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Sevilla tiene un sabor especial

Por Belén Parra de gastronomistas

Lo del color especial te queda claro nada más verla y en cuanto escuchas ese estribillo que sabes que repetirás sin poder sacártelo ya de encima. Como te ocurrirá con su recuerdo tras dejarla atrás. Sevilla es color, olor y sabor especial. Es embrujo y exaltación. Arte puro. Envolvente y compartido. De ahí el aperitivo, el tapeo y el trago continuo. De la ensaladilla a las papas y del rebujito a la cerveza o el tinto. Sin obviar “la caló”, la siesta entre tanto “pateo”, el bailoteo y esa “grasia” de sus gentes que acabará por arrancarte unas palmas. Sevilla quita el “sentío” y da sentido a la vida. Porque en la capital hispalense el disfrute es casi obligación. Recorremos sus callejas, su monumentalidad, sus preciosos rincones y sus mejores mesas. Con intensidad. Como hay que saborear la escapada e incluso la visita fugaz.

DÓNDE COMER:

Tradevo. Es la gastrotaberna de referencia en la ciudad. Punto de encuentro incluso de cocineros que se reúnen para disfrutar de su oficio. Un reducto para apasionados de la buena cocina. Aúna tradición y evolución en platillos de imponentes raciones, vistosas presentaciones y precios sin competencia. Aun apartado del centro turístico, cuesta encontrar mesa (o taburete) libre. El salmorejo de la casa es una delicia. Como el producto fresco, las frituras y el arroz.

Plaza Pintor Amalio García del Moral, 2.

La Pepona Tapas. Ubicado en el centro urbano, destaca por ensalzar el producto andaluz en recetas que homenajean a todo el territorio. Es de esos pocos locales que sabe valorar el papel potenciador de un buen maridaje. Primacía también de los vinos de la tierra –muy especialmente de los de Jerez- en una bodega con llamativas referencias que pueden servirse tanto en copa como en medias copas para fomentar el consumo y la cultura vinícola.

Javier Lasso de la Vega, 1.

La Fábrica. Es la ‘sucursal’ sevillana de ese templo del tapeo que es Besana Tapas en Utrera, a pocos kilómetros de la capital. Está en el concurrido barrio de la Alameda, epicentro del ocio nocturno y ofrece bocaditos de autor en horario continuado –desde el desayuno a la cena-.

Correduría, 1.

Ena. Es el más nuevo espacio gastronómico del imponente hotel Alfonso XIII. Está asesorado por el chef catalán Carles Abellán, otro enamorado de Sevilla que ha sabido reinterpretar clásicos del recetario andaluz y combinarlos en la carta con algunas de sus ‘greatest tapas’ como las bravas y el bikini trufado. Aparte de ofrecer un emplazamiento inmejorable, el local cuenta con uno de los mejores bartenders del panorama nacional . El cóctel, antes o después del tapeo, es por tanto irrenunciable. No hay que perderse tampoco su sangría ‘sólida’ y sus entretenimientos dulces.

Hotel Alfonso XIII. San Fernando, 2.

La Mojigata. Local sencillo y sin alardes en el que echan verdadero arte a la cocina. Las tapas, que no los aperitivos, cambian a diario en base al producto de mercado y siempre sorprenden por sus contrastes en boca y sus sugerentes presentaciones. Atención también a la bodega, que está a cargo del presidente de la Federación de Sumilleres de Andalucía.

Moratín, 15.

DÓNDE TOMAR UNA COPA:

Eme. Con vistas a la Catedral y a la Giralda, la terraza de este hotel es el place-to-be para impresionar a cualquiera. Ambiente desenfadado en el que hay que cuidar el vestir.

Alemanes, 27.

Inglaterra. Otro hotel que no tiene pérdida en la plaza Nueva. Hay que subir a lo más alto para disfrutar de las vistas y de un buen trago largo. La mejor alternativa para huir del calor y del bullicio urbano en un ambiente relajado.

Plaza Nueva, 7.

Las Casas del Rey de Baeza. Nada mejor que callejear por el centro para dar con este hotel Hospes sito en la plaza de la Redención. Conserva el estilo rústico de las antiguas casas señoriales y proporciona una atmósfera cálida que permite la distensión y el divertimento. Su patio es el mejor lugar para tomarse unos vinos y picotear las deliciosas croquetas del puchero del restaurante Azahar. Como alternativa, la azotea con piscina y barra de cócteles.

Plaza Jesús de la Redención, 2.

Bar Americano. Nos gusta su carta de cócteles y, en concreto, su selección de Cócteles de Cine inspirado en las películas rodadas en Sevilla. Rincón distinguido, reservado y tranquilo que el hotel Alfonso XIII redecoró (para mejor) en su última y ambiciosa reforma. Apto para la conversación relajada copa en mano.

Hotel Alfonso XIII. San Fernando, 2.

DÓNDE ALOJARSE:

Barceló Renacimiento.

Avda. Álvaro Alonso Barba, S/N.

Moderno, funcional y con todo tipo de prestaciones. Un 5 estrellas a la altura de quien busca el todo-en-uno en un mismo hotel. Semejantes instalaciones –piscina al aire libre incluida- explican la extensión de terrenos que ocupa a dos pasos del parque Isla Mágica, el Guadalquivir y La Alameda. Los platos a la carta del desayuno, la wifi gratuita, las amplias habitaciones, los diferentes espacios para el entretenimiento y la reunión, los jardines y la arquitectura del complejo son sus principales atractivos.

DÓNDE DARSE UN CAPRICHO GASTRO:

Un helado de crema sevillana en la heladería artesana La Fiorentina.

Zaragoza, 16.

Un bollo de leche o un buen pan de mantequilla y anchoa en Pan y Più, panadería artesanal con influencias italofrancesas.

Cabeza del Rey Don Pedro.

Unas rosquillas, un pain au chocolat o un pastel de nata en La Dulcería de Manu Jara.

Pureza, 5.

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Sevilla y la saga «Star Wars»

La Plaza de España, uno de los principales atractivos arquitectónicos de Sevilla junto a la Catedral y la Torre del Oro, es bien de interés cultural. Fue proyectada por Aníbal González dentro del conjunto del parque de María Luisa para la exposición Iberoamericana de 1929. Se trata de la mayor plaza abierta que hay en Sevilla y está realizada en estilo regionalista con predominio del ladrillo y la cerámica.

¿Naboo? ¿Es un barrio de Sevilla?

En el Episodio II: El Ataque de los Clones (2002), la monumental Plaza de España, se transformó en Theed, la capital de Naboo, el planeta gobernado por la reina Amidala. En la famosa escena que se puede ver en la película galáctica, Anakin y la propia Amidala conversan sobre su relación en un paseo por la plaza -eso sí, como no podía ser de otra manera, tras la posproducción fueron eliminados los clásicos azulejos dedicados a los territorios de España-.

La verdad es que solo fueron dos minutos para una escena que no fue de las más determinantes del film. Pero eso, ¿qué más da? El caso es que la inigualable belleza de Plaza de España fue suficiente para que George Lucas se enamorase de esta localización y decidiera rodar aquí una escena con dos de los principales protagonistas de la saga. ¡Ah!, y como no, tampoco faltó el entrañable robot R2D2.

El rodaje se produjo en septiembre del año 2000 en prácticamente dos días, el tiempo suficiente para poner patas arriba la ciudad, tras el desembarco de una legión de actores, productores, técnicos… unido a miles de personas curioseando constantemente y tratando de hacerse con un papel de extra en la mítica saga galáctica. Finalmente fueron unos pocos privilegiados -50-  los que consiguieron ser figurantes, y quedar inmortalizados caminando por la plaza caracterizados como habitantes de Naboo.

Sevilla, decorado de película

La Plaza de España también la hemos visto en otras películas como Lawrence de Arabia (1962) o El Dictador (2012). Pero hay otros monumentos que han quedado para la posteridad en la gran pantalla con actores como Tom Cruise o personajes como el Capitán Alatriste. Pero ¿qué encontraron en Sevilla George Lucas, Ridley Scott o Agustín Díaz Yanes para elegirla como escenario de sus películas? Seguramente su riqueza cultural y urbana, la gastronomía, las buenas comunicaciones, el excelente clima, y su extensa oferta lúdica son los componentes perfectos no sólo para el rodaje de películas, sino también para hacer una escapada en cualquier época del año.

Los Reales Alcázares se han convertido en otro de los escenarios frecuentes en la historia fílmica de esta ciudad, ofreciendo un decorado formidable a títulos como Rojos, de Warren Beatty; Alatriste, de Agustín Díaz Yanes o 1492: La conquista del paraíso, de Ridley Scott, director que fue reincidente con la grabación de El reino de los cielos. Se trata del palacio real en activo más antiguo de toda Europa. Pedro I lo mandó construir en el s. XIV, y en su interior se aglutinan vestigios de tres de las culturas con mayor presencia en la península ibérica durante la Edad Media: la judía, la árabe y la cristiana.

Otros escenarios sevillanos inmortalizados en el cine han sido, la Catedral levantada sobre la antigua mezquita y tercer templo en tamaño de la cristiandad, de la que parte la emblemática Giralda; el Archivo de Indias, o el barrio de Santa Cruz. Estos edificios, ubicados en el casco antiguo, sirvieron de telón de fondo en la película Knight & day, una vertiginosa película dirigida por James Mangold, en cual pudo verse a Tom Cruise y Cameron Díaz en plena persecución huyendo en moto de sus enemigos. En este mismo entorno se rodaron varias escenas de la película española Nadie conoce a nadie, de Mateo Gil y protagonizada por Eduardo Noriega, Jordi Mollà y Natalia Verbeke.Por último, y sin dejar el cine español, está Carmen, cuyo personaje principal fue interpretado por Paz Vega. En esta película, las escenas de la antigua fábrica de tabacos fueron rodadas en el actual rectorado de la Universidad de Sevilla. El edificio bien merece una visita; levantado en el siglo XVIII y superado en tamaño en España tan sólo por el Escorial.

¿A qué esperas para revivir estos momentos cinematográficos? Y ahora que estamos de enhorabuena por el estreno de Episodio VII: El Despertar de la Fuerza ¿que mejor de rendirle homenaje a la saga visitando el impresionante escenario de uno de sus films? No esperes más, Ve a Sevilla con Vueling y que la fuerza te acompañe.

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Turismo de Sevilla

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Budapest Meca gastrohipster

Dónde se concentran los hipsters: Barrio Judío
Una de las zonas más animadas de Budapest, donde descubrir un local chulo a cada paso, ya sea de corte clásico o hipster. Uno de los restaurantes de cocina tradicional con más encanto es el Spinoza Café, de iluminación íntima e ilustracionesvintage decorando sus paredes. En su carta encontrarás especialidades judías como el hummus (puré de garbanzos condimentado) e imprescindibles húngaros como el goulash, el popular guiso de ternera generalmente acompañado despätzle, un tipo de pasta de forma irregular. Acaba la cena con uno de los licores más típicos del país: pálinka, un aguardiente potente pero digestivo que aquí exhiben en una botella gigante y preciosa sobre la barra.

Si prefieres algo más moderno, aquí no te faltarán opciones. Como Street Food Karaván, una concentración de foodtrucks y puestos callejeros especializados donde tomar algo informal en sus mesas para compartir al aire libre. Las hamburguesas caseras de Zing Food no decepcionan. Otras opciones bajo techo son Situ (Kazinczy, 32), con un toque afrancesado; Vintage Garden, femenino y romántico; |3| Három – Three (Kazinczy, 3), informal y cool; o Doblo, un simpático bar de vinos.

Acaba la noche tomando copas en uno de sus ruin bars, uno de los conceptos más peculiares de Budapest. Son edificios abandonados que han sido recuperados por gente joven para montar bares con un punto underground y mucha imaginación: donde no llega el dinero, llega la creatividad. El ruin bar más famoso: Szimpla Kert, ambientadísimo y divertido.

Dónde comer en Buda: Baltazár Grill
Aunque Pest sea más dinámica, no puedes dejar la ciudad sin visitar la zona del Castillo Buda, que ofrece vistas excepcionales. Aquí te recomendamos probar el Baltazár Grill, un bistrot hipster presidido por una pintura de Basquiat, con platos húngaros actualizados (muy bueno su pollo con paprika y la sopa goulash) y excelentes hamburguesas hechas en horno Josper. Al otro lado del restaurante tienen un acogedor wine bar, en el que probar excelentes vinos húngaros.

Dónde va la gente guapa: Menza
Es el restaurante de moda ahora mismo. Mezcla estética retro y futurista para proponer una carta ecléctica, contemporánea e internacional donde caben la pasta, los sándwiches, diversas opciones de carne e incluso alguna de pescado (debes saber que Budapest es una ciudad principalmente carnívora).

Dónde disfrutar de bistrots con encanto
La fórmula bistrot está de moda en la capital húngara. Después de Costes y Onyx, el tercer restaurante en obtener una estrella Michelin fue el bistrot Borkonyha, de ambiente relajado pero cocina impecable. Al lado del precioso Mercado Central -de visita imprescindible- encontrarás el estupendo Borbíróság con una moderna cocina de mercado y más de cien vinos húngaros de calidad por copas. Recomendables su pato con ragout de cerezas y patatas con queso cheddar y su ternera con foie gras con ratatouille y patatas rustidas. Otros bistrots que te gustarán: Terminál, ubicado en una antigua estación de autobuses y Zona (de hermoso interiorismo y toques internacionales en sus platos húngaros.

Dónde merendar: cafés con solera
La tradición se impone en una de las ciudades con mayor saber hacer pastelero. No abandones la ciudad sin merendar en el portentoso New York Café, un palacete neobarroco del siglo XIX que te hará difícil dejar de disparar la cámara... hasta que pruebes uno de sus magníficos dulces, claro. Clásica pero más sobria es una de las pastelerías con más fama de la ciudad: Gerbeaud donde deberías probar una de las especialidades locales que aquí hacen excepcionalmente bien: la tarta dobos, elaborada con finas capas de bizcocho, crema de chocolate y con una cobertura final de caramelo.

Dónde dormir: Eurostars Budapest Center
La cadena española cuenta con un cuatro estrellas de situación inmejorable, justo al lado del barrio judío y a dos pasos del Danubio. Emplazado en un edificio de la era comunista, las habitaciones son espaciosas, luminosas, funcionales y elegantes y a precio razonable. El desayuno -buffet libre- es abundante y variado, las zonas comunes, confortables... pero lo mejor es el servicio: son atentos, si necesitas alguna reserva, la hacen por ti, y ¡hablan español!

Texto y fotos: Isabel Loscertales (Gastronomistas)

 

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Ruta por la capital de las letras

Hay ciudades que ya sea por su belleza o por su oscuridad, son capaces de despertar a las musas y dar lugar a inolvidables obras literarias. Ese es el caso de Edimburgo, cuya repercusión en el campo de las letras bien le valió en 2004 ser la primera en ser declarada Ciudad de la Literatura del mundo por la UNESCO. Un honor irrefutable si tenemos en cuenta el volumen de escritores que han nacido o vivido allí, y la cantidad de personajes de ficción que han logrado introducir en nuestras vidas. ¿Te animas a conocer la huella que han dejado en su ciudad de origen?

1. El monumento de Scott

Sir Walter Scott es un destacado escritor del romanticismo británico, conocido por ser el creador del género de la novela histórica. Entre sus obras más relevantes están Ivanhoe, Rob Roy y Waverley. Su recuerdo en la ciudad está muy presente, pues es uno de los autores más valorados por los edimburgueses. Prueba de ello es el Monumento de Scott, una torre de estilo gótico de corte victoriano, construida entre 1840 y 1844. Con una altura de 61'1 metros, ofrece unas vistas magníficas de la ciudad, aunque para ello haya que subir 287 escalones. ¡Avisados estáis!

2. Deacon Brodie’s Tavern

A Robert Louis Stevenson le debemos habernos llevado de viaje a La Isla del Tesoro, y haber creado un personaje que haría las delicias de cualquier psicólogo en El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr Hyde. El protagonista de esta última está basado en la figura de Deacon Brodie, un respetable hombre de negocios que vivió en el siglo XVIII, y que padecía este trastorno de doble personalidad. En la Royal Mile se encuentra la Deacon Brodie’s Tavern, un pub en el que se rinde homenaje a esta novela y a su protagonista. No dudéis en entrar y aprovechar para tomar unas buenas pintas de cerveza artesanal, y probar el haggis, una especialidad escocesa realizada a base de carne especiada embutida, que se toma acompañada de nabo y puré de patata.

3. La estatua de Sherlock Holmes 

¿Quién es el detective más famoso de todos los tiempos? Inevitablemente a todos nos viene a la mente el personaje de Sherlock Holmes. Sir Arthur Conan Doyle, su creador, se inspiró en el profesor Joseph Bell, popular por su capacidad de deducción a través del análisis. En Picardy Place, que es donde estaba la casa en la que nació Conan Doyle, encontraréis la estatua de Sherlock Holmes. En esta misma plaza está The Conan Doyle, pub dedicado al escritor, yuna excusa perfecta para deleitarse con las maravillosas pintas y los magníficos whiskies con los que cuenta esta ciudad.

4. El monumento a Burns

Robert Burns, pionero del movimiento romántico, es el poeta más popular de Escocia. De él es el poema Auld Lang Syne, que acabaría convirtiéndose en el himno de despedida en los países angloparlantes. En uno de los lugares más privilegiados de Edimburgo, en la cima de Calton Hill, está ubicado el Monumento a Burns, un pequeño templete de estilo griego construido en 1830. Todo un icono con unas vistas de lujo, ¡no dudéis en acercaros!

5. El barrio portuario de Leith

Irvine Welsh es conocido por ser el autor de Trainspotting, novela en la que relata desde la ironía, la patética vida de unos heroinómanos. Su estilo directo, cargado de lenguaje callejero, lo ha convertido en todo un icono de su generación. La historia está ambienta en el barrio Leith, que por aquel entonces era una zona muy conflictiva, tal y como queda reflejado en el libro. En la actualidad ha cambiado bastante, aunque aún conserva parte de su aire canalla. Existe la posibilidad de hacer en un tour guiado que os llevará por los diferentes lugares a los que se hace referencia en la obra y que sirvieron de inspiración al autor.

6. El Museo de los Escritores

Aquellos que queráis profundizar en las figuras de Sir Walter Scott, Robert Burns y Robert Louis Stevenson, tenéis una parada obligatoria en el Museo de los Escritores. Ya sólo por la visita al lugar donde está ubicado, la mansión de Lady Stair, situada en la parte superior de la Royal Mile, merece la pena acercarse. En su interior encontraréis manuscritos, libros y objetos personales de estos tres genios de la literatura escocesa.

7. The Elephant House

No podéis iros de Edimburgo sin hacer una pausa en The Elephant House, la cafetería en la que J.K. Rowling escribió parte de las aventuras de Harry Potter.

¿Listos para adentraros en el Edimburgo más literario? Consulta tu Vueling aquí.

 

Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Raphaël Chekroun, Brian CK, Spixey, Alan Weir, Kyle Taylor

 

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