Disfrutando del otoño en Mallorca
Tras el caluroso y ajetreado verano mallorquín, repleto de turistas en busca del sol y de sus fabulosas playas, llega el otoño, y con él la calma, y uno de los momentos más bellos del año para visitar la isla. El clima sigue siendo suficientemente agradable como para hacer excursiones por la isla, y el volumen de gente con el que nos crucemos es infinitamente inferior. Solo una pega, también es probable que nos encontremos en nuestro recorrido con muchos de los chiringuitos y negocios de temporada estival cerrados, pero ese es un riesgo que bien merece la pena correr, sobre todo si vamos en busca de la tranquilidad y la relajación en compañía de algunos de los mejores paisajes del Mediterráneo.
Pasear por Palma
Una de las primeras cosas que podemos hacer en la isla es disfrutar de su capital, y de las huellas de su pasado paseando por su centro histórico. Entre los sitios que no deben de faltar en tu ruta están su imponente Catedral, en cuyo interior hallarás los trabajos realizados por el artista Miquel Barceló en la capilla del Santísimo, el Palacio de la Almudaina, la Lonja, y la Plaza Mayor. No olvides acercarte hasta Santa Catalina, el barrio más trendy de la ciudad, donde, entre otras cosas podrás disfrutar de su variada oferta gastronómica.
Disfrutar de sus playas
Darte el último baño de la temporada en una playa solitaria, disfrutar de una magnífica puesta de sol, o simplemente quedarte contemplativo deleitándote con las vistas son algunos de los placeres de los que puedes disfrutar en esta época del año en la costa mallorquina. Con casi trescientas playas en su haber, entre las que se cuentan de fina arena, de rocas y guijarros, o recónditas calas, seguro que encuentras un rincón donde desconectar del mundanal ruido.
Hacer actividades en la naturaleza
El buen clima del que goza la isla durante todo el año y los múltiples posibilidades que ofrece la isla la convierten en un lugar idóneo para la práctica de deportes en la naturaleza como el ciclismo y el senderismo. Los aficionados al cicloturismo solo tenéis que facturar la bici o alquilarla, y animaros a recorrer sus carreteras y caminos comarcales desde los que se puede ir cómodamente de una población a otra disfrutando al máximo del paisajes.
Por otra parte, los amantes del senderismo no debéis de perder la oportunidad de acercaros hasta uno de los parajes más bellos de la isla, como lo es la Serra de la Tramuntana, con rincones de alto valor ecológico, como el islote de Sa Dragonera, hoy Parque Natural, o el Torrent de Pareis y las Fonts Ufanes, declarados monumentos naturales.
Y a aquellos que os vaya la ornitología o el bird watching, Mallorca es un buen emplazamiento para la observación de las aves, ya que acoge a numerosas especies migratorias durante los meses que van del otoño a la primavera. Entre las diversas actividades que se realizan al respecto está la “I Mallorca Birding Race”, un maratón ornitológico que se realizará del 21 al 23 de octubre.
Degustar sus vinos
Mallorca tiene en su haber unas 70 bodegas de vino, y con ello, una excusa fantástica para practicar el enoturismo por la isla. La ruta más popular es la de la D.O. Binissalem que incluye los siguientes pueblos ubicados en el centro de Mallorca: Santa María del Camí, Consell, Binissalem, Sencelles y Santa Eugenia. Durante el recorrido encontrarás desde bodegas clásicas como la de José Luis Ferrer, Vins Nadal, a otras con menos tiempo en el mercado, como el Celler Ramanya. Como curiosidad, fuera de esta ruta y de esta D.O. se encuentra la bodega 4Kilos que cuenta por un lado con la figura del enólogo Francesc Grimalt, y por otro lado con la de uno de los socios fundadores del SÓNAR, Sergio Caballero.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Cristian Bortes
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Siguiendo los pasos de Ulises
Este pedazo de tierra bañado por el Mediterráneo esconde algunos de los lugares más bellos de toda Grecia. Sus espectaculares playas se combinan con lugares de interés cultural, donde la modernidad y el comfort han sabido respetar la tradición de una de las culturas más antiguas de la humanidad.
La capital lleva el mismo nombre que la isla: Corfú, y destaca por ser la mayor ciudad medieval griega, así como una de las más bellas del Mediterráneo. Vamos a perdernos por sus recovecos...
La Spianada
Uno de los lugares de obligada visita de Corfú es, sin duda, la plaza de la Spianada, una de las mayores de toda Grecia en cuanto a extensión y lugar de encuentro de visitantes y turistas.
El edificio más destacado de la plaza es elListón, en cuyos preciosos soportales podremos hacer un alto y resguardarnos del sol. En la zona norte de la Spianada se sitúa el Palacio de San Miguel Y San Jorge, que data de la década de la ocupación inglesa (1814-1824) y, en la zona oriental encontramos una fortificación veneciana del siglo XV.
En la misma plaza, encontramos también la Fortificación Nueva, el ayuntamiento (s XVII), la Academia Jónica y el Parlamento Jónico. La Sociedad Lectora, la fundación cultural más antigua de la Grecia moderna y la antigua Prefectura, antiguo edificio Kapodistrias y actual sede de las oficinas de la universidad jónica.
El Corfú de los barrios: Kampielo, Mouragia, Mantouki y Ombriaki
Adentrándonos en las entrañas de la capital, nos encontramos con un laberinto de callecitas empedradas. Estamos en el barrio de Kampielo, el más antiguo de Corfú y uno de los que conservan más encanto. Siguiendo la ruta, llegaremos al barrio de Mouragia, una auténtica belleza rodeada de murallas costeras, donde cada fotografía se convierte en una postal espectacular. Bajando hacia el mar, nos topamos con el Mantouki, en las inmeiaciones del puerto nuevo y con el antiguo barrio judío, conocido como el Ombriaki.
Llegando al centro de Corfú, encontramos la plaza Soroko, punto de referencia de la vida moderna de la isla y un buen alto en el camino para reponer fuerzas.
El Corfú del arte
Como no podía ser menos, en un archipiélago cargado de historia,la isla de Corfú alberga tres museos. El museo arqueológico, que recoge restos de excavaciones realizadas in situ; el museo de arte bizantino y postbizantino; y el museo de arte asiático.
El Corfú de las playas
Sin duda, nos encontramos en un lugar privilegiado para disfrutar del sol y de la playa. Y es que en este pequeño trocito de paraíso mediterráneo, encontramos algunas espectaculares.
Tal vez las playas de Corfú no gocen de la popularidad de sus vecinas, pero para nosotros son algunas de las mejores de todo el Mediterráneo.
En la costa oriental, las más bellas son Kerasía, Kouloura, Nisaki, Barbati, Dasiá, y el enclave turístico de Komeno, Benitses y Agios Ioannis Peristerón. Mientras que en el norte, destacaríamos Achavari, Sidari y Peroulades. Aunque si tenemos qu decidirnos por alguna, nuestra favorita es la de Arilas, tal vez una de las más bellas de la isla, con arena fina y un surtido de pequeños islotes que le dan su toque pintoresco.
Tampoco desmerecen Paleokastrina, Ermones, Mirtiotisa y Glifada. Ésta última se ha convertido en un enorme centro vacacional.
Después de esta parada en su viaje a Ítaca, estamos seguros de que Ulises la anotó en su agenda como unimperdibleal que regresar.
Por Nadia Polo
Centro de Corfú por Bogdan Giuşcă | Corfu por Dr K | Fortaleza Frourio in Kerkyra por Tasoskessaris | Monasterios de Pondikonisi y Vlajerna en la isla de Pontikonisi por StefanosKozanis | Talon de Aquiles por Tasoskessaris | Palacio Achilleion por Thomas Schoch
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+ infoCascais entre reyes y espías anda el juego
Cascais es un municipio portugués situado a escasos 25 kilómetros al norte de Lisboa. En la actualidad es un destino turístico que tiene de todo: playas extensas y calas recónditas; naturaleza agreste donde practicar todo tipo de deportes; gastronomía con productos de calidad y una oferta inacabable de ocio; y una historia apasionante que recuerda que este lugar de Portugal fue refugio de nobles y familias reales y un nido de espías durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy Cascais es una población tranquila, salpicada de pequeñas playas urbanas y protegida del aguerrido Atlántico por una bella bahía y una imponente ciudadela. Merece la pena dar un relajante paseo por la Playa de la Ribeira o de los Pescadores y descubrir hermosos edificios como el Palacio de los Condes da Guarda o el Palacio Seixas.
El océano es uno de los grandes aliados de Cascais ya que de él se extrae la base de su gastronomía: el pescado y el marisco, que aquí se preparan de una forma excepcional. Entre los platos más populares de la región destacan la lubina, el sargo o el delicioso lenguado de Cascais, bien frescos, y acompañados de las mejores guarniciones. En este sentido, la oferta de restaurantes de esta localidad portuguesa es muy variada ya que hay desde los más sencillos y económicos hasta establecimientos refinados en los que innovación en la cocina está más que presente.
En el puerto de Cascais no solo se ven lujosos yates sino también embarcaciones de recreo y de competición. Y es que Cascais y, por extensión la Costa de Estoril, es un referente mundial de las competiciones de vela. Además de este deporte, las aguas de esta parte del Atlántico atraen a miles de surfistas (sobre todo a las playas de Guincho y Carcavelos), el windsurf, el paddle surf o la pesca deportiva, que cada vez está ganando más adeptos. Asimismo, el puerto de Cascais se llena de vida también cuando cae la noche porque está repleto de restaurantes y de bares y terrazas, ideales para cenar y tomar una copa.
Hogar de reyes, tierra de espías
A finales del siglo XIX la región fue una de las pioneras del turismo en Portugal. De hecho, en el año 1870 la entonces monarquía portuguesa eligió la ciudadela de Cascais para su residencia de verano debido a su excelente ubicación. También fue destino de nobles y familias de rancio abolengo europeas, entre ellos la monarquía española en el exilio que residió durante años en Villa Giralda.
Aparte de ser una población que rezumaba solera, Cascais, por su situación geográfica, atrajo durante la Segunda Guerra Mundial a innumerables espías como Ian Fleming (más conocido por todos por ser el padre del célebre espía de ficción James Bond) y el serbio Dušan Popov, mujeriego empedernido, del que se dice que fue la inspiración de Fleming cuando creó a 007. Los agentes que vivían en Cascais tenían rutinas muy parecidas. Les encantaba alojarse en el elegante Hotel Palacio, tomaban el té con deliciosos dulces portugueses en la Pastelaria Garrett y se dejaban las pestañas en el famoso Casino de Estoril que presenció más de una trifulca entre los agentes secretos que allí se daban cita.
A las afueras del núcleo urbano de Cascais está el mirador natural de la Boca do Inferno y unos veinte kilómetros al norte el Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa continental. Desde este lugar privilegiado situado “donde la tierra termina y el mar empieza” según el poeta Luís de Camões, se puede ver una impresionante puesta de sol que os recordará que Cascais ha sido una elección perfecta para pasar unos días de descanso.
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Texto de Tus Destinos
+ infoSenderos por los más bellos paisajes de Cantabria
Cantabria es naturaleza en estado puro. En poco espacio, concentra una gran variedad paisajística, en la que se suceden las más hermosas playas, acantilados, verdes valles de exhuberante naturaleza y hasta las más majestuosas montañas, como los Picos de Europa.
Por estas rutas de belleza incomparable, descubrirás los secretos mejor guardados de Cantabria y hará las delicias de los senderistas más exigentes.
El bosque de secuoyas del Monte Cabezón
Recorrer la senda por este bosque declarado Monumento Natural es una maravilla. Podemos pensar que sólo en California se puede encontrar este tipo de vegetación que tanto impresiona. No es así. En el Monte de las Navas tenemos un tupido bosque con secuoyas, que llegan a alcanzar incluso los 36 metros de altura.
Para entrar al parque, debes llegar al límite entre Cabezón de la Sal y Udías y emprender el camino que sale desde párking que encontrarás allí.
El valle de Nansa
Aquí tienes muchos rutas entre las que escoger. Una de los más características es la Senda temática dedicada al agua, la ruta fluvial de Nansa, que enlaza diversos miradoes relacionados con la hidrologia del valle y su patrimonio natural relacionado con el agua. Se inicia en Uznayo, cerca del nacimiento del Collavín, para terminar en la Tina Menor. Son unos 14 kilómetros entre la ida y la vuelta en un recorrido que va desde la cabecera del río hasta su desembocadura.
Parque Natural de Oyambre
En el mismo espacio costero de Saja-Nanja se encuentra el Parque Natural de Oyambre, con una de las costas mejor conservadas de todo el litoral. Abarca desde Comillas hasta San Vicente de la Barquera. El espacio, incluye las rías de La Rabia y San Vicente de la Barqueda, con extensas zonas de marismas, dunas y playas, como la de Oyambre. Un bellísimo paisaje natural para recorrer con los Picos de Europa como telón de fondo.
El camino de Aliva
El perfecto trayecto para este sencillo recorrido sería partir de Fuente Dé, a los pies de los Picos de Europa, y subir con el teleférico hasta el Mirador del Cable. A partir de aquí, se baja por Horcadina de Covarrobes para llegar hasta el valle de Camaleño, con sus hermosos parajes.
El trayecto de 11,5 kilómetros se suele realizar en unas 4 horas aproximadamente.
Por el litoral cántabro
Uno de los tramos mejor conservados del litoral cántabro es la zona que parte de La Tablía, en Suances, bordeando la costa hasta Punta Ballota. Pasa por las playas del Sable de Tagle y San Telmo y por toda la costa de Ubiarco hasta la ensenada del Puerto Calderón. Se trata de un agradable recorrido de unos 10 kilómetros, accesible para toda la familia.
El Faro del Caballo
Por el monte Buciero puedes realizar una senda circular de unos 12 kilómetros, que pasa por el Faro del Caballo y densos y misteriosos encinares. El recorrido sale de Santoña, bordeando la costa por la playa Berria y el penal de El dueso.
Al final llega la recompensa, con unas magníficas vistas de los acantilados desde el Faro del Caballo.
Ruta desde el Faro de Cabo
Si no te apetece alejarte mucho de la ciudad, tienes desde Santader una bonita ruta que parte desde el faro de Cabo Mayor, al norte de la ciudad. Este faro es la sede del museo del artista cántabro Eduardo Sanz y de sus grandes cuadros hiperrealistas sobre marismas, olas y faros.
Desde aquí se coge un sendero que bordea la costa hasta Virgen del Mar en un trayecto de una hora y media aproximadamente.
Imagen de Áliva por Florentino Alonso
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