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Diez razones para enamorarse de la isla

A continuación te contamos los diez principales motivos por los que uno queda rendido a los pies de esta maravillosa isla.

1) El termómetro como aliado

Gran Canaria fue agraciada con una privilegiada climatología, fruto de su situación geográfica, y la generosa voluntad de los vientos alisios. Éstos son algunos de los condicionantes que le confieren una temperatura media anual de 24 grados. La peculiar orografía de la isla garantiza una atmósfera suave que relativiza el rigor de las cuatro estaciones del año.

2) Un espectacular decorado natural

El afán por la conservación de su patrimonio natural ha convertido a Gran Canaria en un lugar en el que el tiempo parece haberse detenido. Casi la mitad de su superficie es territorio protegido, un legado que asegura un nivel de pureza medioambiental extraordinario. Y lo mejor de todo es que toda su superficie es de libre acceso para el visitante. La característica principal de este magnífico entorno natural es su origen volcánico.

3) La playa en el ADN de la isla

Gran Canaria alberga 60 kilómetros de playas en sus 236 kilómetros de costa. Su litoral ha sido el lugar de ocio preferido de generaciones de isleños orgullosos de poder compartir su tesoro con el visitante. El catálogo es amplio y para todos los gustos, desde las extensas alfombras de arena rubia del sur a los parajes íntimos que salpican el norte. Una de las ventajas de Gran Canaria es que en la isla disfrutar de sus playas es posible durante casi todo el año.

4) El paraíso de los deportistas

Una de las ventajas de tener un clima tan favorable durante todo el año, y un entorno natural privilegiado la convierten en enclave óptimo para la práctica del deporte al aire libre. Los amantes del senderismo están de enhorabuena gracias a la red de caminos que recorre toda la geografía de la isla. Gran Canaria también es un paraíso para los apasionados de la bicicleta, sin duda, una de las mejores maneras de disfrutar del paisaje insular. Los que prefieran el mar pueden elegir entre un variado surtido de actividades. Surf, windsurf o kitesurf si lo que se busca es un chute de adrenalina; pesca deportiva y submarinismo si se desea disfrutar del paisaje del fondo marino.

5) Un lugar para disfrutar en familia

Gran Canaria es un destino ideal para disfrutar del turismo familiar. En pareja o al calor de los más pequeños de la casa, la isla ofrece todo tipo de atracciones que harán del viaje toda una experiencia inolvidable.

6) Tierra de Historia, cultura y ocio

La historia prehispánica de Gran Canaria continúa latiendo seis siglos después de la conquista castellana de la isla. El pasado aborigen se conserva con celo en parques arqueológicos y museos que también recogen el mestizaje cultural que reina en la isla. Cristóbal Colón hizo escala en Gran Canaria camino de América dejando una huella imborrable de la que aún se preservan curiosos vestigios. A nivel de ocio y cultura, el Carnaval, sin duda, es una de las fiestas más representativas, el cual saca a relucir el carácter afable y divertido de los grancanarios.

7) Un exquisito mar de sabores

Cada rincón de Gran Canaria ofrece deliciosos aromas, muchos de ellos procedentes de una gastronomía rica y heterogénea. La isla presume de ser el único lugar de Europa en el que se cultiva café, pero también lo hace de sus productos hortofrutícolas, una jugosa repostería, y un icónico ron, elaborado además en la bodega más antigua del continente.

8) Haz una pausa en tu vida

Gran Canaria es un destino perfecto para descansar y dejar atrás la rutina diaria y el estrés laboral. Sin duda, cuidarnos es una de nuestras prioridades, y en Gran Canaria no falta la oferta de centros de spa y wellness.

9) Una capital moderna y abierta

El casco histórico de Las Palmas de Gran Canaria, ubicado en los barrios de Vegueta y Triana, merece una sosegada inspección para contemplar sus casas de estilo colonial. El Puerto de la Luz es uno de los principales centros de su actividad comercial y, a solo un paso, al otro lado del istmo de La Isleta, sobresale como punto de encuentro Las Canteras, una de las mejores playas urbanas del mundo. La capital posee una atractiva propuesta de entretenimiento producto de su esencia moderna y cosmopolita.

10) Pueblos con encanto

Agaete, Mogán, Teror o Tejeda son sólo algunos de los enclaves a explorar para conocer el espíritu isleño. La amabilidad de su gente y la riqueza de sus tradiciones hacen que el visitante se sienta como en casa. En la cumbre o en la costa, pasando por las medianías, cada municipio contribuye armónicamente a la proyección de nuestras señas de identidad.

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Imágenes de Patronato Turismo Gran Canaria

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Gran Canaria la gran evasión del Atlántico

Los días libres son una grata sorpresa que nos depara el calendario y no hay mejor manera de aprovecharlos que subir a un avión y viajar hasta un destino turístico fresco, divertido y cercano. Ese lugar es Gran Canaria, un torbellino de sensaciones a medio camino de Europa, África y América.

Gran Canaria está a sólo un par de horas de vuelo de la Península Ibérica. Así que llegar hasta allí es sumamente fácil. Un desplazamiento cómodo y sin escalas te llevará a este territorio diverso que brotó hace millones de años de volcanes sumergidos en el fondo del Atlántico.

Una de las ventajas de escoger Gran Canaria como refugio para acabar con la monotonía es, sin duda, su sol de invierno. La Isla mantiene una temperatura media constante de 24 grados durante todo el año, lo que permite disfrutar al máximo de los días en Las Canteras, Maspalomas, Playa del Inglés o el Puerto de Mogán, algunas de sus más conocidas y famosas playas.

El litoral grancanario es el escenario perfecto para liberar energía practicando deportes acuáticos, pero si lo que prefieres es hacer una incursión por el interior, no debes dejar escapar la oportunidad de visitar los pueblos de Teror, Agüimes, Tejeda y Artenara; o lugares tan sorprendentes como el Barranco de Guayadeque, un antiguo asentamiento prehispánico que destaca hoy por sus acogedoras y llamativas casas-cueva.

En un viaje a Gran Canaria no debe faltar una visita a la cumbre de la Isla, el espacio central de la Reserva de la Biosfera en el que se levantan los roques Nublo y Bentayga. Prepara tu cámara fotográfica. Además, desde allí sentirás que literalmente has llegado al cielo cuando un fenómeno meteorológico conocido comomar de nubesponga el mundo a tus pies como si fueras protagonista de un cuadro en el que escarpadas montañas y profundos barrancos ofrecen paisajes para el recuerdo. 

La costa norte de Gran Canaria alberga rincones imperdibles como el Puerto de Las Nieves o el Valle de Agaete, frondoso jardín de frutas tropicales y lugar en el que se cultiva el único café hecho en Europa; Gáldar te espera con la majestuosidad de su Cueva Pintada, el más importante de los yacimientos aborígenes canarios; Arucas es la  sede del Ron Arehucas, una señera bebida que ha amenizado los festejos de varias generaciones de canarios.

Hay que conocer Las Palmas de Gran Canaria, una capital abierta y colmada de ofertas culturales. El barrio de Vegueta es el corazón histórico de la ciudad y merece la pena adentrarse en su zona más monumental para ver de cerca la Catedral de Santa Ana, el Museo Canario, el Centro Atlántico de Arte Moderno o la Casa de Colón, un bello enclave en el que el navegante genovés hizo escala camino del Descubrimiento de América que ilustra las relaciones entre Canarias y el Nuevo Continente.

Si deseas pasar una intensa jornada de compras a precios más que competitivos, la Calle Mayor de Triana es el sitio perfecto para ello. Grandes firmas nacionales e internacionales y prestigiosas marcas locales cuentan con establecimientos en esta área comercial que te alegrará la vista en tu paseo por la capital con sus pintorescos edificios de diferentes estilos arquitectónicos.

Gran Canaria es una isla viva. Un destino turístico para disfrutar en la calle de sus mercadillos y puestos artesanales, y también de los eventos programados durante todo el año. Durante el último cuatrimestre de 2016  se celebrarán acontecimientos esperados como la salida de la regata ARC, el festival de fotografía submarina de Las Palmas de Gran Canaria, el Belén de arena de la playa de Las Canteras o el Gran Canaria Walking Festival, un gran encuentro para los amantes del senderismo que ha confeccionado para su quinta edición nuevas rutas y un itinerario nocturno para contemplar las estrellas en la Cumbre de Tejeda.

Todas esas propuestas convierten a la Isla en un destino único para disfrutar de un puente o unas cálidas vacaciones de otoño o invierno. En Gran Canaria el tiempo siempre se hace corto y hay muchos planes para disfrutar por delante.  

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5 deliciosos momentos en Asturias

Copiosas comidas en los Picos de Europa

No es ningún secreto que en los Picos de Europa se come muy bien. Únicamente en Cabrales se elaboran más de 40 tipos de quesos diferentes y es la región con más variedad de toda Europa.

Estaba claro que, para darnos un buen festín, primero teníamos que realizar algún tipo de esfuerzo. La ruta más habitual de la zona es la del Cares, muy empinada al principio pero bonita y relajada durante resto del recorrido. Es casi como un bautismo al senderismo para muchos y los fines de semana es muy frecuentada.

Nosotros optamos por el recorrido que va de Poncebos a Bulnes, en un empinado y entretenido camino por el que fuimos tropezando con cabras salvajes. Bulnes es un pueblecito muy pequeño, el único de Asturias al que no se puede acceder por carretera. Aunque tiene muy pocas casas, prácticamente todas ellas son bares, posadas y restaurantes en los que comer muy bien. Aquí nos zampamos una buenas fabes y otras especialidades de la provincia, como la cazuelita de pulpo con patatas, los choricillos a la sidra y un pastel de cabracho.

Probando en Villaviciosa la mejor fabada del mundo (y un enorme cachopo)

Dió la casualidad de que, justo al lado del hotel en el que nos alojamos en Villaviciosa, se encontraba la sidrería Bedriñana, premio 2014 a la 'mejor fabada del mundo'. Y eso no es poca broma en Asturias!

La fabada, evidentemente, estaba buenísima y, para rematar, pedimos de segundo un cachopo para compartir. El cachopo o cachopu es un plato típico de la cocina asturiana, sólo apto para grandes estómagos. Se trata de dos filetes de ternera que se pueden rellenar con queso, jamón u otros ingredientes. Además, vino acompañado de tal cantidad de guarnición, entre patatas, pimientos y champiñones, que no pudimos acabar entre dos ni medio plato.

Aquí nos dimos cuenta de que has de tener mucho cuidado al pedir los platos. Si un camarero asturiano te dice que pides como un pajarillo, empieza a temblar. Lo que tienen preparado para servirte es una comilona pantagruélica.

Para una excelente mariscada, ve a Tazones

Muy cerca de Villaviciosa se encuentra Tazones. Aunque guarda toda la esencia de pueblo de pescadores, con bonitas calles empedradas y casas bajas de balcones coloridos, a Tazones se va a comer buen marisco y pescado. La oferta y calidad es inmensa, en cualquiera de los restaurantes que se nutren de pesca autóctona.

En Gijón, maravillosos cócteles

Aprovechamos una visita rápida a Gijón para tomar unos cócteles en uno de los lugares más frecuentados de la ciudad. Se llama Varsovia y se encuentra en el mismo paseo de San Lorenzo, en calle Cabrales 18. Se encuentra en un emblemático edificio histórico de la ciudad y su interior decorado con una ecléctica variedad de mobiliario que pasa desde sofás Chester a antiguo mobiliario de madera. Sus grandes ventanales, ofrecen las mejores vistas sobre la playa de Gijón.

La carta cuenta con gran variedad de cócteles, en un ambiente inmejorable y con una buena selección musical de fondo.

La sidra: usos y costumbres

Un tema aparte es la sidra, la bebida por excelencia de Asturias, y su modo de servir.

La sidra en Asturias no suele costar en ningún lado más de 3 € la botella, que es de color verde oscuro, y se pide para compartir entre varios. Al ser de baja graduación, puedes tomar varias, que nunca saldrás demasiado perjudicado del local.

El momento de escanciar provoca graciosos momentos entre los recién iniciados, que llenan de salpicones a la gente que se encuentra a su lado y tira más al suelo que al mismo vaso. Es necesario escanciar, rompiendo el chorro de sidra contra el borde del vaso, para que, al mezclarse con el oxigeno del aire, potencie su sabor y olor. Al servir la sidra se pregunta ¿quién bebe?, y se toma el vaso que se debe beber de un trago o dos, a lo sumo. No está bien visto dejarla reposar mucho tiempo porque pierde sus propiedades.

Si no tenéis mano para escanciar sidra, lo mejor es pedir al camarero que te sirva un culín o culete. Si te animas,a escarciarla tú mismo, debes saber que el chorro debe ser lo más alto posible y romper en el borde del vaso. No es obligatorio ni necesario empapar al resto de comensales.

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Los 5 parques imprescindibles de Madrid

1. El Retiro, el más popular

El parque del Retiro, que abarca un total de 118 hectáreas, es uno de los espacios verdes más conocidos de Madrid. Su proximidad con el centro y su accesibilidad lo convierten en el lugar favorito de los madrileños y de los que visitan la ciudad. Tiene sus orígenes entre 1631 y 1640, años en los que se empezó la construcción de una segunda residencia real en estos terrenos, el Palacio del Buen Retiro, con el objetivo de convertirse en un espacio de recreo para los monarcas. De esa primera época apenas se conserva nada, ya que el palacio fue demolido tras la Guerra de la Independencia, en 1808. Después de la revolución de 1868, el parque pasó a ser de propiedad pública.

Una jornada en el Retiro da para pasear en busca del que dicen que es el árbol más viejo de Madrid, tomar un refresco en alguno de sus quioscos, dar una vuelta en barca en el Estanque Grande, ver alguna de las exposiciones programadas en el Palacio de Velázquez y en el Palacio de Cristal, disfrutar de la vegetación, descubrir su pasado histórico a través de sus fuentes y esculturas, y conocer una de las pocas representaciones que hay del Ángel Caído.

2. La Casa de Campo, el mayor parque público de Madrid

Con unas 1.722 hectáreas, es el  parque urbano más grande de España. Históricamente fue propiedad de la Corona Española, a la que servía, entre otras cosas, como coto de caza. Con la proclamación de la Segunda República, el parque fue cedido a la ciudad de Madrid y convertido en espacio público.

La Casa de Campo es el lugar perfecto para la práctica de deportes como el ciclismo, el running, el senderismo o el fútbol. También cuenta con instalaciones deportivas donde jugar a tenis y hacer natación. En uno de sus iconos, el lago, está permitido navegar en piragua y en barca.

Pero no todo es deporte en este parque, también hay espacio para el ocio en sus múltiples facetas: el Parque de Atracciones, el Zoológico, diversos recintos feriales, el pabellón multiusos Madrid Arena y la Venta del Batán. Otro de sus grandes reclamos es el Teleférico que une la Casa de Campo con el Parque del Oeste, que ofrece unas magníficas vistas tanto del parque como de Madrid.

3. Jardines del Campo del Moro, con aires de realeza

Considerado Jardín Histórico Artístico desde 1931, ocupa 20 hectáreas, que van desde el lado oeste del Palacio Real hasta el paseo de la Virgen del Puerto. Dice la leyenda que en 1109 el líder almorávide Alí ben Yusuf acampó en estas tierras durante su intento de reconquistar el antiguo Alcázar Real, y que de ahí vendría su nomenclatura.

Los Jardines del Campo del Moro son uno de los tres espacios ajardinados con los que cuenta el Palacio Real. Poco conocidos por los madrileños, ofrecen unas vistas únicas del palacio. Es el lugar perfecto para pasear y relajarse. En el eje central del parque destacan dos conjuntos escultóricos: la Fuente de los Tritones y la Fuente de las Conchas. Una de las curiosidades con las que cuenta es la Casa de Corcho, un pequeño templete de inspiración romántica, cuya sencillez contrasta con el resto del espacio.

4. El Real Jardín Botánico, la huella de la ilustración

Fundado en 1755 por el rey Fernando VI, cerca del río Manzanares, fue trasladado en 1781 por Carlos III a su ubicación actual, el Paseo del Prado, junto al Museo del Prado, que por aquel entonces era el Museo de Ciencias Naturales.

El Real Jardín Botánico refleja el espíritu ilustrado de la época en que se diseñó. Lo conforman tres terrazas escalonadas con plantas procedentes de Europa, América y el Pacífico, entre las que hay unas 5.000 especies diferentes. Además cuenta con una biblioteca, entre cuyo material destaca un herbario con más de medio millón de pliegos, y un archivo con cerca de 10.000 dibujos. En 1942 fue declarado Jardín Artístico. 

5. El Capricho, el rincón romántico

Situado en la Alameda de Osuna, es uno de los grandes desconocidos de la ciudad y una auténtica joya, que en 1985 fue declarada Bien de Interés Cultural. Creado en 1784 por iniciativa de la doña María Josefa Pimentel, duquesa de Osuna, es un claro reflejo del gusto de la época por el romanticismo. En él se entremezclan referencias inglesas, francesas e italianas. Este jardín contiene un palacio, una ermita, fuentes, grupos escultóricos, estanques y un laberinto, todo ello en un entorno de gran riqueza botánica. Durante la Guerra Civil se construyeron varios refugios antiaéreos de los que aún se pueden ver algunos de sus respiraderos.

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Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Naliade, Pablo Sanchez, Kus Cámara, M a n u e l

 

 

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