Viajar con bebés gemelos en avión – Paso a paso
¿Quieres subirte con tus bebés gemelos o mellizos a un avión pero tienes muchas dudas? Te contamos todo lo que necesitas saber y te ayudamos a organizar tu viaje.
+ info10 trucos para volar cómodamente con tu bebé
De la mano de Mammaproof, te traemos una serie de recomendaciones básicas para sobrevivir a un vuelo con peques: cómo organizarte, consejos prácticos, qué puedes llevar en el avión —comida, potitos y biberones, cochecito, etc.—, qué puedes facturar y más cosas.
+ infoDe Dubrovnik a Zagreb, pasando por Split
Si visitas Croacia, hay un una ruta que te permite cruzar el país de sur a norte (o viceversa) en poco más de dos semanas y pasando por tres de sus ciudades más interesantes:
Dubrovnik (al sur), Zagreb (al norte) y Split (en medio de ambas).
Dubrovnik
Para llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto, puedes optar por el taxi (30-40€) o por los autobuses de la compañía ATLAS que cubren regularmente los 20 kilómetros que separan el aeropuerto del centro de la ciudad.
En el casco antiguo de la ciudad, no puedes dejar de visitar su muralla, el Monasterio Franciscano con su farmacia del siglo XIV, el Fuerte de Lovrijencac, la fuente de Onofrio o la plaza de Luza y sus alrededores. Si necesitas más información o mapas, la oficina de turismo más céntrica se encuentra en la calle Brsalje.
Desde la ciudad puedes visitar la isla de Korcula, el Parque Nacional de la isla de Mjlet o el archipiélago de las islas Elafiti. La ciudad de Ston y su pequeña muralla china o la ciudad medieval de Cavtat son otros dos destinos cercanos a Dubrovnik. A todas esas islas y ciudades su puede llegar en ferry o autobús.
Para dirigirse al próximo destino, Split, hay una línea regular de autobuses que salen aproximadamente a cada hora y cubre los 223 kilómetros que separa ambas ciudades.
Split
Pasear por el casco histórico de la ciudad y el Palacio de Diocleciano, patrimonio de la UNESCO, es lo primero que debes hacer al llegar a la ciudad. Al salir de palacio, pasea por el paseo marítimo a orillas del Adriático. Desde Split también puedes visitar las islas de Brac, Hvar o Vis, a las que puedes llegar en ferry, catamarán o barcos rápidos.
Las ruinas romanas de la antigua Salona (hoy llamada Solin) se encuentran a 10 kilómetros de Split y son uno de los restos arqueológicos más importantes del país. Trogir, a unos 28 kilómetros al norte, es ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO y para llegar a ella hay tanto autobuses como barcos que salen del paseo marítimo. Finalmente, en la desembocadura del río Cetina puedes visitar el pintoresco y medieval pueblo de Omis, 24 kilómetros al sur y conectado con la ciudad por autobús.
Con Zagreb como destino final, la ciudad de Sibenikse encuentra a 88 kilómetros y se puede llegar en autobús o tren. No dejes de visitar sus calles y la catedral de Santiago, monumento histórico protegido por UNESCO.
Antes de llegar a la capital, no te pierdas otro espacio patrimonio de la UNESCO: el Parque Nacional de Plitvice, el más conocido de Croacia. Dieciséis lagos unidos por cascadas, puedes estarte entre 3 y 8 horas paseando por sus caminos y pasarelas de madera. Dentro del parque hay cuatro hoteles y dos campings, en los que es recomendable reservar con antelación.
Zagreb
Llegamos a Zagreb, una ciudad con más de 40 museos, entre los que se cuentan El Museo de las relaciones rotas, El Museo Mimara o El Museo de Arte Naif.
En la llamada “Ciudad Alta” puedes encontrar la plaza de Ban Josip Jelacic, el mercado de Dolac, la plaza de Katarina o el paseo de J.J. Strossmayer. En la “Ciudad Baja” están la plaza Nikola Subic Zrinski, la del rey Tomislav, o la del Mariscal Tito. Finalmente, en el centro, tienes el Museo de Arte Contemporáneo, el parque Bundek, el lago Jarun, el cementerio de Mirogoj o el parque Maksimir.
Para ir al aeropuerto de Zagreb, que se encuentra a 17 kilómetros del centro, tienes autobuses por 4,10€ el billete (aprox.) o taxis por 30-40€.
Imagen de Split por Michael Angelkovich
Gracias a la oficina de turismo por la información.
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+ infoCascais entre reyes y espías anda el juego
Cascais es un municipio portugués situado a escasos 25 kilómetros al norte de Lisboa. En la actualidad es un destino turístico que tiene de todo: playas extensas y calas recónditas; naturaleza agreste donde practicar todo tipo de deportes; gastronomía con productos de calidad y una oferta inacabable de ocio; y una historia apasionante que recuerda que este lugar de Portugal fue refugio de nobles y familias reales y un nido de espías durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy Cascais es una población tranquila, salpicada de pequeñas playas urbanas y protegida del aguerrido Atlántico por una bella bahía y una imponente ciudadela. Merece la pena dar un relajante paseo por la Playa de la Ribeira o de los Pescadores y descubrir hermosos edificios como el Palacio de los Condes da Guarda o el Palacio Seixas.
El océano es uno de los grandes aliados de Cascais ya que de él se extrae la base de su gastronomía: el pescado y el marisco, que aquí se preparan de una forma excepcional. Entre los platos más populares de la región destacan la lubina, el sargo o el delicioso lenguado de Cascais, bien frescos, y acompañados de las mejores guarniciones. En este sentido, la oferta de restaurantes de esta localidad portuguesa es muy variada ya que hay desde los más sencillos y económicos hasta establecimientos refinados en los que innovación en la cocina está más que presente.
En el puerto de Cascais no solo se ven lujosos yates sino también embarcaciones de recreo y de competición. Y es que Cascais y, por extensión la Costa de Estoril, es un referente mundial de las competiciones de vela. Además de este deporte, las aguas de esta parte del Atlántico atraen a miles de surfistas (sobre todo a las playas de Guincho y Carcavelos), el windsurf, el paddle surf o la pesca deportiva, que cada vez está ganando más adeptos. Asimismo, el puerto de Cascais se llena de vida también cuando cae la noche porque está repleto de restaurantes y de bares y terrazas, ideales para cenar y tomar una copa.
Hogar de reyes, tierra de espías
A finales del siglo XIX la región fue una de las pioneras del turismo en Portugal. De hecho, en el año 1870 la entonces monarquía portuguesa eligió la ciudadela de Cascais para su residencia de verano debido a su excelente ubicación. También fue destino de nobles y familias de rancio abolengo europeas, entre ellos la monarquía española en el exilio que residió durante años en Villa Giralda.
Aparte de ser una población que rezumaba solera, Cascais, por su situación geográfica, atrajo durante la Segunda Guerra Mundial a innumerables espías como Ian Fleming (más conocido por todos por ser el padre del célebre espía de ficción James Bond) y el serbio Dušan Popov, mujeriego empedernido, del que se dice que fue la inspiración de Fleming cuando creó a 007. Los agentes que vivían en Cascais tenían rutinas muy parecidas. Les encantaba alojarse en el elegante Hotel Palacio, tomaban el té con deliciosos dulces portugueses en la Pastelaria Garrett y se dejaban las pestañas en el famoso Casino de Estoril que presenció más de una trifulca entre los agentes secretos que allí se daban cita.
A las afueras del núcleo urbano de Cascais está el mirador natural de la Boca do Inferno y unos veinte kilómetros al norte el Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa continental. Desde este lugar privilegiado situado “donde la tierra termina y el mar empieza” según el poeta Luís de Camões, se puede ver una impresionante puesta de sol que os recordará que Cascais ha sido una elección perfecta para pasar unos días de descanso.
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Texto de Tus Destinos
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