Y el tiempo se paró en Périgueux
La historia ha sido generosa con Périgueux. Esta población francesa, cuya imagen es un emblema de Aquitania, tiene la gran suerte de preservar restos de su pasado galorromano y medieval que hacen de ella un lugar único. Situada a orillas del río Isle, Périgueux bien merece una escapada no solo para conocer su imponente patrimonio sino también para dejarse llevar por los placeres de su gastronomía en la que el foie es su adalid.
Périgueux, antigua Vesunna Petrucoriorum, fue uno de los núcleos romanos más importantes del sur de Francia. Prueba de ello son los restos que de esta civilización se han encontrado como los de su muralla o los de su anfiteatro, con un aforo de 20.000 espectadores y que debió de tener tanta relevancia como el de Nimes o el de Arlés. Merece (y mucho) la pena visitar el magnífico Museo Vesunna, construido alrededor de una gran mansión romana del siglo I, la llamada domus des Bouquets que, por sus dimensiones -4.000 metros cuadrados de superficie- debió pertenecer a alguna autoridad de alto rango de la región. Gracias a un sistema de pasarelas se puede ver desde arriba el interior de la casa sin dañar la superficie original.
A pocos metros de la antigua muralla galorromana, sobre la cual se levantaron algunos edificios, todavía quedan en pie algunas muestras de su pasado medieval como los vestigios del castillo Barrière, del siglo XII, destruido en un incendio del siglo XVI o la iglesia de la Cité, la primera catedral de Périgueux hasta las Guerras de religión, durante las cuales fueron destruidas dos de sus cuatro cúpulas y el campanario.
Recorriendo el Périgueux medieval y renacentista
Parece que Dios se detuvo en la misma cima del Puy Saint Front donde el hombre acabaría construyendo la catedral del mismo nombre, sobre una antigua iglesia merovingia y carolingia. Este imponente templo, que hace alzar los ojos a cualquiera que se acerque, fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1998 y es una etapa fundamental para los peregrinos que van hacia Santiago de Compostela. La catedral de Saint Front es única ya que a ratos se vislumbra el exotismo de Bizancio en su apariencia mientras que en otras ocasiones se ve la herencia que ha dejado en la basílica del Sacré Coeur del Montmartre parisino. Su interior no es tan imponente aunque tiene algún detalle excepcional, como la lámpara de araña que iluminó la boda de Napoleón III con Eugenia de Montijo en París.
El Périgueux medieval, con la torre Mataguerre como último bastión de su antigua muralla, también esconde edificios renacentistas con elementos tan característicos de este estilo como sus patios interiores y escaleras. Algunas de sus casas más emblemáticas son la del Pastelero (siglo XVI) y la Morada de Saint Front, un pequeño palacete ubicado en la calle de la Constitución.
Gastronomía de Périgueux
Al pie de la catedral se encuentra la Plaza de la Clautre que cada miércoles y sábado acoge un vistoso mercado de verduras donde los agricultores locales venden su género. Justo a pocas calles dos mercados al aire libre ensalzan dos de los productos que no faltan en las despensas de los locales de Périgueux: la carne y el foie.
Y es que merece la pena perderse por el entramado de callejuelas medievales y reservar mesa en algunos de los pequeños bistrots o restaurantes y darse un homenaje con los productos de la tierra, como sucede en el refinado L’Eden, situado en la particular calle Aubergerie, una de las vías con más solera de la capital del antiguo Périgord.
¿Listo para conocer los encantos de Périgueux? Consulta tu Vueling a Burdeos aquí.
Texto de Tus Destinos
Imágenes de Tus Destinos y Alban GILBERT - CRTA
Tierra de leyendas (1)
Visitar la Bretaña es revivir la emocionante historia medieval europea, ahondar en sus raíces culturales, en sus tradiciones y leyendas. Rennes es la capital de la Bretaña, pero se encuentra también a las puertas de la región de Normandía y es un destacado lugar del patrimonio arquitectónico y testigo de la historia de la región. Alrededor de sus dos plazas reales, el Parlamento y el Ayuntamiento, y sus características casas de entramado de madera y mansiones renacentistas, se dibujan siglos de historia.
A unos 30 kilómetros de Rennes se encuentra el frondoso bosque de robles y hayas de Brocelandia, dominio de mitos y leyendas celtas. Es aquí donde se suelen situar muchos episodios de las novelas de la Mesa Redonda, como la búsqueda que el Rey Arturo ordenó para encontrar el Santo Grial y fue también el lugar donde vivieron el hada Viviana, el caballero Lancelot y el mago Merlín, amigo y asesor del joven Arturo, del que dicen quedó allí atrapado por amor.
Por el mágico bosque de Broscelandia recorrerás recónditos senderos que te llevaran por el Puente del Secreto, el pueblo de Paimpont y su hermosa abadía o los castillos de Brocelianda y del paso del Acebo.
Al norte, siguiendo el estuario del río Rance, se llega a Dinan, con su encantador casco urbano y una de las ciudades medievales mejor conservadas. Por su recinto amurallado descubrirás fascinantes monumentos como la basílica de Saint-Sauveur o la torre de l’Horlage.
Si te gusta estar al acecho de las mejores gangas y ofertas, tienes en la Grande Braderie de Rennes la mejor oportunidad. Ese día Rennes se transforma en este inmenso mercadillo al aire libre en el que poder encontrar algún tesoro escondido y muchas gangas entre antigüedades, ropa, objetos de decoración o joyas, porque en La Grande Branderie de Rennes todo se compra y se vende.
Se trata, junto al gran mercado callejero de Lille, de la feria de saldos más grande de Francia, en la que buscar y rebuscar entre miles de puestos de comercios esparcidos por 60 calles de la ciudad.
Y para comer, encontrás en pleno corazón medieval de la ciudad, en una pintoresca posada del siglo XVI, se encuentra el Auberge du Chat-Pitre que te transportará a la Edad Media.
Aquí los camareros van vestidos como posaderos de la época. No te preocupes, no te obligarán a comer muslos de jabalí con las manos como Astérix y Obélix, pero sí que sentirás el ambiente de una noche mágica con la animación de trovadores, malabaristas, cuentacuentos o magos en una comida inolvidable.
Y con nombres tan graciosos para sus recetas tradicionales como la caldereta de druida, los abrazos de jabalí o el saltimbanqui, que puedes acompañar de Hypocras, una bebida a base de vino tinto, miel y especias que hacia las delicias de nuestros antepasados.
Imagen de Cocu Cyril
Dan ganas de ir verdad? Anímate! Consulta nuestros precios aquí!
+ info
Darwin el Burdeos cool y sostenible
En el año 1996 Burdeos decidió ponerse las pilas para convertirse en una ciudad del siglo XXI. Este proceso tuvo diferentes fases: limpieza de fachadas de edificios barrocos (su patrimonio del siglo XVIII es excepcional); acondicionamiento de los muelles de las orillas del río Garona; e inauguración de un tranvía con alimentación mediante placas solares, una iniciativa sostenible de la que los bordeleses se sienten muy orgullosos. Todas estas acciones hicieron que la capital de Aquitania fuera elegida en 2015 el Mejor Destino Europeo (European Best Destination), con una puntuación nunca antes alcanzada, y superando a grandes como Roma, Bruselas, Londres o Berlín.
Aparte de todas estas acciones en pos de la modernidad, Burdeos ha apostado por la sostenibilidad y hace tres años inauguró el barrio ecológico de Darwin en el muelle de Queyries (aunque el proyecto realmente germinó en el año 2005). Este espacio, que ocupa una hectárea en el margen derecho del río Garona, está situado en una antigua zona industrial, cuyos trabajos de remodelación y limpieza duraron dos años. La idea de llevar a cabo este proyecto fue de Philippe Barre, un empresario de Burdeos comprometido con la sostenibilidad, que no dudó en invertir su propio dinero en crear una zona que combina la eficiencia energética, las renovables, la ecología y el ahorro. En este sentido, Darwin está gestionado por el grupo Évolution, una incubadora de empresas dedicadas al desarrollo sostenible y se financia gracias al alquiler de oficinas y espacios de coworking, con la organización de eventos, y también con apoyo de mecenas y en menor medida de subvenciones públicas. El objetivo final de esta iniciativa bordelesa es hacer un uso responsable de los recursos para frenar el cambio climático.
A bote pronto Darwin parece un sitio medio abandonado pero el recinto acoge en la actualidad a más de un centenar de empresas, muchas de ellas startups, que apuestan por la sostenibilidad, requisito esencial para poder instalarse aquí, y que fomentan un ambiente ecológico agradable para sus empleados donde disfrutar de un ecosistema favorable para el desarrollo y el crecimiento humano. También aquí se han instalado unas veinte asociaciones de Burdeos centradas en la cultura urbana y en la ecología.
Darwin cuenta con espacios muy singulares, como un extenso skatepark construido con materiales reciclados, muros decorados con grafitis, el Magasin Général, que es el restaurante biológico más grande de Francia y una macrotienda con productos ecológicos. La protección del medio ambiente comienza dando pequeños pasos por lo que no es de extrañar que en este nuevo barrio se desarrollen proyectos tan aparentemente modestos como la protección de las abejas, los huertos ecológicos o la cría de gallinas en libertad. Además, en este lugar hay un centro de reciclado que suministra material a los espacios de coworking. En el futuro, Darwin acogerá viviendas sociales totalmente sostenibles que harán de esta zona el barrio más ecológico de Burdeos.
¿Os apetece saber más sobre este barrio tan sostenible? Consulta tu Vueling a Burdeos aquí.
Texto de Tus Destinos
Imágenes de Sara Soulignac y S.Duboscq
+ infoMúsica clásica entre copas
La pequeña población de Saint-Émilion es un auténtico imán para los aficionados al vino, y no es para menos. Las tierras que la rodean cuentan con el honor de albergar una de las principales zonas de producción de vino tinto de Burdeos junto con Médoc, Graves y Pomerol. Conocida mundialmente, es visitada año tras año por expertos en la materia, turistas y curiosos, que van de château en château a la caza del mejor “caldo” de la zona. Pero éste no es el único motivo por el que acuden hasta estas tierras. También lo hacen atraídos por la magia que emana este pueblo de estrechas calles empinadas, iglesias románicas y bellas ruinas que, junto con los viñedos del entorno, generan un conjunto de irresistible encanto. No en vano a Saint-Émilion y sus alrededores les ha valido ser declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Saint-Émilion debe su nombre al monje Émilion, que se estableció en la zona en el siglo VIII y al que se le atribuye algún que otro milagro. Precisamente fueron los monjes que poco a poco se fueron instalando en la zona los que se encargaron de poner en marcha la comercialización del vino que se producías en estos terrenos, cuyas vides llevaban cultivándose ya desde época romana.
Este pueblo, de peregrinación obligada para los amantes del vino, cuenta en su haber con numerosos espacios que no debes de dejar de incluir en tu visita. Su iglesia monolítica es una de ellas. Construida entre los siglos XII y XV, tiene la peculiaridad de estar cavada en la tierra, con un interior de sorprendentes dimensiones, y culminada por una elevada torre. El conjunto de la Colegiata y el claustro de los Cordeliers son otros de los platos fuertes de Saint-Émilion.
Y sí, no lo olvidamos, también están los chaetaux… En la Oficina de Turismo de Saint-Émilion ofrecen diferentes tours pero, ¿por qué no atreverse a verlos de una manera distinta? A continuación te desvelamos cómo.
Les Grandes Heures de Saint-Émilion
A la hora de planear tu visita a Saint-Émilion te recomendamos que tengas en cuenta uno de los festivales más relevantes que tienen lugar en la zona, Les Grandes Heures de Saint-Émilion. Y, ¿qué tiene de singular este evento? Pues que es una oportunidad única de poder visitar algunos de los magníficos chateaux de la región donde se elabora este magnífico y popular vino, en una atmósfera totalmente diferente a la habitual. En ellos se programan conciertos de música clásica acompañada de una cata de vino, dotándole de un aire nuevo a la experiencia de visitar una bodega. Este festival empieza su programación en marzo -el 29 de marzo tendrá lugar el primer concierto de esta edición en el Château Fombrauge-, prolongándose durante todo el 2017 hasta el mes de diciembre, que es cuando tendrá lugar el último concierto.
Algunos de los espacios en los que se puede disfrutar de esta experiencia son el Château Soutard, el Château de Pressac, el Château Angélus, el Château Cantenac, el Château Fombrauge, o el Château Cheval Blanc, conocido porque su vino es uno de los pocos clasificados como Premiers grands crus classes A. Pero el programa no solo se limita a algunas de las bodegas que pueblan la zona, sino que alguno de los conciertos tiene lugar en lugares tan emblemáticos como la iglesia monolítica de Saint-Émilion. Te recomendamos compra con antelación de las entradas.
Reserva tu Vueling a Burdeos y anímate a recorrer los 40 kilómetros que la separan de Saint-Émilion para conocer una de las zonas vinícolas más importantes de Francia.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Tim Snell
+ info