Y el arte llegó al metro
Viajar a las grandes ciudades siempre suele tener un gran hándicap, y es el de tener que afrontar las grandes distancias que hay entre un punto y otro. El metro suele ser uno de nuestros mejores aliados en estos casos, evitándonos largos viajes en autobús, interminables caminatas o inciertas (y caras) carreras en taxi. Este medio de transporte público que surca las profundidades de las grandes urbes –con alguna excepcional y agradecida salida al exterior-, resulta muy útil para acortar distancias, pero también tiene ese momento de bajada al abismo, generando cierta claustrofobia y mal rollo en muchos de nosotros. Si a esto le añadimos que no siempre acabamos de estar ubicados en la ciudad, y que no todas las indicaciones del metro son todo lo intuitivas que nos gustaría que fuesen –¡quién no se ha equivocado en más de una ocasión de parada en Londres!-, la experiencia puede resultar un pelín agotadora y estresante.
Estocolmo, como otras muchas capitales europeas, cuenta con una magnífica red de metro lista para ayudarnos en nuestros desplazamientos por la ciudad. Hasta aquí nada nuevo. Ahora bien, a diferencia de otros países, en la capital de Suecia han optado por convertir esta experiencia en algo más amable e inspirador decorando con obras de arte un elevado número de las estaciones que conforman la red. De las 110 estaciones que la configuran, en unas 90 se puede disfrutar del trabajo de los más de 150 artistas que han sido llamados a participar de esta experiencia. Pinturas, cerámicas, bajorrelieves y esculturas decoran los espacios transformando una acción tan rutinaria como es la de coger el metro en algo mucho más agradable e interesante.
La red de metro de Estocolmo se empezó a construir en 1950. Desde un primer momento se tuvo en cuenta la función pública de este espacio y la posibilidad que ofrecía a la hora de implementar obras de arte en él. Las primeras estaciones en ser construidas fueron las de la línea verde, que datan de los años 50, y entre las que destaca la T-Centralen, que precisamente es en la que se cruzan en la actualidad las tres principales líneas de metro. Desde entonces hasta la actualidad se ha seguido con la buena costumbre de incorporar el arte en el diseño de las estaciones. Entre las más impresionantes que encontraremos en nuestro camino están las de Solna Centrum y Radhuset, que bien podrían ser el acceso al mismísimo infierno.
Es tal el interés que genera el metro de Estocolmo, que ha pasado a convertirse en un lugar de cita imprescindible para los turistas, y como si de un museo más de la ciudad se tratase, se han incorporado visitas guiadas al mismo en época estival (entre junio y septiembre), que es cuando mayor número de viajeros se concentra en Estocolmo. Os recomendamos pasar por la oficina de turismo que se encuentra en la T-Centralen, desde donde parten los tours y desde la que se puede pedir cita-las visitas guiadas son solo en inglés-.
Reserva tu Vueling a Estocolmo y anímate a conocer de primera mano las obras de arte que decoran las estaciones de metro de esta bella ciudad.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Steph McGlenchy, Vargklo, Daniel Mott, Jakub Kadlec
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El mayor Parque de Atracciones en el Rin
El club de tiro San Sebastian de Düsseldorf, que se remonta a casi 700 años y cuenta actualmente con más de 1.500 miembros, monta El Parque de Atracciones más grande en el Rin . Se lleva a cabo durante la celebración de San Apolinar, patrón del club, cuya fiesta se celebra el 23 de julio. El punto culminante es el desfile histórico, uno de los mayores y más espectaculares en Alemania, con más de 3.000 tiradores uniformados, bandas de música y carros tirados por caballos.
San Apolinar fue declarado patrón de Düsseldorf, cuando la ciudad adquirió algunas de las reliquias del mártir en torno a 1300. Se construyó una hermosa capilla, ahora en la Iglesia de St. Lambert en el casco antiguo, en su honor. Finalmente, las conmemoraciones anuales se convirtieron en una feria en la que era costumbre que el club St. Sebastianus Schützenverein 1316 e.V. disparara a pájaros ficticios. Quien derribara el pájaro era nombrado rey del tiro durante ese año – una tradición que continúa hasta el día de hoy. Aparte de esto, la feria ha cambiado sustancialmente. Hoy en día, los 165.000 metros cuadrados de parque de atracciones en la orilla del Rin, cuenta con infinidad de atracciones de Alemania y del extranjero, orientadas a emocionar a más de cuatro millones de visitantes de todo el mundo. Todo el mundo espera con interés el desfile histórico – y los fuegos artificiales sensacionales sobre la ciudad. Los que saben le dirán que el mejor lugar para ver los fuegos artificiales es en medio del Rin a bordo del MS Riverstar, un buque elegante cuyos accesorios de madera y latón se remontan a los días de sus gloriosos viajes. Por desgracia, el barco sólo tiene capacidad para unos 170 pasajeros, por lo que se recomienda reservar con antelación.
Imagen de Rainer Driesen
Te apetece visitar Düsseldorf eh! Reserva aquí tus vuelos!
+ infoAbbey Road
La historia de la música está repleta de lugares con una aura mítica, que se han ganado un rincón privilegiado en todas las guías de viajes. En la mayoría de casos no se trata de museos, ni de eventos multitudinarios, ni de monumentos históricos, sino que son simples espacios urbanos que han cobrado un estatus legendario dentro del universo de la cultura popular.
Como sucede en todas las listas, existe un orden “no escrito” que marca la importancia de cada uno de estos emplazamientos y el más famoso es, sin duda, Abbey Road. Un paso de cebra en una zona residencial londinense que debe su fama internacional a una fotografía de los Beatles que se tomó en 1969 y que pasó a ser la icónica portada de su álbum grabado ese mismo año en los estudios de Abbey Road (justo al otro lado de esa calle).
Este paso de cebra se ha convertido en un lugar de peregrinaje para todos los fans de los Beatles y es habitual cruzarse con gente de todo el mundo posando como hizo el grupo de Liverpool para inmortalizar su visita a la capital inglesa. Aunque lo más fascinante es ver como el cartel con el nombre de la calle se ha transformado en un gran libro de dedicatorias de amor y de pasión hacia la banda de rock, con textos escritos en todos los idiomas imaginables. Asimismo, existe una webcam en la azotea de los estudios que emite 24 horas al día lo que sucede en ese pequeño tramo de calle tan famoso, incrementando aún más su leyenda en plena era digital.
Porque Londres no solamente es el Big Ben, el Palacio de Buckingham o Piccadilly Circus, sino que también es historia de la música pop (gracias a sus grandes leyendas).
Dirección: 3 Abbey Road, St. John’s Wood London NW8 9AY Web cam en directo: http://www.abbeyroad.com/crossing
Nosotros nos apuntamos, si quieres venirte consulta nuestros vuelos aquí.
Por David Moreu
Bristol brumas de trip hop y graffiti I
Volvemos a viajar con un equipo de periodistas del Mondo Sonoro. Esta vez decidimos investigar la escena musical de Bristol, muy activa desde finales de los 70, durante los años de gloria del punk, aunque sería en los primeros años 90 cuando la música de esta ciudad portuaria del sur de Inglaterra exigió toda la atención internacional. Y es que en sus calles se gestó, evolucionó y dicen que murió uno de los géneros definitorios de finales del siglo pasado: el Trip Hop. Pero la cosa no quedó ahí, poco después, Bristol le disputaba a Londres el título de cuna del drum’n’bass y hoy es el dubstep el que le permite seguir ocupando un lugar de honor en la electrónica de vanguardia. Todo sin dejar de ser un vergel para todo tipo de música en directo. Así que nos fuimos a Bristol con un buen puñado de interrogantes- quizá demasiados para ser resueltos en tan solo 48 horas-. Esto es lo que dio de sí la experiencia.
Bristol está tan solo a 48 minutos en tren desde Cardiff, un breve paseo que puedes aprovechar para repasar la programación de los innumerables clubs y salas de concierto que animan las noches de una ciudad de poco más de 400 mil habitantes.
Durante décadas, Bristol ha sido el puerto principal de Inglaterra. Lo cierto es que la ciudad floreció como centro comercial, enriqueciéndose con la distribución de vino, tabaco y, en el siglo XVII, también de esclavos. ¡Por algo el clásico “La isla del tesoro” situaba aquí el hogar del pirata Long John Silver! Durante la II Guerra Mundial, la importancia de sus muelles e industria aeronáutica atraería terribles bombardeos. Recientemente, la antigua zona portuaria ha retomado protagonismo como espacio de ocio a merced de un ambicioso programa de reurbanización completado en 2008, dando lugar a una de las zonas de paseo más transitadas: Harbourside. Se trata de una zona totalmente rehabilitada, en la que, además de áreas de restauración y ocio, puedes disfrutar de un mercadillo al aire libre, donde no faltan libros y discos de segunda mano, artesanía, repostería e incluso cerveza artesana.
Allí mismo se encuentra el Centro de información Turística de Bristol, inagotable fuente de conocimiento donde aprendimos que aquí está la sede de Aardman Animation, estudio creador de los oscarizados personajes de plastilina “Wallace & Gromit”; que aquí nació también Cary Grant, estrella del viejo Hollywood a quien se sigue rindiendo tributo con un festival que lleva el nombre del hitchcockiano actor; o que en los alrededores de la ciudad vivió hasta la adolescencia la escritora JK Rowling, mamá de “Harry Potter”. Pero nuestra adquisición más preciada en la oficina de turismo fue un plano para localizar la multitud de obras diseminadas por la ciudad del que quizá sea el personaje local más popular, aunque su identidad siga siendo un misterio. Hablamos del grafitero Banksy, hijo pródigo de Bristol (aunque no todos los gobiernos de la ciudad lo calificarían con ese apelativo).
Pero antes de emprender un foto-safari por los muros de la ciudad, tal vez sea buena idea conocerla desde el río que la atraviesa, conectándola con la costa. Varias compañías organizan visitas en barco como Bristol Ferry Boats, The Bristol Packet o The Matthew. Esta última organiza viajes de hasta cuatro horas durante los que puedes disfrutar del clásico Fish&Chips o de un Cream Tea (té con leche yscones con mermelada y crema de nata).
Sin dejar el barrio, estuvimos tentados de visitar At-Bristol, que combina un centro de ciencias interactivo con un planetario, pero había muchos enclaves culturales por visitar. Primero nos acercamos a la cercana zona de teatros, como el Bristol Hippodrome, donde imperan los grandes musicales, incluyendo uno dedicado al Million Dollar Quartet (Johnny Cash, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Elvis Presley), donde el legendario productor Sam Phillips es interpretado ¡nada menos que por la expopstar Jason Donovan! Por ahí nos topamos con más de un bar de tapas, atestiguando el sensible aumento de la inmigración española, como son El Puerto o La Tomatina, este último ubicado junto al primer Banksy que pudimos disfrutar, el tronchante “Well Hung Lover” de Park Street, una empinada avenida comercial, indispensable para las compras-chollo. El hotel quedaba cerca, en la histórica Old City, así que aún nos dio tiempo a perdernos por St. Nicholas Market, un encantador mercado cubierto, como un zoco con techos de cristal, y de acercarnos a St. Peter’s Church, la evocadora iglesia en ruinas que corona Castle Park, en la franja del río que toca con el barrio de Broadmead, centro comercial de la ciudad. Más al norte, está el Bearpit, una peculiar plaza hundida entre un nudo de carreteras que se sortean a través de túneles peatonales repletos de carteles de actuaciones musicales y exposiciones de arte callejero. Cuando estuvimos, impresionaban unos graffitis en memoria de la tragedia de los 43 “normalistas” mexicanos desaparecidos. También había rampas de skate, un espacio para actuaciones de todo tipo, e incluso un típico bus inglés de dos plantas reconvertido enfood truck de cocina mexicana.
Y aquí acabamos la primera parte de este intenso e interesante viaje a Bristol. En la segunda parte nos adentramos en la zona donde se arremolina buena parte de los clubs de allí. Además hablamos con Euan Dickson, ingeniero de sonido de la banda Massive Attack, una de las bandas seminales de la escena musical de la ciudad. ¿A qué esperas para descubrir los sonidos de Bristol? Consulta nuestros vuelos aquí.
Texto de Mondo Sonoro y Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Los Viajes de ISABELYLUIS
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