LOS MEJORES DESTINOS DE EUROPA PARA VIVIR EL ORGULLO (2023)
Madrid, Torremolinos, Berlín, Ámsterdam, Londres, París, Roma y Gran Canaria. El Orgullo LGTBI se puede reivindicar en cualquier sitio, pero es mucho más divertido si se hace en estas ciudades.
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Gran Canaria es una isla en gran parte salvaje y virgen, repleta de encantos naturales para todos los gustos y de hermosos pueblecitos alejados del turismo de masas.
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Por Laura Conde de Gastronomistas
Si empiezas a pensar en motivos para hacer una escapada a Granada te salen así, sin pensar demasiado, unos 10.000 en un momento. Y es que la ciudad andaluza es un lugar felizmente anclado en el tiempo, al que la modernidad ha llegado, sí, pero lo ha hecho a su manera, un enclave bellísimo en cuyas calles empedradas podemos leer su historia mientras damos cuenta de una caña bien fría y unas tapas.
Porque Granada, sí, tiene eso que damos en llamar duende; tiene un barrio, el Albaicín, que se encuentra entre los rincones más bellos del mundo; tiene la Alhambra, tapas kilométricas, unos habitantes majísimos y un encanto incontestable difícil de describir.
Para ello, para tratar de poner en palabras ese 'charm' que tiene la ciudad y que no encontramos en ningún otro lugar del mundo, podríamos escoger una frase de los célebres Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving, un inglés que cayó rendido a la ciudad nada más poner un pie en ella. Pero en su lugar vamos a ponernos posmodernos y escoger una frase que escuchamos a alguien durante nuestro viaje y que, de momento, es la que mejor define a nuestro parecer la esencia de una ciudad que provoca flechazos: “Granada es el lugar perfecto para escaparte con tu amante”. Y sí, lo es. Pero incluso si somos monógamos convencidos, o si lo nuestro no son las relaciones furtivas, hay mil motivos para visitarla. Aquí van los primeros veinte.
MONUMENTALES
1- La Alhambra. Qué decir de este auténtico desafío a las insensibilidades más galopantes. La Alhambra es la belleza, así, en estado puro, sin aditivos, ante nuestras narices. Es la historia, más reciente de lo que creemos, de una España que aún tiene mucho de aquella España, es un paseo por nuestras raíces tan necesario en momentos históricos en que los árboles no nos dejan ver el bosque. Como poco se puede decir sobre la Alhambra, nos permitimos humildemente dar un par de consejos al visitante deseoso de perderse entre esos hermosos mosaicos repletos de historias que parecen recién salidas de Las mil y una noches: A) conviene contratar un guía en la medida de lo posible, pues que alguien nos narre la vida en la Alhambra, y por ende en Granada, a través de los siglos, no tiene precio. B) No os citéis con vuestro guía a la mañana siguiente de haber cerrado aproximadamente un 90% de los bares de Granada, y mucho menos a una temperatura de 35 grados a la sombra. La cosa, creednos, puede no acabar nada bien.
Alhambra. Calle Real de la Alhambra, s/n.
2- El Mirador de San Nicolás. Visita obligada es este concurrido mirador que cada tarde reúne a decenas de visitantes deseosos de ver (y de fotografiar) cómo cae el sol sobre la Alhambra, un auténtico espectáculo de luz y color de una belleza incomparable.
Mirador de San Nicolás. San Nicolás, s/n.
3-El Albaicín. El antiguo barrio judío, en el que se encuentra el Mirador, sigue siendo un laberinto ondulado de callejuelas empedradas con pequeñas tabernas ocultas, tablaos flamencos, tiendas, restaurantes... Al Albaicín sólo se puede ir de una manera: a perderse. Y sin reloj.
GASTRONÓMICOS
4- El remojón. Esta ensalada de naranjas y bacalao es uno de los platos estrella de la zona, que nos hará reconciliarnos con las naranjas locales y se convertirá, si no somos muy amantes del gazpacho, en el entrante perfecto para el viaje, ideal cuando el termómetro hace de las suyas. El de la foto lo comimos en un lugar de ensueño llamado Mirador de Morayma, un restaurante con bonitas vistas a la Alhambra muy frecuentado por turistas, por tanto poco apto para todos aquellos viajeros intrépidos que buscan por encima de todo autenticidad.
Mirador de Morayma.Pianista García Carrillo, 2.
5- Damasqueros. Uno de nuestros restaurantes favoritos de la ciudad se encuentra en la calle con el mismo nombre. Aquí hallamos una cocina creativa de raíces andaluzas firmada por la chef Lola Marín, que podemos degustar únicamente en forma de menú degustación a 39 € (en Damasqueros no hay carta) y que nos demuestra que la ciudad es, por suerte, mucho más que tapeo y finos.
Damasqueros. Damasqueros, 3.
6-Estrellas de San Nicolás. Fue la casa de Enrique Morente y ahora es uno de los restaurantes más populares de la ciudad, especialmente entre los visitantes. El motivo, un espacio encantador con una bella terracita desde la que podemos contemplar el atardecer sobre la Alhambra, y una carta en la que hallamos desde gazpachos a fondues, pues la cocina andaluza tradicional convive con especialidades internacionales. Si reservamos mesa en su terraza, pese a que el comedor acristalado es un derroche de 'charm' y buen gusto, disfrutaremos de su espectáculo a ritmo de guitarra andaluza, en vivo.
Estrellas de San Nicolás. Atarazana Vieja, 1.
7- Las tapas. Sí, en Granada te pides una cañita a las 12 de la mañana para hacer un alto en el camino e intentar mitigar el síndrome de Stendhal, y sí, te ponen una cosa que ellos y tu madre consideran tapa pero que para ti es un plato principal en toda regla (lease un plato de paella o un guiso de cordero con patatas fritas). Y sí, te va a costar 2 €, con lo que si eres de saque moderado ya habrás comido, y si eres de buen comer necesitarás apenas tres rondas.
8- La calle Navas y alrededores. Especialmente la calle Navas, pero también las calles aledañas son los centros del tapeo por excelencia. Lo dicho, un ambientazo a todas horas, grupos de gente de todas las edades, cañitas, vinos y tapas (según ellos y tu madre), el lugar ideal para socializar, hacer nuevos amigos y, quién sabe, quedar para quemar la noche en ese lugar quasi-místico del que todo el mundo habla y que, si te vanaglorias de ser intrépido, vas a tener que visitar aunque sea lo último que hagas: hablamos del archiconocido Maué (quedaos con este nombre, pronto daremos más datos), en boca de todos. 'Tenéis que ir al Maeué', '¿Todavía no conocéis el Maué?'. Un lugar que comentaremos más tarde porque, claro, no sabían con quién estaban hablando, cómo no pasarse por el... ¿Maué?
9- Las despedidas de soltero/a. Enlazando con el punto anterior, ¿cómo no visitar en Maué si una de las personas que te lo ha recomendado es un tipo de 90 kilos y barba disfrazado de conejita de Playboy? ¿O un grupo de amigas de la facultad vestidas de enfermeras? Granada es el paraíso de las despedidas de soltero, una ciudad que cada fin de semana acoge multitud de grupos que celebran el fin de la soltería. Y que el sábado y el domingo se dedican a pasear por la calle Navas, beber, tapear, confraternizar y, claro, mostrar su desprecio sin límites hacia tu persona porque todavía no conoces el Maué. Sólo sentarse en una terraza de la calle y, simplemente, ver el espectáculo de despedidas de soltero, divertidísimo, ya merecería una visita a Granada.
10- Castañeda. Ya en la zona de la calle Elvira y alrededores, otro epicentro de tapeo y 'shopping' repleto de tiendecillas de objetos árabes principalmente, encontramos este local siempre concurrido, bullicioso, estridente, con sus jamones y chorizos colgados del techo, su toro en la pared y unas tapas increíbles.
Castañeda. Almireceros, 1-3.
11- Cannelle. Si buscamos un desayuno saludable y completo, con pasteles caseros, packs especiales, revistas y libros, un lugar absolutamente kids friendly, ese es Cannelle, una cafetería que bien podría estar en Londres o París, repleta de mensajes que apelan a la felicidad y el buen rollo.
Cannelle. Acera del Darro, 44.
NOCTÁMBULOS
12- Ganivet. La noche granadina tiene en este céntrico local, ubicado bajo unos arcos, un bastión indestructible con sus dos consabidad salas: la de los hits de música comercial y la de arriba, con sus éxitos del pop en español. Está siempre a rebosar, el ambiente es sano y agradable, las copas buenas y el público ronda la treintena.
Ganivet. Ángel Ganivet, 13.
13- Bambino. Flamenqueo comercial en un local donde la media de edad baja notablemente con respecto a Ganivet, uno de esos lugares deliciosamente impredecibles, muy curioso, que en ocasiones está a reventar y en otras parece un velatorio. ¿Pero cómo ir a Granada y no bailotear algún hit de Navajita Plateá en una disco?
Bambino. Arabial, 45.
14- Mondrian. Si tenemos ganas de ponernos rockeros tenemos que pasarnos por este bar que encontramos ascendiendo por una bella callejuela estrecha y empedrada donde, a diferencia de locales como Ganivet, podemos encontrar sin problemas gente despeinada, con la camisa arrugada y con zapatillas deportivas. De hecho, en Mondrian tendremos en todo momento la sensación de que va a aparecer un tipo por la puerta vestido de negro con chupa de cuero y botas, va a apostarse en la barra, pedirse una Voll-Damm y girarse hacia nosotros con cara de atormentado, momento en que vamos a darnos cuenta de que es Miguel Ríos. Sus mojitos son riquísimos.
Mondrian. Santa Inés, 4.
15- Mae West. Discotecaza en toda regla, abierta hasta las 6 de la mañana, que suele acoger, a partir de las 3 h, a toda la fauna noctámbula de Granada, que abandona el resto de locales para dar con sus huesitos en este templo de la música comercial, el copeo y el desfase. Un lugar curioso, que aglutina a gente de prácticamente todas las edades y en el que se reúnen a altas horas de la madrugada y tras una jornada indudablemente intensa las diferentes despedidas de soltero y soltera que han ido iluminando la ciudad con su cachondeo. La juerga al más alto nivel está servida. Sí, habéis acertado: estamos, al fin, frente a frente con el celebérrimo Maué, una leyenda en Granada.
Mae West. Centro Comercial Neptuno. Arabial, s/n.
16- Aliatar. Gran discoteca de ambiente más maduro y música disco, que dispone de una barra de gin-tonics que hará las delicias de los más sibaritas, un lugar por el que pasarnos a cualquier hora para que nos preparen un copazo de excepción (los cócteles están elaborados con manos muy sabias) o para plantar bolso y chaqueta sobre el gran piano que encontramos en el centro de la pista y lanzarnos a bailar 'Lady Marmalade'. Un clásico.
Aliatar. Recogidas, 2.
17- Tablao flamenco Albayzin. No tiene por qué ser necesariamente este el 'tablao' que elijamos, pues la cosa está en perderse por el Albaicín y guiarnos por las sensaciones, escoger uno prácticamente al azar y dejarnos emocionar con el flamenco que sólo se escucha aquí. Conviene preguntar en el hotel en que nos alojemos, pues a menudo organizan packs que incluyen desplazamiento hasta el 'tablao', cena y espectáculo, lo que nos permitirá acceder al conjunto por un precio mucho más ajustado.
Tablao Flamenco Albayzin. Carretera de Murcia s/n.
Y MÁS...
18- La lonja. Nos escapamos de la gastronomía, pero es imposible no recomendar acercarse a esta curiosa tienda, entre destartalada y 'cool', que ofrece todo tipo de objetos vintage seleccionados con un gusto excelente, desde mobiliario a complementos.
La lonja. Buensuceso, 31.
19- La simpatía de la gente. Sí, no es un tópico para nada. Ellos son el no va más en simpatía.
20- ¿Tu amante? Si lo tienes, es un gran motivo para visitar Granada. Si no, siempre puedes dedicarte, como hicimos nosotros, a cerrar todos los bares de la ciudad. Cuando hayan pasado tres días no tendrás ni idea de dónde está el ayuntamiento pero probablemente todos los porteros de los pubs te llamarán por tu nombre. ¿O acaso creías que lo de la resaca y posterior (y aparatoso) desmayo en pleno paseo matutino por la Alhambra era una licencia periodística?
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+ infoRuta por el Edimburgo de Trainspotting
Adaptación cinematográfica de la (imprescindible) novela homónima deIrvine Welsh-uno de los escritores que mejor ha sabido retratar la zona oscura de la capital escocesa-, Trainspotting ha devenido un film referencial para toda una generación. Celebrando las dos décadas que han pasado desde su estreno y a las puertas del reencuentro en su secuela de Mark Renton, Sick Boy, Spud y Frank Begbie, hacemos un recorrido por algunos de los más significativos rincones de Edimburgo en los que transcurre la película.
Princes Street
Es la escena inicial de la película y una de las secuencias más iconográficas del cine de los 90. Heroinómanos pero ilustrados, Mark Renton y Spud acaban de robar en una librería y huyen de los seguratas a lo largo de Princes Street al anfetamínico ritmo del Lust for Life de Iggy Pop. Levantada a finales del siglo XVIII, Princes Street, con su kilómetro y medio uniendo Lothian Road en el oeste con Leith Street en el este, es la principal arteria y área comercial de la capital de Escocia.
Cowgate
La carrera de Mark Renton escapando de los vigilantes de la librería en la que acaba de afanarse unos cuantos ejemplares termina cuando es embestido por un coche en Cowgate. Calle histórica del Old Town de Edimburgo, como fácilmente se puede deducir por su nombre, en tiempos pretéritos era la vía por la que transitaban las vacas en día de mercado. Junto a la siempre animada plaza Grassmarket, actualmente conforma una de las zonas más transitadas de Edimburgo, albergando algunos de los mejores pubs de la ciudad como The Three Sisters, The Last Drop o The Beehive Inn.
The Volley
El psicópata de Frank Begbie se pasa buena parte del minutaje de Trainspotting repartiendo mamporros a todo aquel que se le ponga por delante. Una de esas palizas tiene como escenario un popular pub y sala de billares de Edimburgo llamado The Volunteer Arms pero conocido por todo el mundo como “The Volley”. El bar sigue en pie en el paseoLeith Walk,la avenida que va desde el centro de la ciudad hasta el barrio portuario, pero ahora se llama The Cask & Still y es un refinado local en el que se sirven los mejores whiskies y ginebras destilados de Escocia.
El peor wáter de Escocia
Mark Renton anda con el mono, y lo único que ha conseguido en el “mercado” son unos supositorios de opio. Peor aún, sin ningún sitio en el que poder esconderse, se los tiene que administrar en el que muy acertadamente describe como “el peor wáter de Escocia”, un auténtico pozo de porquería situado en la trastienda de una casa de apuestas del centro comercial Muirhouse. Veinte años después, este lugar es una zona de aspecto fantasmagórico con la mayor parte de sus locales tapiados.
The Meadows
Con la ciudad en plena efervescencia por el Festival de Edimburgo y con todos los pubs a rebosar de turistas; Renton, Spud y Sick Boy no hallan nada más divertido por hacer que tomar éxtasis y perderse por The Meadows. Intentarán ligar con dos colegialas de un centro privado cercano pero acabarán alucinando con unas ardillas. Situado en la zona sur del centro de la ciudad, The Meadows es uno de los parques más grandes de Edimburgo, una de esas infinitas zonas verdes tan características de las ciudades británicas, con zonas de recreo para los más pequeños, clubes de croquet, pistas de tenis y campos de fútbol y rugby.
La Estación Central de Leith
Tras una temporada en Londres, Renton vuelve a Edimburgo por Navidad, donde se reencuentra con sus viejos amigotes. Con uno de ellos, Begbie, visita la Estación Central de Leith, edificio que describe como “un hangar desolado y estéril, que pronto será demolido y reemplazado por un centro comercial y una piscina pública”. La estación central de Leith fue cerrada a los pasajeros en los años 50 y clausurada definitivamente en 1972, momento en el que se convirtió en la guarida preferida de los drogadictos de la ciudad. Años después, efectivamente, la zona donde estaban las plataformas fue reconvertida en un centro comercial Tesco y el edificio de la terminal en un complejo de ocio acuático llamado Leith Waterworld.
Easter Road
Aunque no está presente físicamente, el Hibernian FC y su estadio, Easter Road, se citan constantemente en la novela y la película. Fundado en 1875 por emigrantes irlandeses, el Hibernian es el club del barrio portuario de Leith y el equipo que apoyan todos los protagonistas de Trainspotting. La sede de los Hibs, apodo con el que se los conoce, es Easter Road, estadio inaugurado en 1893. A esta especie de caja de zapatos que mantiene ese encantador aroma añejo de los estadios de fútbol británicos, sus hinchas la denominan The Holy Ground o el San Siro de Leith. Si los Hibs, por su origen irlandés, es el equipo de los católicos, reproduciendo la rivalidad de los dos grandes de Glasgow -Celtic y Rangers-, su antagonista en el fútbol en Edimburgo es el Heart of Midlothian Football Club, equipo con una mayoría de aficionados protestantes.
Glasgow
Aunque la novela de Irvine Welsh transcurre íntegramente en Edimburgo, la mayor parte de su adaptación cinematográfica fue rodada en… ¡Glasgow! Las mentirijillas del séptimo arte. Entre las localizaciones más significativas de Trainspotting en la ciudad más grande de Escocia destacan dos. La primera, la Volcano, la discoteca en la que Renton conoce a su particular Lolita, Diane. Situada en el 15 de Benalder Street, cerca de la estación de Kelvinhall, no os molestéis a buscarla, pues fue demolida años atrás. Sí que encontraréis Rouken Glen Park, el parque en el que Renton y Sick Boy pasan el tiempo discutiendo sobre la trayectoria cinematográfica de Sean Connery y disparando balines a los rottweilers.
Aquellos que queráis realizar la ruta por lo escenarios de Trainspotting podéis ir a la aventura por vuestra cuenta, o si lo preferís, Leith Walks os ofrece una cómoda solución con el Trainspotting Walking Tour. Desde la Estación Central de Leith al “peor water de Escocia” un guía os descubrirá las principales localizaciones de la novela de Irvine Welsh llevada al cine por Danny Boyle.
Si viajas a Edimburgo, elige perderte por los rincones que sirvieron de escenario para esta icónica película, consulta tu Vueling aquí.
Texto de Oriol Rodríguez para Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Naureen-s, Babatuel, Denna Jones, Joe Price, LHOON, GDU photography
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