Santa Catalina el barrio trendy de Palma
Palma tiene un barrio de moda,trendy o cómo más te guste denominarlo, y ese es Santa Catalina. Situado en las afueras de la que era la antigua ciudad amurallada, al oeste de Palma, en los últimos años ha ido renovando su cara y abriéndose un espacio en la ciudad, que le ha llevado a convertirse en lugar de imprescindible visita.
Debido a su proximidad con el puerto, originariamente era un barrio marinero. En el siglo XVIII empieza a haber cierta actividad industrial en la zona, muestra de ello son los icónicos molinos de “Es Jonquet” y la calle Industria. Pero es a finales del siglo XIX y principios del XX cuando se produce el mayor enriquecimiento de esta área, fruto de la expansión industrial. Precisamente de esta época son las casas de estilo modernista que se encuentran por el barrio, algunas de ellas construidas por los indianos que llegaban de Cuba.
Santa Catalina es un barrio de casas de una o dos plantas, con balcones y persianas mallorquinas, y con pequeños jardines o patios interiores. Al pasear por sus tranquilas calles descubrirás una peculiar mezcla de gente entre la que se cuenta un buen número de extranjeros que se han dejado seducir por los encantos de este bello y antiguo espacio de pescadores, y han decidido instalarse en él.
El núcleo principal de la zona está localizado en el Mercado de Santa Catalina, un auténtico punto de encuentro en el barrio. Ubicado en un edificio de 1920, mantiene gran parte de sus esencia, siendo un lugar perfecto para encontrar productos frescos y de temporada, la mayoría de ellos de procedencia local.
Uno de los puntos fuertes de Santa Catalina es el buen número de restaurantes que se han ido abriendo en los últimos años, y que lo han transformado en el espacio perfecto para acabar una jornada turística por Palma, poniendo el broche final con una buena experiencia gastronómica. Entre los locales más destacados están los siguientes:
Cantina Patrón Lunares. Situado en la centenaria sociedad de socorro mutuo Montepío del Arrabal, con un interiorismo lleno de poesía, en el que conviven a la perfección el pasado marinero y obrero, con los muebles vintage y piezas artesanales. Entre sus platos encontrarás cocina tradicional de la isla revisada junto a platos de mares más lejanos.
Restaurante Duke. Fiel reflejo de sus propietarios, que son grandes viajeros, es su carta, entre la que cuentan con platos de diversos puntos del planeta. Este pequeño local decorado con motivos surferos y fotos de sus viajes, es el lugar perfecto para comer comida sana a base de recetas originales y todo ello en un ambiente tranquilo. Os recomendamos rematar la comida con un mojito, son riquísimos.
Restaurante Hanaita. A pesar de la sencillez y escaso cuidado en la decoración de su pequeño local, éste es sin duda alguna uno de los mejores japoneses de Palma, con una excelente calidad en sus platos.
Restaurante Xoriguer. Situado en la calle Fábrica, es todo un clásico de Palma. En él hallarás, además de excelentes platos de cocina tradicional vasca, una espléndida y amplia oferta de carnes del mundo, entre la que se encuentra la mejor ternera Kobe o Black Angus.
Gin Burger. Tal y como bien indica su nombre, en este acogedor y moderno local encontrarás sabrosas hamburguesas, que podrás acompañar con magnífico gin tonic – cuentan con una amplia variedad de ginebras. Local apto para todos los públicos, incluidos vegetarianos y celíacos, a los que también se ha tenido en cuenta en su carta.
Además de por su oferta gastronómica, Santa Catalina también se ha convertido en epicentro de la actividad artística de la ciudad, que se congrega en los alrededores del Teatro Mar i Terra.
Ahora que ya sabes dónde está el barrio más trendy de Palma, sólo te queda coger tu Vueling y disfrutarlo.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Fabian Walden, Cantina Patrón Lunares,Fernando Vesga
+ info
Recorriendo el condado de Wicklow
Si tienes la oportunidad de viajar a Dublín, te recomendamos que aproveches para cogerte unos días de más para realizar alguna excursión por sus alrededores, donde te esperan magníficos paisajes y pintorescas poblaciones. Si hace unos posts te recomendábamos coger el DART, que es el sistema ferroviario que recorre la costa de Dublín, para visitar algunos de sus bellos pueblos, hoy te proponemos una escapada a lcondado de Wicklow, que se encuentra situado al sur de la capital irlandesa. Y te preguntarás, ¿qué tiene de especial esta región para que estire mis vacaciones y le dedique un tiempo extra? Paseos por la naturaleza, leyendas celtas, lagos, cascadas, mansiones, patrimonio histórico y mucha magia, ¿cómo lo ves? Merece la pena, ¿no?. A continuación te damos algunas claves para recorrer la zona y te indicamos cuáles son los espacios que no debes dejar de visitar.
El “Jardín de Irlanda”
El espléndido Parque Nacional de las montañas deWicklow es un de los principales atractivos de este condado. Situado a apenas 30 kilómetros de Dublín, ocupa una extensión de unas 20.000 hectáreas. Conocido como el “Jardín de Irlanda”, por la dimensión, la variedad y la belleza de su vegetación, es el lugar de escapada favorito de los dublineses durante los fines de semana, ya sea para estar en contacto con la naturaleza o ya sea para la práctica de deportes como eltrekking, el ciclismo, la pesca, el rafting, etc.
En este gran espacio natural sobresalen las montañas de Wicklow, que lo atraviesan de norte a sur. El pico más alto es el monte Lugnaquilla, con 925 metros de altura, al que le siguen los montes de Mullaghcleevaun, con 847 metros, y el de Kippure con 757 metros. Otro de los elementos relevantes que encontrarás es el río Slaney, que transcurre entre estos montes unos 72 kilómetros, y lagos como el Lough Tay, también conocido como Guinness, ya que algunos terrenos del mismo pertenecen a la familia de tan popular cerveza.
La mejor forma de disfrutar de este precioso parque es perdiéndose por las carreteras que lo recorren, que te llevarán por las múltiples facetas que llega a adoptar su naturaleza. Una auténtico placer para la vista y una de las mejores formas de conocer la campiña irlandesa.
Atractivos históricos
Otro de los platos fuertes que encontrarás en la zona es algún que otro resto histórico, como es el caso de Glendalough, un conjunto monacal que está situado en las Wicklow Mountains. Fundado en el siglo VI por San Kevin, y construido en gran parte entre los siglos VIII y XII, ha conseguido llegar a nuestros tiempos, a pesar de los ataques recibidos por los vikingos y de los saqueos perpetuados por los ingleses en el pasado. Tal y como su nombre indica –Glendalough en gaélico significa valle de los dos lagos-, este conjunto histórico se encuentra ubicado en un valle en el que hay dos lagos: en el superior se encuentran la mayor parte de los edificios que se conservan; en el inferior, el número de restos es menor, pero son los de mayor antigüedad y están relacionados con la vida San Kevin. La combinación de las construcciones en piedra, en muchos de los casos medio derruidas, con el entorno natural en el que se encuentran ubicadas es absolutamente fantástico, justificando más que de sobras una excursión al mismo.
Otros puntos de interés del condado de Wicklow son algunas de sus mansiones, como es el caso de la Avondale House, lugar de nacimiento y hogar del líder político irlandés Charles Stewart Parnell, o de la Powerscourt House, de la que destacan sus jardines, concluidos entre 1858 y 1875, y unos de los más importantes de Irlanda.
Déjate sorprender por la magia de este maravilloso condado irlandés situado a menos de una hora de Dublín, ¡reserva tu Vueling ya!
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Claire Gribbin
+ info
Costa Amalfitana la Campania más divina
Muchos amigos y conocidos nos piden que les recomendemos algún destino romántico y cercano para alguna celebración especial con la pareja. Siempre les respondemos lo mismo: la Costa Amalfitana, en la región italiana de Campania. Y es que es imposible que alguien no se enamore de este pedazo de litoral bañado por las aguas del Tirreno y cuyas sinuosas curvas esconden algunas de las poblaciones más bellas y divinas de Italia.
El mejor punto de partida para hacer este itinerario es Sorrento ciudad que, aunque no está dentro de esta ruta costera propiamente dicha, sí que es un destino con mundo encanto y cuyos hoteles lujosos atrajeron a grandes voces de la lírica como Enrico Caruso o Luciano Pavarotti -son memorables sus interpretaciones de Torna a Surriento (Vuelve a Sorrento),una de las canciones napolitanas más conocidas del mundo-. Desde los balcones que caracterizan la fachada marítima de esta localidad napolitana se tienen sin duda las mejores vistas del Vesubio, volcán que ha marcado a fuego la historia de estas tierras.
Positano es la primera localidad de la Costa Amalfitana (la Costiera Amalfitana en italiano) que descubriremos en esta ruta. Justo antes de entrar en el núcleo urbano hay fantásticos miradores para descubrir esta pequeña población cuyas casas se encaraman en la montaña dando lugar a una de las postales más elegantes e icónicas de Italia. Positano es pintoresca, única, una visita ineludible de la Costa Amalfitana, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1997. Sus empinadas calles están repletas de tiendas de moda y de productos típicos, y algunos de sus casi asequibles hoteles son verdaderos remansos de paz donde muchas parejas se dan el sí quiero. Es el caso del Hotel Poseidon, gestionado por los hermanos Aonzo, que miman a sus clientes como si fueran verdaderamente sus amigos.
Todavía recordamos como Marco nos dejó uno de sus coches de colección, un Alfa Romeo Spider rojo carmín, con el que tuvimos la oportunidad de visitar cuales estrellas del neorrealismo italiano, otras poblaciones míticas de la Costa Amalfitana:Amalfi y Ravello. La primera de ellas, que da nombre a toda esta parte del litoral del golfo de Salerno, destaca por su vistosa Piazza del Duomo y las escaleras que conducen a su catedral. Amalfi es perfecta para ir de compras por sus transitadas calles y para comer o cenar en algún recóndito restaurante con vistas al mar alguna de las especialidades de la zona como el pescado al acqua pazza regado con un vino blanco Fiano di Avellino. El punto y final gastronómico lo pone su licor por antonomasia: el limoncello, elaborado con los grandes y aromáticos limones que se producen en esta zona.
Otra de las localidades insignes de la Costa Amalfitana es Ravello, cuyas joyas son los jardines de Villa Cimbrone, que están abiertos al público, y la maravillosa Villa Rufolo, un lugar del que se prendaron poetas, artistas y músicos y que hace de esta parte del litoral italiano uno de los más bellos para casarse.
Reserva tu Vueling a Nápoles y haz un recorrido por la Costa Amalfitana.
Texto de Tus Destinos
+ infoLos encantos de Fez
Fez, la ciudad laberinto de Marruecos, es una de las más antiguas del país y que mejor conserva su autenticidad y su exotismo, con una arquitectura prácticamente inalterada desde hace siglos. Lo que quizás más llama la atención de esta ciudad magrebí es su condición menos turística y masificada, sobretodo en comparación con su vecina Marrakech. Y por eso mismo, posee un encanto especial que permite sumergirte de veras en la realidad cultural de sus gentes, sin esa sensación de agobio provocada por los mercaderes y buscavidas que en otras ciudades marroquíes pueden llegar a asfixiar al viajero. Sin duda, no habremos conocido Fez en su máximo esplendor si no nos adentramos en los siguientes lugares:
1.- Medina Fes el-Bali
El punto álgido de nuestro viaje a Fez se halla precisamente en el laberinto que conforman los más de ciento cincuenta barrios de Fes el-Bali con sus respectivas callejuelas y más de mil derbs o callejones sin salida. No es de extrañar que esté protegida por la UNESCO desde 1967, ya que además de tratarse de la zona más antigua de la ciudad, atesora algunos de los monumentos más emblemáticos. Antiguamente y por ley, cada barrio debía disponer obligatoriamente de una mezquita, una escuela coránica, una panadería, una fuente y un hammam. El Mausoleo de Mulay Idris y la mezquita Al Karaouine conjunto con las escuelas coránicas Attarine y Bou Inania, hacen gala de una arquitectura exquisita que merece la pena ser observada. Está permitido el acceso a no musulmanes a esta última, Bou Inania, aunque tendrán vetadas las salas de oración.
Perdernos por los grandes mercados de las calles Talaa Kebira y Talaa Seguira, pasando por las bellas plazas Nejjarine y Seffarine, y conocer de cerca el zoco de los curtidores son algunas de las experiencias imprescindibles para sentirnos como auténticos fecíes. Aquellos con ganas de aprender los trucos de la gastronomía marroquí, podréis hacerlo a través del Riad Tafilalet, cuyo chef Lahcem Beqqui, es uno de los más reputados del país. De esta forma, además de impartiros unas lecciones de cocina tradicional, también se os llevará al mercado para enseñaros dónde buscar los mejores productos. Después de esta sesión, hasta podréis preparar en casa una cena de lo más exótica y lograda a base de harira, tagine o cuscús.
2.- Medina Fes el-Jdid
La Medina Fes el-Jdid o la Nueva Medina fue levantada por la dinastía Merindia en el siglo XII, fuera del casco antiguo. Ésta está repleta de palacetes con patios andaluces, jardines, mezquitas y nuevos zocos, pero sobretodo lo que la hace más interesante es el ostentoso Palacio Real de puertas doradas, cada cierto tiempo limpiadas con una curiosa mezcla a base de jugo de limón, sal y vinagre. El Mellah o barrio judío,que se erige en pleno corazón de Fes el-Jdid y junto al palacio, ofrece también un elevado atractivo gracias a su mercado de la Grand Rue, al Boulevard Bou Ksissat y al contraste de las fachadas y balcones encarados al exterior con la arquitectura musulmana tradicional, en la que prima la privacidad.
3.- La Ville Nouvelle
Para completar nuestro recorrido por Fez, no debemos olvidar de visitar la Ville Nouvelle, la parte más nueva de la ciudad y construida a raíz del proteccionismo francés durante el siglo XX. Los más urbanitas disfrutarán de esta zona reservada a los lugareños con mayor poder adquisitivo, con su paso por la Avenida de Hassan II y por el Boulevard Mohammed V. Un sinfín de bares con terracitas glamourosas, restaurantes de todo tipo, heladerías y pastelerías con encanto llenan las calles de la Ville Nouvelle de movimiento. Resulta ideal para tomar el clásico té a la menta con unas pastas típicas para reponer fuerzas después de una tarde de compras. Un sitio que merece la pena descubrir!
Consulta nuestros vuelos aquí!
Imagen de NaSz451
Texto por Blanca Frontera
+ info