda la ciudad. Sólo necesitas la tarjeta de crédito, ¡y listo!-. Si pedalear cansa, no importa. Os recomendamos hacer una parada en alguno de los cafés que hay delante de la playa. O a tomar un helado sentado en alguno de los bancos que hay dispersos por todo el camino, disfrutando del sol y contemplando el ambiente.

3. Tel Aviv es una ciudad costera con playas donde disfrutar del cálido clima Mediterráneo. Son animadas y limpias, con todos los servicios como vestuarios y duchas, zonas de juego y ¡columpios! Todo pensado para el disfrute de la zona playera, y con razón ya que presumen de tener mas de 300 días de sol al año. Las preferidas por las familias son sobre todo dos: La playa de Met zitzim, al norte -quizá la más popular entre los locales-. Y la playa de Jerusalem, desde la que se ve perfectamente la silueta de Yafo. Como curiosidad, Hadatiyim es la playa de la gente religiosa y Hilton Beach, la de los surferos -y la preferida por los homosexuales-. Para integrarte compra unas markot -raquetas de madera típicas- y prepárate para pasar horas y horas jugando en la playa.

4. Pasear por el céntrico Boulevard Rothschild es tarea obligada. Una vez allí, parada recomendada en el número 45, donde reina el Max Brenner Chocolate bar. La Meca del chocolate, en todas sus formas, colores y texturas. Uno de esos dulces peajes que hay que pagar. La carta es tan tentadora y la tienda tan golosa que seguro que la familia entera caerá en la tentación de pecar a cualquier hora del día.

5.Hablando de comidas... Menos tradicionales son los productos que encontrarás en el mercado de Carmelo, el mejor lugar donde empaparse con sabores y olores exóticos y descubrir frutas, verduras, dulces, especias de mil colores, pescados frescos, carnes que cuelgan de ganchos gigantes y comidas preparadas desconocidas ante los ojos de muchos occidentales. Que conviven rodeadas de olores extraños, ruidos de voces y aparatos electrónicos, músicas y bullicio. La pregunta más repetida está clara ¿qué es eso? La cara de “pavor” ante los nuevos sabores está garantizada. Y la sonrisa asegurada al descubrir que en ¡Israel también hay chuches! Eso sí, son un poco más raras. ¡Ah! Y no te vayas del Carmelo sin tomar un zumo de granada y naranja. Mmm

6. El Ramat Gan Zoological Center es una reserva natural, y es un destino habitual para los lugareños, perfecto para contemplar animales exóticos como jirafas y leones en semi libertad. El recorrido se hace en coche, simulando un pequeño safari a lo largo de un kilómetro cuadrado. ¡Ojo! las dimensiones engañan. La ruta está tan bien diseñada que parece una extensión mucho mayor. Si no tienes vehículo propio, aquí puedes alquilar uno.

7. El parque de Hayarkon es la réplica del Central Park neoyorquino en todos los aspectos, tanto en extensión -abarca más de cuatro kilómetros cuadrados- como en aspecto. Recomendable es darte un paseo en bicicleta a la orilla del río y hacer un picnic, con partida de cricket, juego muy practicado en Israel, como postre. No falta un lago artificial donde alquilar barcas, estanques varios con patos y hasta un rocódromo donde hacer tus pinitos como escalador.

¡Un sitio que merece la pena venir en familia! Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto e imágenes de Nani Arenas

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