Londres: mejores parques temáticos y de atracciones
Montañas rusas gigantes, animales exóticos, bosques de aventura, estudios cinematográficos y mucho más. Londres cuenta con un buen número de parques temáticos y parques de atracciones para todos los gustos.
+ infoDestino Gambia. Puerta a África.
Por Clara Arnedo
Recién aterrizada de Gambia, aún conservo en la cabeza el arco iris que se forma cada atardecer en la playa de Tanji, cuando llegan los barcos cargados de pescado y todo el pueblo se vuelca a la recogida y venta de la fresca cosecha marina. Es uno de tantos recuerdos de este país pequeño pero perfecto para hacernos una idea de cómo es el continente africano. Ahora Vueling nos facilita el viaje con la nueva línea que conecta Barcelona con Banjul, la capital del país.
El itinerario empieza en la capital, Banjul, pequeña y agradable. Como lo es el país, con 1,6 millones de habitantes. Banjul, a su medida, se trata de una ciudad segura y tranquila, donde merece la pena perderse por mercados de colores abarrotados de gente comprando de todo. El más sobresaliente de ellos es el Albert Market, un gran zoco a lo africano donde la fruta, la verdura y el pescado son los grandes protagonistas. Sus gentes, vendedores, vendedoras, clientes y clientas, se muestran primero reacios a nuestra visita, y evaden las cámaras fotográficas rápidamente. Con el rato, se muestran más amables y dispuestos. Necesitan un poco de tiempo.
Otra de las atracciones de la ciudad es el Arco del 22 de Junio de 1994, dedicado al presidente del país. El que fue guardaespaldas del anterior jefe de Estado subió al cargo ese día. Desde entonces él es el gran protagonista de Gambia: a Yahya Jammeh le vemos en todas partes, en carteles publicitarios que cuelgan de paredes y farolas de cada aldea y ciudad.
Pero Gambia es sobre todo la que se abre ante el océano Atlántico, la de las playas y la costa, y la que penetra como una cuña en medio de Senegal, partida por la mitad por el otro accidente geográfico que articula el país, el río que lo bautiza, el Gambia.
Nos acercamos primero a la costa para descubrir las playa de Banjul, largas y de arena fina. Algunos hoteles se sitúan a su orilla, con maravillosas vistas al mar. Pero, sin duda, la postal marinera inolvidable la ofrece Tanji, con mosaico de color y vida que se forma cada día a la orilla de la playa con la llegada del pescado. Un aparente caos reina en el lugar, pero aquí rige, en realidad, una organización y jerarquía internas, unas leyes que permiten que cada anochecer, con la caída del sol, se forma el mismo espectáculo. Son los hombres, fuertes y musculosos, los encargados de trajinar quilos y más quilos de pescado de las barcas hasta la playa, haciendo equilibrios con las cestas posadas sobre sus cabezas. Una vez en la orilla, algunas mujeres recogen el tesoro, para limpiarlo y dejarlo listo para su venta. Otros muchachos corren más allá, buscando otros puntos para colocar y vender el pescado. Muchas veces les siguen niños, corriendo veloces tras sus pies, esperando que la suerte le deje alguna propina en forma de pescados que se derraman durante su transporte. Este mercado, esta lonja improvisada en la arena de la playa, es la punta del iceberg de un país pequeño pero repleto de vida. Por la mañana, el mismo lugar que al anochecer ocupaba el mercado del pescado, se transforma en un colorido mercado de fruta y verdura, imperio de las mujeres que venden y compran comida. Una de ellas es Ida Cham Njai, una guapa y energética cocinera que ofrece la experiencia única de acompañarla a hacer las compras al mercado, para, después, pasar una agradable jornada cocinando comida local a su lado y en su casa. Es a través de la gastronomía y los productos locales que podemos aprender un poco más de este agradable destino.
Reducto británico en época colonial, es ahora uno de los países más pequeños de África occidental. Y también uno de los que tiene un mayor índice de natalidad. A Gambia la salpican los niños, y las mamás que los llevan atados a su cintura, una postal tan bonita como casi icónica del país. El resto, selva, naturaleza y muchos animales para observar: monos, pájaros e incluso hipopótamos. Cuanto más adentro se mete el río en el país, más salvaje se vuelve la naturaleza, y más rural la población. Aventurarse por el río en dirección a la población de Georgetown es toda una aventura selvática, ya que, si lo que buscamos es alojamiento, por aquí encontraremos pocas posibilidades. Gambia es un país poco desarrollado turísticamente, y, en parte, ese es su encanto. De todos modos, no hace falta ir muy lejos de Banjul para tener un primer contacto con la vida salvaje. Cerca de Serrekunda, la ciudad más grande y bulliciosa del país se encuentra el Bijilo National Park, o parque de los monos, que puede recorrerse por sencillos senderos. También en la zona puede visitarse una piscina de cocodrilos, y ¡hasta alguno se deja tocar! Y esa es la otra cara de Gambia, la del río y los manglares, la Gambia de piel negra y uno de los países menos desarrollados del planeta, con una esperanza de vida de 54 años y el 40% de índice de alfabetización.
Pero el viaje no termina aquí, y, Gambia, aunque pequeña, nos tiene reservadas aún algunas sorpresas. ¿Imagináis remotas aldeas africanas literalmente invadida por el street art y los grafitis? Pues éstas se encuentran en Gambia. Concretamente Bafuloto y Makumbaya son los nombres difíciles de recordar de dos poblachos de casas pequeñas y sencillas y calles de arena y tierra donde juegan niños y niñas al sol. Y es en las paredes de estas chozas donde el movimiento Wide Open Walls encontró uno de sus lienzos favoritos. Imágenes naturalistas de animales de la zona y otros motivos llenan de color estos lugares.
Una manera de conocer Gambia desde otra perspectiva. Otra manera de penetrar a África por esta pequeña puerta de entrada.
Por Clara Arnedo
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+ infoDesde el corazón de Tenerife
Sin duda Tenerife es un destino que ofrece opciones para unas vacaciones variadas en medio de un clima de envidia. Sus 22 grados centígrados de media anual, que hacen que la diferencia entre el invierno y el verano sea casi imperceptible, es una de sus principales bazas, pero no la única. También está su naturaleza y paisajes, que van desde los tupidos bosques de laurisilva (similares a los que cubrían Europa hace 20 millones de años en la Era Terciaria) a playas, calas, charcos; y como no, el Parque Nacional del Teide.
Tenerife No Limits. Deportes de tierra
En los últimos años, los estilos de vida saludables se han extendido cada vez más, y Tenerife se ha revalorizado como lugar en el que combinar una estancia de vacaciones con la práctica de deportes y actividades al aire libre. Casi podemos decir que Tenerife es un inmenso gimnasio al aire libre abierto 365 días al año. El clima, sus paisajes y espacios naturales convierten a Tenerife en un auténtico paraíso para los deportistas profesionales y también amateurs. En apenas media hora, se puede pasar de entrenar a nivel del mar a hacerlo a 2.000 metros de altitud. A continuación os pasamos a enumerar las amplias posibilidades para practicar deportes terrestres y actividades en la naturaleza más allá del mar y el aire:
Senderismo. La isla cuenta con unos 1.500 kilómetros de senderos (homologados o en proceso). Transcurren por los 43 espacios naturales protegidos de Tenerife, que representan prácticamente la mitad de su superficie (el 48 %). Cada uno presenta un trazado único, completamente diferente al anterior. Uno de los más llamativos es el sendero de Gran Recorrido 131 (integrado en el E-7), que llega desde Europa y atraviesa la isla de norte a sur en un trazado de 83 kilómetros que pasa por todo tipo de paisajes, entre ellos El Teide.
Espeleología. La isla cuenta con el mayor tubo volcánico de Europa: la Cueva del Viento. Tiene 27.000 años de antigüedad y mide 17 kilómetros de longitud si sumamos la extensión de sus pasadizos de varias alturas. La excursión dura unas dos horas y permite conocer de cerca este fascinante lugar donde reina el misterio y la oscuridad.
Escalada. Sin duda la isla también es un paraíso para los practicantes de la escalada, con multitud de paredes de roca volcánica en la que poder practicar. Hay opción para todos, desde aficionados a expertos.
Mountain bike. Los amantes de esta modalidad disponen de unos 200 kilómetros de recorridos que atraviesan toda la isla. En la mayor parte de los casos, esos trazados se desarrollan por las partes altas de Tenerife, focalizándose, eso sí, en la Corona Forestal. Se trata de una completa red de pistas, en cuyo comienzo y final, en muchos casos, cuentan con servicios, transporte o aparcamientos.
Ciclismo. La red de carreteras de la isla es amplísima, muy bien conservadas y muchas de ellas en zonas poco transitadas, lo cual es un plus para la práctica ciclista. Es posible practicar este deporte en vías de hasta 2.000 metros de altitud, a los pies del Teide, o a nivel del mar. Cientos de ciclistas del más alto nivel llegan a Tenerife para entrenar pruebas como el Tour de Francia, campeonatos del Mundo y hasta Juegos Olímpicos.
Tenis y pádel. Más de once complejos deportivos se encuentran a disposición de los amantes de los departes de raqueta, con todo tipo de canchas: de tierra batida, de plexipave o sintéticas. También con amplias posibilidades para el frontón y el squash.
Golf. Ocho campos de bandera, diseñados por golfistas de la talla de Severiano Ballesteros o Dave Thomas, hacen de la isla uno de los destinos a tener en cuenta para la práctica de este deporte.
Deporte accesible. Aquí también hay posibilidades para practicar deporte accesible. La isla es uno de los centros de entrenamiento de paralímpicos locales, nacionales o internacionales. Entre otros destaca el Tenerife Top Training.
Si quieres conocer más sobre la práctica de todos estos deportes y actividades, así como adquirir información sobre alojamientos, academias o empresas especializadas consulta el programa de Tenerife No Limits.
Y para conocer la isla de primera mano, nada mejor que ir a vivirla. Consulta nuestros vuelos aquí.
Textos e imágenes de Turismo de Tenerife
+ infoDescubriendo los Museos de Montaña de Messner
La provincia de Bolzano, también conocida como Alto Adigio o Tirol del Sur, a caballo entre la cultura austríaca y la italiana, tiene en su haber una de las cadenas montañosas más populares de Italia, los Dolomitas. Estos conforman un espectacular paisaje en el que se alternan los valles con sus características montañas que parecen quebrar el cielo, cuyo cambio de color con la luz solar tanto sorprende a los visitantes: durante el día lucen blancas, y al amanecer y al atardecer adquieren un precioso tono rojizo. Hasta el propio Le Corbusier se quedó prendado de sus magia y llegó a decir que eran “la más bella obra arquitectónica del mundo”. Protegidas por siete parques naturales, en 2009 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los Dolomitas son un espacio perfecto para la práctica de los deportes al aire libre, como el esquí o la escalada, y a su vez son un espacio perfecto para los amantes de la contemplación de la naturaleza o los buscadores de inspiración. Esta última es más que seguro que la encuentres en el Messner Mountain Museum (los Museos de Montaña de Messner), una red conformada porseis museos ubicados en emplazamientos muy singulares del Tirol del Sur, cuya temática gira en torno al montañismo, la escalada y las culturas de los pueblos de altura.
Detrás de un concepto tan especial de museo como lo es este, con un amplio vínculo con la naturaleza, solo podría estar una persona tan singular y excepcional como lo es el italiano Reinhold Messner. Considerado como uno de los mejores alpinistas de todos los tiempos, tiene en su haber catorce ochomiles, todas ellos escalados sin ayuda de oxígeno. En el año 1978, Messner junto al austríaco Peter Habeler serían los primeros en ascender el Everest sin botellas de oxígeno. Ese sería el principio de una larga carrera escalando montañas. Su intrepidez y sus ganas de probar experiencias le llevaron en 1991 a formar parte de la primera expedición que cruzó la Antártida sin ayudas externas.
En la actualidad lleva una vida bastante más tranquila, centrada en la escritura de libros y en el Messner Mountain Museum, un original conjunto de museos que consta de los siguientes espacios:
MMM Corones. Situado en la cima de Kronplatz, en él se explica la historia del montañismo. Obra de la arquitecta Zaha Hadid, el museo está escavado en la montaña, del que solo se aprecia en el exterior su triple mirador en la cumbre, con unas impresionantes vistas del monte Peitlerkofel, el Heiligkreuzkofel, el Ortler y el sur del Tirol.
MMM Firmian. Cerca de Bolzano se encuentra el castillo de Sigmundskron, donde se puede visitar este museo cuya temática central es el encuentro del hombre con la montaña. Ya solo por las vistas que en él hay de los Alpes y los Dolomitas merece la pena acercarse hasta aquí.
MMM Dolomites. También conocido como el “Museo en la Nubes”, está situado en un antiguo búnker de la Primera Guerra Mundial localizado en la cumbre del monte Rite (2000 metros), entre Pieve di Cadore y Cortina d'Ampezzo. En su interior acoge el museo dedicado a la escalada deportiva en roca, en el que se rinde especial homenaje a los Dolomitas y a todos aquellos que los han escalado.
MMM Juval. Situado en el castillo de Juval, está dedicado a la Magia de la Montaña, y en su interior alberga obras de arte, entre las que destacan la colección tibetana y la de máscaras procedentes de los cinco continentes. A este espacio solo se puede acceder mediante visita guiada, y los meses de julio y agosto permanece cerrado ya que es la residencia de verano de la familia Messner.
MMM Ripa. Otro castillo, en este caso el de Burnico o Bruneck, es el encargado de albergar el museo dedicado a las culturas vinculadas a la montaña. No en vano el nombre de este espacio proviene de la unión de la palabras tibetanas ri (montaña) y pa (hombre).
MMM Ortles. En la aldea de Solda, en un sencillo edificio de piedra semi-subterráneo, en el que los pastizales hacen de techumbre, se encuentra el sexto y último espacio de este peculiar museo. El tema central del mismo es el mundo del hielo, donde se habla del esquí, la escalada sobre hielo y las expediciones a los polos.
Ahora que ya tienes las claves de algunas de las maravillas que se esconden en el Tirol del Sur, sólo tienes que coger tu Vueling a Verona –está a aproximadamente una hora y media en coche de Bolzano- y aventurarte a conocerlas.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Messner Mountain Museum y Zaha Hadid Architects (© Inexhibit)
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