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Langstrasse, Im Viadukt y otras joyas de Zúrich

Zúrich, a primera vista, parece la ciudad del dinero y de la banca privada, de los zapatos bonitos y de la educación máxima, la ciudad del lujo y de las compras, de los lagos y los parques. Pero también es una ciudad con propuestas culturales muy interesantes y de diseñadores atrevidos.

Una buena referencia para localizarte en Zúrich es laHauptbahnhofo lo que es lo mismo, la estación central de trenes. La estación central de trenes es una enorme estación que te trae y te lleva al aeropuerto, por ejemplo, y donde podrás coger tranvías y autobuses urbanos para desplazarte por la ciudad. En la capital suiza, el transporte público es la mejor opción. Olvida los taxis si no quieres pagar sobre los 30 euros por trayecto. Hablando de euros, la moneda suiza es todavía el franco suizo por lo que te va a costar pagar en euros. Te recomendamos usar la tarjeta siempre que puedas. El coste de la vida en Suiza es aproximadamente dos veces y media la española por lo que, por poner un ejemplo, un desayuno de café con leche y croissant te costará sobre los ocho euros.

Cerca de la estación central se encuentra la vieja Zúrich, cruzando el río Limmat. Calles peatonales de adoquines y muchas librerías para un perfecto paseo por la zona.

Posteriormente me dirijo a Langstrasse, entre los distritos 4 y 5, lugar que me recomienda fervientemente un amigo suizo porque es donde están las propuestas más modernas y atrevidas.

Langstrasse era una calle con aire arrabalero, si se puede utilizar este adjetivo referido a esta lujosa ciudad, donde todavía queda algún cine erótico y presuntamente algo de decadencia, pero la verdad es otra totalmente distinta. Langstrasse es la calle donde encontramos ofertas culturales tan originales como Perla-Mode. Entro y me dejo seducir por el discurso de Stefan. Perla-Modees, según sus palabras, un colectivo de artistas que han tomado el local en el número 84 de la calle Langstrasse para desarrollar arte contemporáneo, pensamiento y cultura. Hay unas salas diferenciadas donde cada artista expone sus proyectos, donde se suelen hacer tertulias y charlas sobre cultura, arte y antropología y alberga, además, un cine improvisado construido con antiguos asientos de estadio de futbol y palés de madera donde pasan películas que luego comentarán en una sala pequeña. Una maravilla. E lPerla-Mode está constituido por el Corner College y por Motto Books donde disponen de multitud de libros y revistas de arquitectura, fotografía o diseño de distintos rincones del mundo. Stefan me comenta que hay intenciones de derribar el edificio para construir viviendas y que seguramente en febrero del 2012 ya no exista másPerla-Mode. Si te encuentras en la ciudad estos fías, vale la pena acercarse a conocer a este colectivo de artistas que allí tienen su residencia.

Justo delante del Perla-Mode, me encuentro con Soho, una enorme tienda de ropa erótica y complementos varios de fetiche, botas de cuero y como me dice Sonja, la chica que atiende cuando entro en la tienda, cosas para hacerte la vida menos aburrida.

Continúo paseando por Langstrasse y descubro muchas más tiendas, unas más interesantes que otras. Voy en dirección a Joseffstrasse, según indicaciones que me dan los habitantes de Zurich. En el camino por Langstrasse, hay de todo: zapaterías, tiendas de comida, quioscos, tiendas de moda.

Cafe Bistro foifi 30, Zurich

Antes de pararme a comer en un lugar que me han recomendado, el café Bistro Föifi 30, situado en el 48 de la calle Josefstrasse, me acerco a una curiosa tienda, Senior Design Factory. Entro seducido por el escaparate y hablo con una de sus creadoras Deborah Biffi y me cuenta la historia del proyecto de diseño social que emprendió en el 2008 junto a su socio Benjamin Moser. La historia de Senior Design Factory nace de un proyecto de final de carrera que decidieron pasar del papel a la realidad y se materializó en el actual espacio en el que me encuentro. El proyecto busca trabajar junto a personas ancianas de no menos de 75 años. Trabajan con ellos en la creación de cosas manuales de elaboración y diseño propio. Toda la sabiduría y la experiencia que otorgan los años plasmada en objetos de decoración magníficos. Hay cosas sorprendentes: desde objetos de cocina a lámparas u objetos de decoración de la casa. La lana es uno de los elementos que más destaca en la colección de objetos que ponen a la venta. Los sábados se realizan talleres que los mayores imparten a los jóvenes tratando de explicar los secretos de su creatividad.

La tienda y la función social de la misma me ha fascinado y he estado charlando largo y tendido con Deborah. Cuando salgo veo que el caféBistro Föifi 30está a tope y me recomiendan un restaurante turco, Bar Valentinsen en la calle Gasometerstrasse. Después de comer algo, bajo por Josefstrasse en dirección al viaducto. Me han dicho que hay cosas muy interesantes por allí. Y la verdad es que sí.

Josefwiesse, Zurich

Antes de llegar al viaducto me encuentro con Josefwiesse, un estupendo parque donde juegan padres con sus hijos y donde poder tomar algo mientras los niños corren por el parque. Un rincón de montaña en plena ciudad.

Justo salgo de joseffwiesse,y me encuentro con el famoso viaducto. Está pegado al parque y se llamaIm Viadukt, en la calle Viaduktstrasse. En cada puente del viaducto, descubres tiendas de moda, bares y comercios varios. Voy a chafardear un poco y entro enFamous Ape. Una tienda original suiza que tiene dos establecimientos: el de Zúrich, donde me encuentro, y otro más en Geneva. Anina me cuenta un poco de la tienda y me deja echar un vistazo. Goyagoyaes otra de las tienda que descubro. Ropa femenina de diseñadores alemanes y algunas marcas difíciles de encontrar porque su producción es casi artesanal. 52 locales distintos y un mercado, el MarktHalle. Accesorios y bicicletas enVelos, ateliers como el deDaniel Blunschi, flores en Marsano, peluquería y tienda de ropa como es el caso de Fashionslaveo bares de moda como el Ambrossi Coffee Bar.

Im Viadukt, Zurich

Dejo la zona para ir al Cabaret Voltaire, templo del dadaísmo y visita ineludible en Zúrich. Antes me paro para contemplar el gran lago de Zúrich, y me siento en un banco, como muchos locales, a ver los patos, los Alpes al fondo y el perímetro de la ciudad rodeando el lago.

El Cabaret Voltaire huele a historia. De hecho, conserva una sala donde se hacen exposiciones y performances que mantiene vivo el espíritu que dio origen al movimiento Dadá. Me gusta y me tomo una cerveza en el bar del Cabaret Voltaire. Antes de dejar el centro cultural, paso por la tienda para comprar un pedazo de historia en forma de recuerdo.

Cabaret Voltaire, Zurich

Por la noche, voy a tomar unas cervezas al Sihlcity donde se levanta un centro de ocio que ha nacido de las ruinas de una antigua factoría. En el centro de la plaza todavía conservan la característica chimenea que le da el aire industrial que requiere el entorno. Hay hoteles, tiendas, restaurantes y una discoteca y sala de conciertos, elPapiersaal, donde tomar unas copas de noche.

Un sitio que merece la pena descubrir! Consulta nuestros vuelos aquí.

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Ocho visitas imprescindibles en Edimburgo

Para empezar, recordemos que goza la urbe de una protección doble de la Unesco. Por un lado, la capital escocesa está catalogada como ciudad Patrimonio de la Humanidad por el valor de sus cientos de monumentos y su excelente conservación. Pero la misma organización también ha protegido los valores literarios que flotan en el ambiente y empapan todos los rincones de la ciudad.

No se me ocurre mejor manera de recorrer Edimburgo que caminando. Un placer  especialmente recomendable para aquellos que disfruten buscando recovecos secretos, ángulos ocultos donde, quizá, se esconda alguno de esos espíritus misteriosos que ha inspirado a tantos artistas y directores de cine. Desde el famoso Robert Louis Stevenson, quien se basó en las misteriosas calles de Edimburgo para crear a su malvado y retorcidomíster Hyde. Sir Walter Scott, autor de "Ivanhoe”, Arthur Conan Doyle, creador del célebre "Sherlock Holmes". Hasta la escritora infantil más famosa de los últimos tiempos, Joanne Katherine Rowling, la creadora del mítico mago “Harry Potter”. Y es justo en el bar donde creo al hechicero más famoso del mundo donde hacemos la primera parada en esta ruta por los ocho rincones imprescindibles de Edimburgo.

1- Nada mejor que empezar la jornada tomando un café en el Elephant House, el lugar donde se gestó la historia de Harry Potter, nacido de la mente de J.H Rowling, la más preciada cliente y embajadora del establecimiento. Este café, con su poco discreta fachada roja, es un reconocido templo para literatos. Y a pesar de su corta vida, abrió en 1995, son muchos los aficionados a las letras que pasan allí horas y horas escribiendo y tentando a la inspiración. Pero hay más. También hay muchos edimburgueses que frecuentan este establecimiento que además presume por servir la mejor selección de cafés y tés de la ciudad. Ofrecer copiosos desayunos, comidas y cenas edulcoradas con una buena carta de vinos. Ah, y también hay tartas. Y sándwiches... así que no tienes excusa.

2. Ya con las pilas puestas toca pasear. Y si hay una calle mítica en Edimburgo esa es la Royal Mile, rúa interminable de paso obligado de todo viajero. Es esta la gran arteria que une los dos corazones de la urbe: el castillo (que reina altivo sobre una colina volcánica llamada Castle Rock) y el palacio Holyrood, dos joyas de sólido peso histórico, artístico y legendario. Pero ojo, no te confundas. En realidad la Royal Mile no es solo una, sino que son cuatro. Nace de la unión de cuatro tramos que se suceden a lo largo de ¡dos kilómetros!: Castlehill (el que discurre cerca del mencionado castillo); Lawn Market; High Street y Canongate, ya en las puertas de Holyrood. Conviene recorrer estas aceras atento pues es una especie de escaparate donde se ve de todo.

3. Si te gusta pasar miedo, no te vayas de la Royal Mile sin hacer una parada en el enigmático y a la vez macabro Mary King’s Close (el callejón Mary King). Más que un callejón, es en realidad un laberinto subterráneo de origen medieval donde, cuentan mendigos, miserables, proscritos, asesinos, delincuentes y gentes de mala vida habitaban ocultas del mundo entre ratas y suciedad. En el siglo XVII, la peste bubónica asoló Edimburgo. Ante la expansión de la plaga, las autoridades decidieron cerrar aquellas calles oscuras nicho de infecciones y para ello lapidarona los residentes en el callejón. Desde entonces, circulan muchas leyendas sobre fantasmas deformes y lamentos desgarradores. Hoy, este terrible lugar está abierto al público. ¿Te atreves a visitarlo? Un consejo. Si vas, lleva una muñeca. Y ofrécesela a Annie, el fantasma de una niña a la que su familia abandonó en este lugar donde murió y cuyos lamentos desgarradores aún atormentan a los visitantes. 

4. ¿Quieres hacer una foto del castillo para compartirla en tus redes sociales y no sabes dónde? Pues es fácil. Pon rumbo a Princess Street, la calle más comercial de Edimburgo —por la que transcurre una de las escenas de más acción de la película “Trainspotting”, rodada en la ciudad—. Además de ser la calle de las tiendas es también la mejor para captar buenas panorámicas del castillo, ya que sólo hay edificios a uno de los lados. Al otro, jardines y monumentos que permiten la contemplación de la famosa fortaleza sin obstáculos.

5. Si te gusta hacer compras pero buscas comercios con encanto y no grandes cadenas internacionales, escápate a la pintoresca Victoria Street. A parte de ser una de las calles más fotografiadas por la estética de sus fachadas coloristas y su forma curvada y pendiente, es un rincón rebosante de tiendas singulares donde encontrar tesoros: licorerías, queserías, talleres de artesanos y charity shops (tiendas con productos de segunda mano cuyas ventas tienen fines benéficos, muy habituales en el Reino Unido). Hablando de Harry Potter, cuentan que su creadora se inspiró en esta calle para reconstruir el peculiar callejón Diagón donde los magos adquirían sus singulares objetos mágicos. Puedes acceder a esta calle desde la Royal Mile.

6. No te confundas. Edimburgo es famosa por sus legendarias piedras, y callejones con sabor añejo, pero también famosa por sus zonas verdes. Prueba de ello son los parques de Calton Hill y Arthur’s Seat, donde los lugareños hacen footing ,circulan en bicicleta, pasean a sus perros. Ambos ofrecen unas vistas fantásticas de la ciudad. El primero, antaño, formaba parte de los jardines del palacio de Hollyrood y cuenta una vieja leyenda escocesa (que tiene pocas probabilidades de ser verídica), que su punto más alto, (a 251 metros) era adonde el rey Arturo subía para estar solo ypensar. Cierto o no, el caso es que el llamado pico de Arthur’s Seat existe. Y se ve bien desde lo alto del Calton Hill, donde destaca la torre de Nelson, que conmemora la victoria de Trafalgar, y un monumento nacional inspirado en la Partenón de Atenas.

7. Y de los parques al puerto, concretamente al Ocean Terminal, para visitar el Royal Yatch Britannia. El que fue el buque de la familia real británica desde 1954 hasta 1997, año en que fue reconvertido en museo flotante, y atracado en el puerto de Leith. Si sus paredes hablasen contarían que ha visitado más de 135 puertos y participado en casi mil viajes oficiales. Resulta curioso visitar el pequeño camarote real, en el cual dormía la reina Isabel II.

8.Y para rematar la visita, nada mejor que hacerse una foto obligada ante uno de los héroes de Edimburgo. El perro Bobby. Un Skye terrier que se hizo famoso por permanecer durante ¡catorce años! al lado de latumba de su dueño, en el cementerio de Greyfriars. Actualmente, sus restos reposan cerca de los de su amo y una escultura recuerda la historia a las puertas del camposanto. La foto con Bobby es casi ¡obligada!

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Texto y fotos: Nani Arenas

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Patrimonio con hijos

En la ciudad de Ibiza vive nada menos que el 40 % de la población de toda la isla. En ella tienen lugar la mayoría de las actividades sociales y culturales durante todo el año, así como la mayor parte de su oferta gastronómica, deportiva y de ocio.

La vieja capital fenicia abierta al mar condensa en Dalt Vila, murallas adentro, 27 siglos de historia. Acercarte hasta aquí supone un viaje al pasado, imprescindible para entender los orígenes de la isla. Las panorámicas del mar a los pies de la catedral o del viejo Ayuntamiento son aglutinadoras de “likes” en Instagram. El mirador domina Es Freus, el estrecho entre Ibiza y la isla hermana de Formentera.

Bajo las murallas, en las calles del antiguo barrio de pescadores deSa Penya,enLa Marina,el puerto, en el céntrico bulevar deVara de Rey,en las principales avenidas o en la burbujeantePlaza del Parquese concentra la actividad comercial y de ocio.

Antes de llegar

La visita a Dalt Vila se puede realizar perfectamente en medio día. Nos encontramos con Shana Dominique Lacroix junto a las barcas del Puerto de Ibiza. Desde allí nos comentó que la mejor panorámica para fotografiar todo el núcleo antiguo, se encuentra junto al complejo residencial Boas de Ibiza diseñado por Jean Nouvel, en el extremo opuesto del muelle (Paseo Juan Carlos I). De camino a la ciudad amurallada, nos topamos, en los andenes del puerto, con un monumento dedicado a los corsarios. Ibiza fue un punto estratégico en los siglos XVI, XVII y XVIII ya que desde la isla se protegía toda la parte Sur-Este de la Península Ibérica, de los ataques repentinos de piratas turcos.

Frente al puerto, entre la Plaça d’Antoni Riquer y la Plaça Sa Tertúlia hay mercadillo cada día a partir de la Semana Santa, en el que encontrarás toda clase de productos de artesanía, joyas, bisutería y cuero. Lo mejor es visitarlo por la noche y aprovechar para tomar un helado o una cerveza bien fría en el puerto. Está abierto a partir de las 17 horas hasta la madrugada. Muy cerca, está Es Mercat Vell, con estética de viejo templo romano, donde podrás disfrutar de alimentos frescos y si lo deseas también podrás comprar flores. Está abierto todos los días excepto los domingos.

Nos comenta Shana que el puerto de lujo se ha desplazado para que esté a los pies de la ciudad antigua, siendo uno de las pocos ejemplos en todo el mundo en contar con esta característica (tan solo hay siete). Y es que el precio del amarre en este exclusivo puerto de Ibiza cuesta entre 6.000 y 7.000 euros por día durante la temporada alta (julio y agosto).

Dentro de las murallas 

Es aconsejable perderse entre las callejuelas desordenadas de su interior. Durante el trayecto nos fuimos topando con construcciones de época medieval, gótica, renacentista y barroca. La Catedral es de un gótico austero que sorprende. Vale la pena pararse en el Convento de los Dominicos de estilo renacentista. Allí se encuentra la réplica de la tumba de Guillem de Montgrí, el cual expulsó a los musulmanes de Ibiza y Formentera en 1235. Fue entonces cuando se introdujo el catalán como lengua principal, la cual se fue transformando en ibicenco a lo largo de los siglos.

Si quieres saciar tu sed de cultura, en Dalt Vila se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo, un edificio que alberga obras de pintura, grabado, dibujos, carteles, fotografía y vídeo de artistas relevantes del arte contemporáneo como Bechtold, Floris, Broner, Micus, Zush/Evru, Flanagan, Vedova, Schlosser, Hausmann, Le Parc, Tàpies, Gordillo, Dmitrienko, Hinterreiter, Vallribera, Broto, Faber, Tur Costa, Echarri, Portmany, etc. También está el Museo Puget dedicado al famoso artista Narcís Puget. Actualmente se puede visitar una exposición dedicada a su hijo, el fotógrafo Narcís Puget Riquer, recientemente desaparecido.

Ibiza «all’antica»

Ibiza fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1999. La Unesco reconoció así unos bienes históricos, culturales y naturales que se deben preservar y que hacen que esta isla sea única en el mundo, entre otros, por cuatro espacios:

1. El recinto amurallado de Dalt Vila. Es la fortaleza mejor conservada del Mediterráneo. En el siglo XVI, Felipe II ordenó una férrea defensa de la isla frente a los ataques berberiscos. Convirtió las antiguas murallas medievales en una fortificación abaluartada inexpugnable.

2. La necrópolis de Puig des Molins. En la vila romana, en el centro de la ciudad, se conserva la necrópolis más extensa y mejor conservada del mundo fenicio-púnico. Se pueden recorrer los más de 2.500 hipogeos o cámaras subterráneas donde los difuntos eran enterrados junto a sus pertenencias y herramientas para la otra vida. Aquí fue hallado el busto femenino de Tanit, diosa del amor y la fertilidad, que se identifica con Ibiza. 

3. El poblado fenicio de Sa Caleta, en las inmediaciones del Parque natural de Ses Salines, fue el primer asentamiento de los fenicios en la isla. Data del siglo VIII a. C. El yacimiento está vallado, pero permite apreciar la urbanización y la organización de la vida en aquella época. 

4. Las abundantes y bien conservadas praderas submarinas de posidonia proporcionan a las aguas de Ibiza y Formentera una transparencia y limpieza excepcional que favorece la biodiversidad de los fondos del mar y el desarrollo de especies autóctonas de gran interés científico. Las aguas e islotes de Es Freus, dentro del Paque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera, son ideales para el buceo.

Cada año, el 2º fin de semana de mayo se celebra el aniversario de la proclamación de Dalt Vela como Patrimonio de la Humanidad con un gran mercado medieval.

Pero no todo son patrimonios de la humanidad en la vieja Ibiza. En las últimas décadas han surgido otro tipo de edificios con valores, quizá no tan elevados, pero igual de imprescindibles. Por un lado, está toda la oferta gastronómica que nos ofrecen múltiples restaurantes, muchos de ellos instalados en la calle de Santa Cruz. Os recomendamos, La Oliva, que mezcla la cocina mediterráneo con ciertos toques asiáticos, y en el que seguro os encontraréis con algún personaje famoso. También el Plaza del Sol, con extraordinarias vistas al puerto.

¿A qué esperas para perderte por el casco antiguo de Ibiza? Consulta nuestros vuelos aquí. 

Agradecimientos especiales a la Fundación de Promoción Turística de Ibiza.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Los Viajes de ISABELYLUIS y Fundación de Promoción Turística de Ibiza

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Punta de Teno el Tenerife virgen

La esquina más salvaje y solitaria de Tenerife, en el extremo noroccidental de la isla, es el edén perfecto para disfrutar de unos días de revitalizante contacto con la naturaleza: excursiones en bicicleta por las faldas del Teide, rutas a pie por los húmedos bosques de laurisilva, paseos en canoa bajo inmensos acantilados marinos… Todo ello sin necesidad de abandonar esta remota y sorprendente especie de "isla dentro de la isla" que tiene incluso su propio microclima y que se mantuvo prácticamente inaccesible hasta hace apenas unas décadas. Aquí, alejados del mundanal ruido, cualquier paseo por sus más de cien kilómetros de senderos homologados reabre el apetito por los frutos y las recetas de una tierra fértil y rica que regala nuevos paisajes a cada momento.

Mountain bike: a pedales por las faldas del Teide

En el Parque Natural de la Corona Forestal, que como su nombre indica forma un anillo completo alrededor del Parque Nacional del Teide, existen cuatro rutas especialmente señalizadas para ir en bicicleta de montaña. La más extensa es la Ruta Norte, que cuenta con 85 km en su trazado principal y otros 52 km en variantes.

Nuestra primera propuesta cicloturista incluye uno de sus tramos, pero para disfrutar más de la experiencia nada mejor que contratar a un guía local que nos facilita bicicletas de última generación y nos acompaña durante todo el recorrido, explicándonos con detalle las peculiaridades de los delicados ecosistemas de la accidentada y vertical orografía del macizo de Teno. Además, nos viene a recoger al hotel con una flamante furgoneta con la que subimos hasta los 1.600 metros de altura, en las faldas del Teide, con lo que casi toda la marcha será en bajada.

Bosques y volcanes

En los alrededores de la Montaña del Cascajo –un volcán, por supuesto–, el paisaje es absolutamente sobrecogedor: hieráticos campos de lava rojiza se yuxtaponen con frondosos bosques de pino canario, cuya áspera corteza delata que ya han sufrido el azote de algún que otro incendio forestal. Según Iván Méndez –nuestro guía–, estos pinos son unos “supervivientes natos”, pues se trata de una variedad autóctona de naturaleza ignífuga.

Casi sin esfuerzo entramos en la Reserva Natural Especial del Chinyero, un volcán de arenas negruzcas que entró en erupción por última vez en 1909, justo al lado de otro volcán que dos siglos antes se había llevado por delante buena parte del puerto de Garachico, un pequeño pueblo situado a 8 kilómetros de aquí.

Poco más abajo entramos en el inframundo de la laurisilva macaronésica, que queda envuelta en una densa nube de niebla. Pedaleamos por un universo tenebroso y aguachinado en el que reina una vegetación similar a la que cubría buena parte del planeta hace 65 millones de años y que hoy apenas subsiste en contados puntos de la Tierra.

Tras varios kilómetros emboscados, regresamos a la civilización para recuperar fuerzas en una bodeguita con vistas en la que sirven queso asado con mojo rojo y miel de palma, bacalao con batata, asado de carne de cabra... Todo, delicioso.

Llegamos al hotel con el paladar endulzado, nada cansados –apenas hemos hecho 42 km, con 1.800 metros de bajada por sólo 200 metros de ascensión–, pero con la sensación de haber descubierto un espacio natural lleno de atractivos. Nunca habíamos visto, sentido y respirado tantos paisajes y microclimas distintos en tan pocos kilómetros.

Excursiones a pie: senderos sin fin

Gracias a una extensa red de senderos señalizados, el Parque Rural de Teno brinda infinidad de itinerarios de todos los niveles.

Si estamos alojados en Buenavista, por ejemplo, una ruta de acceso inmediato al espectacular y vertiginoso Barranco de Bujamé es la PR-TF 58 Camino del Risco, que asciende por un primitivo sendero hasta los verdes prados de Teno Alto y el caserío de Los Bailaderos, donde se puede comer uno de los mejores quesos frescos artesanos de las islas Canarias. La ruta pasa entre el Roque de Marrubio y el Roque de la Cruz. También junto a los restos de un antiguo tagoror, lugar de reunión de los dirigentes de la comunidad en la época de los guanches. Curiosamente, este escarpado camino se conoce localmente como "la bajada de los muertos", pues en tiempos no tan pretéritos –según cuentan, hasta la década de los setenta– se usaba para bajar a los difuntos desde Teno Alto, donde no había cementerio, hasta Buenavista. Prueba de ello es la Cueva de los Ataúdes, donde aún se conservan las dos humildes cajas comunitarias –una de niño y otra de adulto– con las que se realizaba la pesarosa procesión.

Dada la orografía del macizo de Teno, casi todas las rutas de la zona están conectadas entre sí, de manera que se pueden combinar creando itinerarios a medida de cada cual, en función del tiempo disponible o las ganas de caminar. Por ejemplo: una vez en Los Bailaderos, se puede seguir hacia el este por la PR-TF 57 Callejón de Teno hasta Cuevas del Palmar, o bien hacia el oeste, por la PR-TF 51, hasta el faro de Punta de Teno. Es aquí, en el punto más occidental de la isla, donde se puede vivir una puesta de sol inolvidable, con el dorado sol alumbrando los acantilados de los Gigantes.

Canoas entre gigantes

En tiempos de los guanches, estas paredes basálticas de 600 metros de altura recibían el inquietante nombre de “Muralla del Infierno”. Hoy se las conoce como Acantilados de Los Gigantes y su inaccesibilidad ha conservado el lugar como un auténtico santuario. Además, son el lugar ideal para vivir una jornada de recreo a bordo de un kayak de mar, pues estas aguas quedan siempre protegidas de los imperantes vientos alisios por los propios acantilados, que ejercen de barrera natural, y el mar permanece en perenne calma.

La excursión comienza en el puerto deportivo de Los Gigantes, tiene una duración de 2 horas y se realiza en compañía de monitores que guían al grupo, mostrando las singularidades de este increíble paraje. Es una actividad apta para todo el mundo y no requiere experiencia. Además, una lancha de seguimiento realiza las tareas de asistencia ante cualquier eventualidad. Se utilizan kayaks tipo canoa –biplaza e individuales– de iniciación, totalmente estables y autovaciables. Información y reservas: Teno Activo.

Trekking, kayak y snorkel en fondos cristalinos

La bahía de El Eco es el lugar perfecto para darse un baño y explorar el fondo marino practicando snorkel en sus aguas transparentes, que a pie del acantilado sólo alcanzan los 30 metros de profundidad.

La misma excursión en canoa-kayak también se puede iniciar en la playa de Masca, después de descender a pie –son 5 km de caminata– por el barranco del mismo nombre, regresando a remo hasta Los Gigantes después de una visita a la bahía de Barranco Seco.

Avistamiento de cetáceos

También frente a la costa de Los Gigantes, pero en aguas más profundas, se avistan delfines e incluso ballenas. Lo ideal es embarcarse después de la excursión en kayak, pues un barco de 36 plazas zarpa desde el mismo puerto deportivo. El paseo tiene una duración de 2 horas. Durante el regreso, el barco fondea 15 minutos en la bahía de Masca, para disfrutar de un último baño a los pies de los acantilados.

Un hotel para desconectar

Situado en este retirado enclave del noroeste de Tenerife y con unas espléndidas vistas sobre el océano, el hotel resort Melià Hacienda del Conde es el campo base perfecto para pasar unas vacaciones activas y, a la vez, relajantes en la zona de Teno. Sus amplias habitaciones, sus piscinas, el spa, una cuidada oferta gastronómica y su condición deadult-only lo convierten en el destino favorito de los visitantes en busca de tranquilidad.

Reserva tu Vueling a Tenerife y aventúrate a conocer el macizo volcánico de Teno.

Texto de Sergio Fernández Tolosa de Con un par de ruedas

Fotos de Sergio Fernández Tolosa y Teno Activo

 

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