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Estos son los mejores destinos de Carnaval de Europa

Los carnavales más típicos de Europa son una buena excusa para organizar una escapada relámpago en febrero. ¿Qué te apetece más? Cádiz, Tenerife, Venecia, Basilea...

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Cuatro gastrobares que no os podéis perder en Sevilla

Es de sobras conocida la fama de Sevilla por sus tapas. Pero la capital andaluza está en pleno proceso de efervescencia a nivel culinario, y lejos de limitarse a la tradición gastronómica se suma a un desenfadado, innovador y excelente proceso de reinvención a base de inspiración internacional, técnicas novedosas y toques de modernidad.

Lalola, taberna gourmet

Quizá nos podamos atrever a presentar a este restaurante como uno de los mejores de Sevilla.  Degustar las creaciones que se sirven en esta autoproclamada “taberna gourmet” vale la caminata que os tenéis que pegar para llegar a ella, situada bien lejos del movidito centro de la ciudad, en el barrio de Los Remedios. Lalola es territorio del chef Javier Abascal, un jovenzuelo del que, seguro, se oirá hablar más de una vez en los próximos años. Y menos mal. Su carta es una oda a cuatro de sus grandes amores: el buen producto, una cocina elaborada a fuego lento, reminiscencias de la cocina sefardí y la casquería, que tiene todo un apartado reservado en la carta y que os permitirá probar desde manitas de cerdo deshuesadas con cremoso de patatas hasta mollejas de ternera con migas de anís y bambú o foie de rape. Pero no es todo, ya que los demás platos para compartir son otra sorpresa: humus de garbanzos ecológicos, pimento de la vera y sésamo; fideos con tartar de atún y algas... Ticket medio: 20 € por persona.

Mercado Lonja del Barranco, variedad para todos los gustos

Entrar en el Mercado Lonja del Barranco es ver cómo los señoritos se han desplazado al lugar quizá más modernito de Sevilla, con su estética vintage y nórdica, algo que no deja de sorprender cuando acabas de pasearte por el antiguo barrio judío y te has topado con una procesión religiosa en el barrio de Triana. Pero mola, porque en la variedad está el gusto. Y aquí hay mucha variedad, con lo que es el lugar más recomendable para los indecisos, para los gourmets que quieren probar un poquito de todo o para quienes se desplazan en grupo. En el Mercado Lonja del Barranco encontrareis más de 150 propuestas culinarias, tanto locales como internacionales. Lo más difícil será elegir entre una u otra opción. Recomendamos hacer una paradita en la marisquería y probar la tan típica tortilla de camarón. También en el puesto de salmorejos gourmet donde proponen distintas variaciones de esta especialidad local, en la croquetería, en el stand de jamón al corte… Ticket a partir de 3 €.

Séptimo, gastrobar

Séptimo porque el siete es el número de la suerte. Y parece que a Isabel y Floriant, la pareja hispano-francesa dueña de este local, les ha funcionado. Algo de suerte hay, claro, pero tampoco hay que restar mérito a su trabajo bien hecho, movidos por una infatigable pasión que percibes en cuanto te hablan de la pieza de atún que tienen en la cocina con un reluciente brillo en los ojos. Así han conseguido que este pequeño y acogedor local esté siempre lleno desde que abrió hace poco más de un año. La propuesta son tapas gourmet “inspiradas en donde sea”, acompañadas del vino que “les pega más”. Lo cuenta Isabel, que añade con este acento tan sevillano que amamos: “hacemos comida rica a nuestra manera”. Chapeau a su pastela de pato, al atún marinado o el tartar, tres platos que califican como estrellas de la carta y que casi siempre están, pese a que el resto de propuestas cambian cada temporada. Ahora podréis degustar, por ejemplo, una maravillosa alcachofa salteada con calabaza, setas y presa ibérica; un tiernísimo medallón de cordero con crema de boniato, o la crème de la crème: una torrija de leche tibia servida con una bola de helado que está para soltar más de una lagrimita. Ticket medio: 20 € para dos.

Perro Viejo, fusión internacional

Tenía que haber un refugio hipster en Sevilla y éste es Perro Viejo. Un local impresionante de tres plantas con un interiorismo ultra cool, ultra moderno, ultra bonito (todo es madera, hierro y vegetación con clara inspiración industrial), con domicilio en pleno centro de la capital andaluza desde hace un par de años. Aquí las tapas son una mezcla de tradición y fusión internacional (hay claras influencias tailandesas, japonesas o peruanas en su cocina...), con un especial énfasis en las nuevas tendencias culinarias, como se percibe, por ejemplo, en su exquisito tataki de pez mantequilla; pulpo a ‘feira’ con migas, huevo ecológico y caldo ibérico; dumplings de cerdo glaseados con vinagreta de chiles; papas bravas a la brasa; ceviche… Todo ello amenizado con una gran carta de vinos y, sobre todo, cócteles espectaculares. Ticket medio: 40 euros para dos.

Reserva tu Vueling a Sevilla y anímate a saborear los mejores gastrobares de la ciudad.

Texto de Laia Zieger de Gastronomistas.com

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Historia y vino en Saint Émilion

El monje Émilion, una especie de Robin Hood, fue el encargado de darle nombre a esta localidad que se encuentra a 38 kilómetros de Burdeos –cuesta aproximadamente media hora llegar tanto si vas en coche como si lo haces en tren-. Pasear por sus calles empedradas y empinadas es respirar historia... y vino. El aroma de Baco inunda todo el pueblo, que se encuentra rodeado de viñedos de las variedades merlot, cabernet franc y cabernet sauvignon

En un día podéis ver la gran mayoría de sus encantos, pero os aseguramos que querréis quedaros allí para toda la vida. Gran parte de la historia de Saint-Émilion se encuentra bajo tierra, lo que nos hace imaginar un pasado lleno de sociedades masónicas y grutas secretas, un aire de misterio que otorga aún más atractivo a este municipio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. 

Mundos subterráneos

De visita obligada es su iglesia monolítica, la más grande de Europa. Excavada bajo tierra, es imposible de imaginar sus dimensiones desde fuera. Esta joya arquitectónica nos permite adentrarnos también en las catacumbas, donde se enterraban a los antiguos nobles. Se realizan visitas guiadas en varios idiomas cuyos tickets se pueden comprar en la oficina de turismo y que vale la pena contratar. En el caso de la visita guiada en español, se hace siempre a las 12h. 

Si os gustan mucho los mundos subterráneos también hay diversas bodegas bajo tierra que podéis visitar, como la Cardinal Villemaurine, Clos de Menuts o Manoir Galhaud, por citar solo algunas. Además hay más de 100 châteaux donde degustar todo tipo de vinos con denominación de origen de Saint -Emilion. Eso sí, en las catas no olvidéis escupir de vez en cuando el vino, no se os vaya a subir a la cabeza y acabéis haciendo cosas de las que arrepentiros a la mañana siguiente. 

Paseando por la villa

En el exterior la villa nos ofrece paisajes de postal y paseos románticos. Subir y bajar las calles empinadas con tu pareja cogidos de la mano convierte el recorrido en lo que puede parecer un camino de obstáculos por las piedras irregulares, como si de una metáfora sobre el amor se tratara.

Callejeando se llega a la puerta de la Cadena, un arco que en sus días separaba la parte alta de la ciudad, dónde vivían los nobles, de la parte baja, dónde residían los campesinos. 

En la Edad Media Saint-Émilion estaba defendida por un recinto fortificado que constaba de 1500 metros de murallas, y se accedía a la ciudad a través de seis puertas: la puerta Bourgeoise situada al norte, la puerta Brunet en el naciente, las puertas de los Chanoines y de Saint-Martin en el poniente, las puertas Bouqueyre o Bouquière y la de Sainte-Marie al sur. La puerta Brunet, que da a los viñedos, es la única que se conserva prácticamente en su estado original. Vale la pena acercarse a este lado de la villa donde lo único que escucharás será a los pájaros cantar. 

Otro de los monumentos que se ve desde prácticamente todo el pueblo es la torre del castillo del Rey. Se puede acceder a la parte alta por 1,5€ y contemplar unas vistas que dejan sin habla a cualquiera. 

Macarons para merendar

Antes de que Ladurée reinventara la fórmula de los macarons haciéndolos dobles y de diversos colores y sabores, éstos ya existían como un dulce de almendra esponjoso de gran tradición en pueblos como Saint-Émilion. En el siglo XVII las monjas Ursulinas de este municipio fueron las responsables de la cosecha de almendra que utilizaron en sus pasteles, creando así los macarons, famosos todavía hoy en toda la región. Podemos encontrarlos en dos tiendas de gran tradición: Mouliérac y la Fabrique de macarons. Si sois muy golosos y os quedáis con ganas de más azúcar en vena, también podéis probar los canelés, unos pequeños bizcochos típicos de Burdeos cuya receta también pertenece a una orden monástica, esta vez del siglo XVI ¡Absolutamente delicieux!

Brasseries, foie gras y queso para cenar

Encontraréis múltiples restaurantes de cocina tradicional y brasseries, ideales para comer canard (pato) o entrecot. Y si lo que os apetece es probar quesos típicos franceses, algo de foie gras e incluso unas ostras mientras degustáis varios vinos, el restaurante L’Evers du Décor es el sitio ideal. Tiene un pequeño patio para las noches calurosas de verano y su carta de vinos es tan extensa como una novela de Cervantes. Dejad que el camarero os recomiende, y abandonaos a los efluvios de Dionisio. 

Si quieres descubrir la joie de vivre consulta tu Vueling a Burdeos y ¡a disfrutar!

 

Texto de Miriam Arcera para Los Viajes de ISABELYLUIS

Fotos de Antonio Caballero

 

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Los restaurantes top de A Coruña

Un año más y consolidando una tendencia al alza, la gastronomía gallega merece el reconocimiento de la Guía Michelin, una de las más prestigiosas y exigentes de todo el mundo. Ya son 12 restaurantes de Galicia los que han obtenido tal

Distinción, la cual celebra su talento culinario. Pero nos vamos a centrar en los 3 que se encuentran en la ciudad de A Coruña. Del resto hablaremos otro día. Unos están mirando al mar y otros a un paisaje verde; unos se inspiran en las vanguardias y otros ahondan en las raíces, pero todos tienen un sabor único, un sabor genuinamente gallego.

Alborada
(Paseo marítimo Alcalde Francisco Vázquez, 25. 15002 A Coruña)
Chef: Iván Domínguez

El restaurante está situado en el paseo marítimo que rodea A Coruña, a medio camino entre la Torre de Hércules y el castillo de San Antón. Es un espacio moderno y elegante, con dos comedores abiertos al Atlántico y un comedor privado, más recogido. La decoración juega con maderas nobles, el corcho y el hierro, en sintonía con la luminosidad de un espacio amplio.

Alborada es un restaurante basado en los productos gallegos, sobre todo mariscos y pescados, a los que aplica una elaboración actual. Una cocina de altos vuelos que le llevó a obtener una estrella Michelin en 2010. En la carta hay siempre pescados y mariscos del día, acompañados de sabrosas verduras de temporada. Bogavantes, cigalas, zamburiñas, merluzas, lubinas, lenguados... El mar es la estrella. Hay también dos menús muy atractivos: “Menú Clásico”, con los platos que marcan la trayectoria del restaurante; y “Menú Degustación”, con lo más nuevo y sorprendente de las creaciones del chef. Para completar la experiencia, Alborada cuenta con una surtida bodega con más de 600 referencias.

Árbore da Veira
(San Andrés, 109 bajo. 15003 A Coruña)
Chef: Luis Veira

Árbore da Veira está a unos pasos del mar, así que lo ideal es dejarse envolver por la brisa marina. En Árbore el ambiente es cálido y distendido. Pocas mesas y mucho espacio, maderas claras y muebles inspirados en el diseño nórdico, mesas sin mantel y una espectacular vajilla, con piezas únicas y artesanales. Este es un mundo feliz. Su chef, Luis Veira propone una travesía de lo más sugerente. Utilizando las técnicas más innovadoras, se trata de un recorrido gastronómico pensado para disfrutar en todos los sentidos. Lo que le gusta es avanzar, adentrarse en nuevas técnicas y nuevos productos, sobre todo si vienen del mar. El resultado son platos espléndidos de cocina de autor, pero eso sí con raíces en la tradición gallega.

De entrada, una aclaración: aquí no hay carta. Aquí se impone el dinamismo porque cada día hay dos nuevos y atractivos menús para elegir: “Raíces”, que incluye 8 snack, 10 platos y 8 petit fours, y “Árbore”, conformado por 8 snack, 15 platos y 8 petit fours. ¡Poca broma! Al final son, entorno a 30 creaciones culinarias, las que degustamos en una sola sesión. Eso sí, siempre productos de temporada y muy especialmente de mar (6 de los platos suelen ser a base de marisco) y las rías de Galicia: ostras, cigalas, zamburiñas, minchas (bígaros) o callos de bacalao. Como contrapunto al chef le gusta presentar algún plato de carne, siendo la ternera gallega o el porco celta su gran referente. Los platos, o los bocados como le gusta decir a Luis, cambian en función del mercado... y de su inspiración. En la bodega, Árbore sigue la misma filosofía innovadora: alrededor de 250 referencias de 30 D.O. de España y de todo el mundo que se renuevan trimestralmente, con predominio de los vinos gallegos. Una impecable selección pensada para maridar con los espectaculares bocados del chef. Hay dos propuestas de maridaje: En boca con 8 vinos; y en paladar con 12.

A Estación
(Estrada da Estación, 51. 15660 Cambre, A Coruña)
Chefs: Beatriz Sotelo y Xoán Crujeiras

Este restaurante situado a 15 km. del centro  de la ciudad de A Coruñallama mucho la atención porque ocupa la cantina y el almacén de una antigua estación de tren. Se trata de un espacio restaurado que nos atrapó a la primera de cambio, sobretodo por su iluminación. De día, el comedor es alegre y luminoso, con ventanales a ambos lados, como en un vagón de antiguo ferrocarril. Por la noche, el comedor se vuelve íntimo y elegante, con pequeños puntos de luz que crean una atmósfera evocadora de una cena en el Orient Express.

El binomio de maestros que comandan la cocina basan su ideario en una combinación de técnica y creatividad, pasión y delicadeza, mar y montaña. Además comparten su predilección por los productos del entorno, pero con la mirada hacia adelante. El menú de A Estación se sustenta en una cocina que armoniza experiencia, conocimientos y recuerdos culinarios. Su oferta se nutre de una carta con platos para picar y compartir, de entrantes, pescados y carnes de temporada, así como un menú degustación que puede incluir o no maridaje de vinos, y que varía mensualmente. Los productos aquí siempre son de temporada, de cercanía, de tradición, ecológicos, de cooperativa y de pequeños productores locales.

A Coruña dispone de muchísimos alicientes para cautivarte, y uno de ellos es su cocina. ¿A qué esperas para disfrutar de las propuestas de sus mejores chefs? Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto de Turismo A Coruña

Imágenes de Alborada, Árbore da Veira

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