Desde el corazón de Tenerife
Sin duda Tenerife es un destino que ofrece opciones para unas vacaciones variadas en medio de un clima de envidia. Sus 22 grados centígrados de media anual, que hacen que la diferencia entre el invierno y el verano sea casi imperceptible, es una de sus principales bazas, pero no la única. También está su naturaleza y paisajes, que van desde los tupidos bosques de laurisilva (similares a los que cubrían Europa hace 20 millones de años en la Era Terciaria) a playas, calas, charcos; y como no, el Parque Nacional del Teide.
Tenerife No Limits. Deportes de tierra
En los últimos años, los estilos de vida saludables se han extendido cada vez más, y Tenerife se ha revalorizado como lugar en el que combinar una estancia de vacaciones con la práctica de deportes y actividades al aire libre. Casi podemos decir que Tenerife es un inmenso gimnasio al aire libre abierto 365 días al año. El clima, sus paisajes y espacios naturales convierten a Tenerife en un auténtico paraíso para los deportistas profesionales y también amateurs. En apenas media hora, se puede pasar de entrenar a nivel del mar a hacerlo a 2.000 metros de altitud. A continuación os pasamos a enumerar las amplias posibilidades para practicar deportes terrestres y actividades en la naturaleza más allá del mar y el aire:
Senderismo. La isla cuenta con unos 1.500 kilómetros de senderos (homologados o en proceso). Transcurren por los 43 espacios naturales protegidos de Tenerife, que representan prácticamente la mitad de su superficie (el 48 %). Cada uno presenta un trazado único, completamente diferente al anterior. Uno de los más llamativos es el sendero de Gran Recorrido 131 (integrado en el E-7), que llega desde Europa y atraviesa la isla de norte a sur en un trazado de 83 kilómetros que pasa por todo tipo de paisajes, entre ellos El Teide.
Espeleología. La isla cuenta con el mayor tubo volcánico de Europa: la Cueva del Viento. Tiene 27.000 años de antigüedad y mide 17 kilómetros de longitud si sumamos la extensión de sus pasadizos de varias alturas. La excursión dura unas dos horas y permite conocer de cerca este fascinante lugar donde reina el misterio y la oscuridad.
Escalada. Sin duda la isla también es un paraíso para los practicantes de la escalada, con multitud de paredes de roca volcánica en la que poder practicar. Hay opción para todos, desde aficionados a expertos.
Mountain bike. Los amantes de esta modalidad disponen de unos 200 kilómetros de recorridos que atraviesan toda la isla. En la mayor parte de los casos, esos trazados se desarrollan por las partes altas de Tenerife, focalizándose, eso sí, en la Corona Forestal. Se trata de una completa red de pistas, en cuyo comienzo y final, en muchos casos, cuentan con servicios, transporte o aparcamientos.
Ciclismo. La red de carreteras de la isla es amplísima, muy bien conservadas y muchas de ellas en zonas poco transitadas, lo cual es un plus para la práctica ciclista. Es posible practicar este deporte en vías de hasta 2.000 metros de altitud, a los pies del Teide, o a nivel del mar. Cientos de ciclistas del más alto nivel llegan a Tenerife para entrenar pruebas como el Tour de Francia, campeonatos del Mundo y hasta Juegos Olímpicos.
Tenis y pádel. Más de once complejos deportivos se encuentran a disposición de los amantes de los departes de raqueta, con todo tipo de canchas: de tierra batida, de plexipave o sintéticas. También con amplias posibilidades para el frontón y el squash.
Golf. Ocho campos de bandera, diseñados por golfistas de la talla de Severiano Ballesteros o Dave Thomas, hacen de la isla uno de los destinos a tener en cuenta para la práctica de este deporte.
Deporte accesible. Aquí también hay posibilidades para practicar deporte accesible. La isla es uno de los centros de entrenamiento de paralímpicos locales, nacionales o internacionales. Entre otros destaca el Tenerife Top Training.
Si quieres conocer más sobre la práctica de todos estos deportes y actividades, así como adquirir información sobre alojamientos, academias o empresas especializadas consulta el programa de Tenerife No Limits.
Y para conocer la isla de primera mano, nada mejor que ir a vivirla. Consulta nuestros vuelos aquí.
Textos e imágenes de Turismo de Tenerife
+ infoTras los pasos de Van Gogh
Situada en el sur de Francia, a una hora de Marsella y a las puertas del delta del Ródano, Arles es una ciudad de imprescindible visita si viajas a la Provenza. Si además eres fan de Van Gogh, tienes aún más motivos para acercarte y reencontrarte con las arquitecturas y los paisajes que inspiraron a este gran maestro de la pintura postimpresionista.
El pasado romano de Arles
Es imposible visitar esta ciudad y no toparse con su pasado romano. En el 46 a.C. Arles fue recompensada por Julio César ya que le ayudó en su lucha contra Pompeyo. Como contrapartida la convirtió en el puerto principal de la zona, quitándole este privilegio a Massilia (la antigua Marsella) que cometió el error de apoyar al bando contrario. Como consecuencia la ciudad vivió una época de esplendor de la que perduran varios monumentos, alguno de ellos en muy buen estado de conservación. Este es el caso de las Arenas, un anfiteatro construido hacia el siglo I para acoger uno de los espectáculos más populares de aquella época, la lucha de gladiadores. En la actualidad sigue en uso, y en él se pueden ver obras de teatro, conciertos, corridas de toros y courses camarguaises (una modalidad de corrida de toros propia de la región). El Teatro Romano es otro de los espacios destacados de la ciudad, que data del siglo I a.C. Como toda ciudad romana Arles contaba con un foro, que era a la vez centro social, político y religioso. Hoy en día, además de la nomenclatura, Place du Forum, conserva en su subsuelo los criptopórticos, que es la red de galerías sobre los que se cimentaba, y cuyo interior se puede visitar (su acceso se encuentra en el Hôtel de la Ville).
Otros puntos de interés de la ciudad
La iglesia de Saint-Trophime, situada en la plaza del ayuntamiento, es un clásico ejemplo de románico y gótico provenzal. Construida entre los siglos XII y XV, no hay que olvidarse de visitar su bello claustro. Otro punto de interés son los Alyscamps, una necrópolis de origen romano que fue adoptada por los cristianos, cuyo uso se prolongó durante toda la edad media. Para aquellos que estéis interesados en conocer el pasado arqueológico de la zona os recomendamos la visita el Musée départemental Arles Antique, del que destacan sus impresionantes mosaicos.
El Arles protagonista de los cuadros de Van Gogh
Además de por sus monumentos, Arles es visitado porque fue una figura capital en la obra de Van Gogh. El artista estuvo un breve periodo de tiempo en la ciudad (desde febrero de 1888 hasta mayo de 1889) en el que no paró de producir, llegando a pintar más de 200 cuadros. Cautivado por su luz y color la pintó en todas sus posibilidades. Curiosamente no queda ninguno de sus cuadros en la ciudad, pero sí todos aquellos rincones que le sirvieron de inspiración. Nuestra recomendación, hacerse con un plano (lo podéis obtener fácilmente en la oficina de turismo) y dejarse llevar. Algunos de los puntos clave del recorrido son:
- La Maison Jaune (la casa amarilla), en la plaza Lamartine;
- El “Café la Nuit”, situado en la plaza del Forum;
- Las Arenes y los Alyscamps;
- El puente de Trinquetaille;
- El muelle del Ródano;
- El “Viejo Molino”, en la calle Mireille;
- El jardín público situado en el bulevar de Lices;
- El jardín del antiguo hospital, conocido ahora como el Espacio Van Gogh (en él le cosieron la oreja cuando se la cortó y fue recluido cuando enfermó);
- El Puente Langlois, también conocido como el Puente Van Gogh.
Pero Arles no fue territorio exclusivo de Van Gogh. Gauguin fue a visitarlo y también pintó alguno de sus rincones. Precisamente fue a raíz de una discusión entre ambos, que tuvo lugar el famoso episodio en el que Van Gogh se cortó la oreja. Picasso, otro genio de otra época, también frecuentó durante años esta ciudad, donde acudía a disfrutar de las corridas de toros y a ver a sus amigos. Fruto de su buena relación con esta ciudad es la donación que hizo de cincuenta siete bocetos, que se pueden ver en el Museo de Bellas Artes de Arles, el Museo Réattu.
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Textos de ISABELYLUIS Comunicación
Fotografías de Joan Sorolla, Tristan Taussac, Anne Jacko, Shadowgate, Phillip Capper, Claude Valette
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Ten tu restaurante callejero por un día
Comer en la calle está de moda... Una moda que va a más cada día y a la que ha contribuido y mucho, sin duda, el Restaurant Day, que nació en Finlandia pero que ahora se celebra en varias ciudades de todo el mundo. Este evento se celebra una vez cada tres meses y representa una magnífica expresión de cultura urbana ya que su origen lo encontramos en la participación voluntaria y la propia iniciativa de los ciudadanos. Cualquier persona, o grupo de personas, puede abrir su pop up restaurant (esta palabra que está tan de moda últimamente... llegar a un lugar, montar, impresionar, vender y desmontar) sólo por un día, ya sea en un parque, en la esquina de una calle, en un patio o, incluso, en un apartamento o en una oficina. ¿Cuál es el objetivo? La experiencia culinaria y, sobre todo, pasarlo bien en comunidad... y todo ello por un módico precio. ¡Sólo en la imaginación está el límite!
Cualquier persona o grupo de amigos que lo deseen se pueden juntar por unas horas para preparar y ofrecer uno, dos, tres... cinco o hasta diez platos diferentes. Dulces o salados; lo que más les apetezca o, en definitiva, lo que mejor les salga. Ya que cómo mejor sea el producto que preparen, más raciones venderán y, seguramente, mejor negocio harán. Y es que a parte del placer que, sin lugar a dudas, puede producir la experiencia culinaria, a nadie se le escapa que ninguno de los participantes desea perder dinero. Y, a lo mejor, ¡hasta lo ganan!
Y si el Restaurant Day es toda una experiencia gastronómica para los que montan su propio pop up restaurant, evidentemente también lo es para los miles de potenciales clientes que, en cuestión de minutos, pueden degustar platos de los cinco continentes. Es muy fácil encontrar unos chicos vendiendo platos mejicanos al lado de un grupo que hace sushi, y muy cerca de un matrimonio con sus hijos que han preparado una estupenda paella, acompañada de diversas tortillas de patatas.
El ideólogo del Restaurant Day fue el finlandés Timo Santala, que decidió poner en marcha esta iniciativa después de un viaje a Thailandia, dónde la comida callejera es un hecho muy habitual. También como contrapartida a las dificultades burocráticas que se presentan a la hora de montar un restaurante. El primer Restaurant Day,o Ravintolapäivä, tuvo lugar el 21 de mayo de 2011 y tan sólo 45 pop up restaurant se apuntaron, en 13 poblaciones de Finlandia. En la segunda ocasión la cifra de inscritos alcanzó ya la cifra de los 200. En la última edición, que se hizo el 16 de mayo de 2015, participaron cerca de 2.500 restaurantes de 34 países. Desde Finlandia a Italia, pasando por Portugal, Francia, España, Alemania, Dinamarca, Gran Bretaña, Polonia, Hungría, Rusia, Bélgica o los Países Bajos. Y es que la gente está cada vez más interesada y abierta a elaborar y conocer nuevas cocinas y nuevos sabores: ¡Los restaurantes de cocina extranjera siempre son muy bien recibidos en todas partes!
El Restaurant Day es, en definitiva, una buena manera para que los ciudadanos sean conscientes de que ellos son los verdaderos habitantes y propietarios de sus ciudades. La filosofía que hay detrás de este gran movimiento es que realmente tienen que ser ellos mismos los que pueden hacer del territorio donde viven un lugar mucho mejor. A pesar de algunos intentos por parte de las administraciones, sobre todo en Finlandia, de controlar el nivel de higiene de la iniciativa y aplicar tasas recaudatorias, finalmente tuvieron que desistir ante la popularidad que generó el evento y, por tanto, los organizadores han podido mantener el espíritu ciudadano de la propuesta original. Es, pues, una muy buena oportunidad para que cualquiera pueda ver realizado su sueño de abrir un restaurante, ¡aunque sólo sea por un día!
Ahora ya hay, incluso, una aplicación que permite buscar el lugar más cercano donde encontrar un pop up restaurant ligado al Ravintolapäivä. Las próximas ediciones de este año están previstas para el 16 de agosto de 2015 y para el 21 de noviembre de 2015, y la de Budapest será una de las de mayor participación de todo el continente.
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Texto e imágenes de Marc Carol y Jordi Casino (Barcelonahelsinki)
+ infoLa Bienal de Venecia arte por un tubo
Los que piensen que el turismo cultural es un invento del siglo XXI van mal encaminados: Venecia ya lo había inventado antes. Con la ambición de situar la ciudad en el punto de mira internacional, en 1895 nace la primera Exposición de Arte Internacional de la historia, o lo que es lo mismo, La Biennale di Venezia. Y desde entonces hasta hoy.
Protagonista indiscutible del pulso artístico de vanguardia —con el permiso de la Documenta— La Biennale llega este año a su 57ª edición sin perder fuelle. Seis meses, del 13 mayo al 26 de noviembre,non-stopen los que elarte contemporáneo invade la ciudad ocupando tierra y mar por igual. Entre vaporettos, iglesias y palazzi visitamos la ciudad de los canales para empaparnos de las últimas tendencias que pronto se alzarán en museos y galerías de medio mundo. ¡Empezamos el Grand Tour!
Manual de supervivencia
Aviso para navegantes: moverse por la Bienal no es tarea fácil. Las claves: zapato cómodo, alojamiento estratégico y una buena planificación; la oferta es inabarcable y los espacios mastodónticos.
Las propuestas principales se concentran en el Arsenale y los Giardini di Castello. Allí se encuentra la exposición oficial Viva Arte Viva así como un buen número de los 85pabellones nacionales que salpican la isla. Y por si fuera poco, a la lista hay que sumarle un sinfín de exposiciones y eventos paralelos de primer orden que colonizan los edificios históricos de la ciudad.
Mis consejos: keep calm y no te abrumes, esta maratón es sólo cada dos años; reserva tres días en la agenda o morirás en el intento; alójate en la zona de Il Castello, el núcleo duro de la bienal, y evitarás tickets de vaporetto; y lleva a cuestas un bloc de notas y la cámara con las baterías bien cargadas para repasar lo visto en casa.
En los Giardini: lo mejor de lo mejor
Separar el grano de la paja puede ser agotador. Para calentar motores tomamos rumbo hacia el sur-este, donde Venecia llega a su fin. Allí se alzan los Giardini di Castello, pulmón verde por excelencia y feudo de los pabellones nacionales —una idea un tanto arcaica que nos recuerda que la actual bienal es la versión moderna de las clásicas ferias de muestras de antaño. Y es que en Venecia cada estado tiene su edificio donde mostrar al mundo lo mejor de lo mejor de su producción artística reciente; una especie de Juegos Olímpicos del Arte donde ‘gana’ quien marca más músculo.
Y es que la bienal va de arte, pero también de poder y arquitectura. Y cuando se trata de ésta algunos pabellones brillan con luz propia. No hay que dejar escapar el de Finlandia, construido en módulos de madera por el archiconocido Alvar Aalto, padre de la arquitectura moderna escandinava; el de Austria, obra y gracia de Josef Hoffmann, fundador junto a Klimt de la Secesión vienesa; ni el de Holanda, un pabellón de formas abiertas que exhibe la elegancia minimal del neoplasticismo de los 50.
Pero volvamos al arte y a las propuestas más sonadas. El León de Oro al Mejor Pabellón ha ido para Alemania, donde la artista Anne Imhof ha instalado un suelo de cristal bajo el que se desarrollan performances que muestran el mundo ‘como una perrera’. Francia se ha convertido en una sala de conciertos gracias a Studio Venezia, una instalación de Xavier Veilhan que convierte el espacio en un estudio de grabación por el que actúan músicos y artistas de todo el mundo. Y Austria acapara todos los flashes en el camión haciendo el pino de Erwin Wurm, una propuesta lúdica donde no faltan esculturas con las que interactuar y divertirse.
El programa off
Eventos colaterales, exposiciones paralelas, charlas, diálogos, performances y programas de film. No hay cuerpo que aguante Venecia. Y es que al programa oficial le ha salido un rival de nivel en las propuestas artísticas que se suceden en iglesias, fundaciones y museos de la ciudad. Aquí va lo más jugoso de la off-bienal 2017.
Damien Hirst desembarca en Venecia y lo hace por partida doble. De la mano del coleccionista francés François Pinault ha instalado sus últimas excentricidades en la Punta della Dogana y el Palazzo Grassi, incluyendo una escultura de 18 metros que se eleva hasta el firmamento. Como ya es propio del británico, un show que es puro espectáculo y la coartada perfecta para visitar dos edificios históricos que presiden el Gran Canal.
La pequeña isla de San Giorgio Maggiore se rinde por completo a Michelangelo Pistoletto. Figura clave del Arte Povera y uno de los artistas italianos más destacados, Pistoletto presenta One and One Makes Three, una exposición que ocupa esta abadía construida por Palladio y en la que muestra una selección de obras realizadas desde los años 60 hasta la actualidad, contando con la popular ‘Venus de los harapos’.
Para cerrar la maratón nos vamos al Palazzo Fortuny, una joya del gótico veneciano que se alza entre el Puente de Rialto y San Marco. Casa-estudio de Marià Fortuny, el espacio acoge la colección del artista así como exposiciones temporales. En esta ocasión se presenta Intuition, una muestra colectiva sobre el poder evocador del arte en la que no faltan grandes nombres como André Breton, Joan Miró, Vassily Kandinsky, Marina Abramovic o Anish Kapoor.
Y hasta aquí nuestro paso por La Biennale, una cita centenaria que se reinventa en cada edición y en la que hay arte para todos los gustos, intereses y teorías. ¡Nos vemos por los canales!
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Texto de Núria Gurina
Fotos de: Andrea Avezzù, Jean-Pierre Dalbéra, Francesco Galli, g.sighele, imagea.org, Erin Johnson
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