Nueve imprescindibles en Palma de Mallorca
Normalmente cuando hablamos de Mallorca nos limitamos hacerlo de sus excelentes playas y de los paisajes que en ella podemos descubrir, tendiendo a dejar de lado a su ciudad principal, Palma. Esta encantadora localidad portuaria con muchos siglos de historia esconde numerosas maravillas que la convierten en todo unmusten tu visita a la isla. A continuación te damos algunas de las claves que hacen tan seductora esta ciudad.
1. Una catedral llena de sorpresas
Imposible no verla, la catedral de Mallorca sobresale entre todos los edificios de la ciudad. También conocida como La Seu, este monumento de estilo gótico levantino destaca por su elevada estructura –es una de las catedrales góticas más altas de Europa- y por su enorme rosetón, también de los más grandes de la época, y amaga un interior lleno de sorpresas. Por un lado está la huella de Gaudí, que la reorganizó a principios del siglo XX, y en el que incluyó elementos ornamentales modernistas y un baldaquino en el altar inacabado. Además está el sorprendente mural de cerámica de inspiración mediterránea que cubre la Capilla del Santísimo, obra de Miquel Barceló, y que no pasa desapercibido para el visitante.
2. Una lonja con mucho encanto
De parada obligatoria es también este edificio de mediados del siglo XV, obra de Guillem Sagrera, que en su tiempo ejerció como sede del Colegio de Mercaderes. En la actualidad deslumbra a los visitantes con sus estilizadas columnas helicoidales que finalizan en bóvedas de crucería que a primera vista parecen palmeras. Un espacio absolutamente inspirador capaz de transportarnos a una época en la que Palma jugaba un importante papel comercial.
3. Una ruta por la Mallorca de Miró
La huella de Joan Miró está muy presente en la ciudad que lo acogería los últimos 27 años de su vida. Imprescindible, acercarse hasta la Fundación Pilar y Joan Miró, donde podrás ver la casa y el taller del artista, además de una pequeña parte de su extensísima colección. Y sin alejarte mucho de la zona, en el palacio de Marivent se han abierto recientemente sus jardines en los que se pueden ver doce esculturas del artista.
4. Una buena dosis de arte contemporáneo
El arte contemporáneo en Palma no solo está presente en la figura de Miró. Tienes la opción de acercarte hasta Es Baluard, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma, donde hallarás los principales artistas y movimientos que han confluido y confluyen en las Illes Balears. Otra de los espacios que no debes perderte es el Museo Fundación Juan March, que contiene una interesantísima colección de arte contemporáneo español.
5. Recorriendo el paseo marítimo
Como buena ciudad que vive de cara al mar, Palma cuenta con un extenso paseo marítimo que la recorre por todo lo largo y que regala otra visión de la ciudad – impresiona a su paso ante la catedral- y que además cuenta con espacios de pensados para el ocio y en los que los lugareños se dedican a la práctica del deporte o simplemente al descanso.
6. Gastronomía de lujo
La ciudad de Palma cuenta con una amplia y magnífica oferta gastronómica en la que conviven la tradición local en forma de bares de tapas y restaurantes que trabajan con productos de proximidad, pasando por los que reinventan la gastronomía mallorquina y la llevan un punto más allá, hasta los de cocina internacional. Así pues, no dudes en probar la típica e imprescindible sobrasada o dejarte maravillar por los chefs que se decantan por la vertiente más osada de la gastronomía.
7. Santa Catalina, el barrio “hipster”
En los últimos años, el que fuera el barrio de los pescadores ha ido transformándose y limpiando su cara, hasta convertirse en un atractivo más de la ciudad. Te recomendamos acercarte a última hora del día para disfrutar de su oferta de locales donde reponer energías con una buena cena en un ambiente de lo más cool.
8. Terrazas con vistas
Otra forma de disfrutar de la ciudad es desde algunas de sus azoteas que esconden bares y restaurantes donde degustar un buen ágape con unas vistas de lujo. Es el caso de Nakar Hotel, en el que se puede disfrutar de la excelente oferta gastronómica a cargo del cocinero mallorquín Miquel Calent con unas magníficas vistas de fondo.
9. Un recuerdo en forma de ensaimada
Para qué negarlo, es imposible irse de Mallorca sin una ensaimada entre las manos. Es un hecho que te delata en el aeropuerto de llegada, pero es que a este dulce es imposible resistirse. Rellenas de cabello de ángel, crema, chocolate, y hasta de sobreasada, o sin nada si lo prefieres, son numerosas las pastelerías donde puedes hacerte con este sabroso recuerdo. Entre nuestras favoritas están el Forn Fondo y Horno Santo Cristo.
Reserva tu Vueling a Palma de Mallorca y aventúrate a recorrer sus calles y dejarte llevar por el encanto que emana esta bella ciudad.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Foto de SBA73
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Venecia, 120 islotes con 177 puentes
Por Iñaki Makazaga de Piedra de Toque
Caminamos por Venecia en Rutas Urbanas con MyVuelingCity de la mano de Isabel Sánchez para descubrir rincones diferentes en los que recuperar el atractivo de las capitales europeas. Ahora nos guía por los 120 islotes de la ciudad de Venecia comunicados entre sí por 177 canales, en el seno del golfo del mismo nombre, en la costa italiana del mar Adriático. “La ciudad se hunde dos milímetros al año: hay que darse prisa para conocerla con toda su belleza”
Venecia ha sido siempre la ciudad de artistas, comerciantes emprendedores,y viajeros inquietos, como el famosísimo Marco Polo, que entre ellos, ayudó a abrir las puertas de la fabulosa civilización oriental a los pueblos de Europa. Y esa concentración de ingenio y prosperidad fue la que produjo el florecimiento espléndido de la arquitectura de Venecia, sobre todo entre los siglos 11 y 17 , cuando los edificios más notables que todavía están en buen estado de conservación se construyeron.
Además de eso, y aunque muchos no lo sepan Venecia organizó su convivencia como república mientras que en la mayoría de Europa gobernaba la realeza, los señores feudales, y el clero. Así que ya veis, en la ciudad de los canales eran todos unos avanzados a su tiempo.
Posteriormente, cuando declinó su posición de predominio militar y comercial en el Mediterráneo, la ciudad supo mantener su capacidad de seducción y fue lugar de referencia para viajeros y artistas de todo el mundo. Aumentando pues… hasta lo que conocemos hoy, un fenómeno del turismo de masas que no puede faltar en la lista de cualquier viajero.
El exceso de turistas concentrados sobre los islotes y los anuncios sobre una inminente subida del nivel del mar, hicieron saltar la alerta sobre el riesgo de que la ciudad y todos su tesoros artísticos acabaran por desaparecer poco a poco bajo las aguas. (se dice que la ciudad se hunde 2mm por año)
Y por eso mismo, en colaboración con el gobierno italiano, se construyeron diques de contención y esclusas, y se tomaron medidas de refuerzo de lo construido, siguiendo el ejemplo de Holanda que vive también en permanente peligro de ser devorado por el mar. La idea de que Venecia pueda acabar sepultada bajo las aguas aumenta la magia melancólica que provoca al visitante.
De todas formas, hay que confiar en que el ingenio humano acabe por encontrar una forma de rentabilizar este problema y convertirlo en negocio (como suele pasar) y por eso mismo para los más aventureros El submarinismo turístico en visitas guiadas no puede ser descartado. Y el esquí acuático tampoco”.La ruta imprescindible en una primera visita por Isabel Sáchez:
No nos olvidemos de los imprescindibles de la ciudad…como el Puente de Rialto: Uno de los iconos arquitectónicos de Venecia y el más antiguo de los cuatro puentes que cruzan el Gran Canal.
Se construyó entre 1588 y 1591 con un diseño del arquitecto Antonio da Ponte realizado en piedra, en sustitución a uno que existía anteriormente y que era de madera, pero que tuvo que rehacerse ya que lo destruyó un incendio.
La peculiaridad de este puente es que parece romper con la tradición arquitectónica de construir puentes de tipo romano basados en la estructura de arco de medio punto con una nueva tipología de arco rebajado.
Pero sus cinco siglos de vida le están pasando factura y como muchas otras obras de Venecia, esta sufriendo una gran degradación, especialmente en sus columnas
Tienes un montón de tiendecitas y puestos donde comprar cerca del puente.
Bodega Bottiglieria Colonna
En esta pequeña bodega podrás adquirir cajas-degustación con una selección de los mejores vinos del Véneto o de Lombardía
Los vinagres y grappas que venden en la bottiglieria Colonna también son de excelente calidad.
Si lo deseas, en la misma bodega te embalarán cuidadosamente tu compra y te la enviarán debidamente protegida a tu casa.
Restaurante Al Volto
Si os gusta el vino, prestad atención, ya que en la ciudad los bares/restautantes para turistas despistados abundan, pero en el restaurante/Enoteca Al Volto no os podeis equivocar. Tienen más de 1.500 vinos diferentes, de los que nos podemos hacer una idea echando un vistazo a las etiquetas enyesadas sobre las pareces y el techo, donde igual encontramos el que más nos apetece.
En cuanto a cocina, sirven comida típica veneciana con un toque original, que puedes tomar en su relajante terraza, para evadirte del turisteo loco que llena las calles de la ciudad.
Como recomendación, podemos probar sus sus “tapas”, que son versiones venezianas de la comida italiana…el delicioso marisco fresco que ofrecen o su “Experiencia Veneciana” un surtido de platos típicos que os hará enamoraros de su grastronomía. Y no os quedareis con hambre, ya que sirven buenas cantidades, que seguro que harán que cojas fuerzas para seguir caminando.
Devil’s Forest Pub
Situado cerca del Ponte Rialto, Devil’s Forest es un pub que recrea la atmósfera de los clásicos pubs ingleses, con una amplia variedad de cervezas..
Local de ambiente amigable y buena música en el que también se pueden degustar algunas especialidades irlandeses como la sopa de setas o el jamón asado.
Imagen de Italian WP
Por Iñaki Makazaga de Piedra de Toque
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+ infoDe ruta gypsy por París
Es cierto que el jazz es un género nacido en Estados Unidos, pero si uno se detiene a leer la letra pequeña se dará cuenta que en la década de los 30 sucedió algo en Europa que revolucionó el jazz americano. En los campamentos gitanos de las afueras de París -en lo que hoy en día es el distrito 18 de la capital francesa-, el joven Django Reinhardt improvisaba con su banjo fusionando el swing con la música tradicional del este de Europa. Aprendió de forma autodidacta a base de copiar la posición de los dedos, y sin saberlo, inventó el Jazz Manouche, “jazz gitano” en francés y también conocido como Gypsy Jazz en inglés, un género fácil de escuchar y virtuoso de tocar.
Su original estilo -perdió dos dedos de la mano izquierda como consecuencia de un incendio en su caravana y desarrolló una particular manera de tocar la guitarra-, y la agilidad y rapidez de sus notas le concedieron el título de “padre del Jazz Manouche”. Junto al violinista Stéphane Grappelli, creó el mítico Quintette du Hot Club de France, el primer grupo de Jazz Manouche.
Pocos años después de morir se empezó a celebrar el Festival Django Reinhardt en Samois-sur-Seine, a 50 kilómetros al sur de París, donde vivió sus últimos años y donde está enterrado. Del 6 al 9 de julio de 2017 se celebra la 38ª edición del festival, y aunque el año pasado tuvo que cambiar su mítico emplazamiento por los jardines del Castillo de Fontainebleau -a 50 kilómetros de la capital francesa y muy bien comunicado con transporte público- el festival mantiene la esencia del primer día, siendo lugar de peregrinación de los seguidores de Django, la meca mundial del Jazz Manouche. Por el escenario pasarán artistas como el contrabajista Avishai Cohen, el pianista cubano Roberto Fonseca, el trío de virtuosos guitarristas Jean-Luc Ponty, Biréli Lagrène y Kyle Eastwood, el guitarrista manouche fetiche de Woody Allen, Stephane Wrembel, o Django Memories Project, formado por los prestigiosos músicos responsables de la banda sonora de la recién estrenada película Django. Pero en este festival la música no termina en el escenario. Artistas y aficionados de todo el mundo comparten melodías improvisadas por todo el recinto, tocan ritmos manouche y rememoran la musicalidad de Reinhardt.
Si después de este “auténtico campamento gitano” tienes ganas de más, París cuenta con varios clubs donde escuchar manouche, de los que hemos hecho la siguiente selección.
La Chope des Puces
Sin duda, el templo de Django Reinhardt en París. El guitarrista residente Ninine Garcia, integrante de una de las primeras familias parisinas de manouche, dirige la jam cada fin de semana de 12:30 a 19:00. Situado en el Marché aux Puces, los visitantes comparten mesa -para degustar cuisine traditionnelle française- y un espacio vital muy reducido entre guitarras, violines y fotos colgadas en las paredes que recuerdan al maestro. En la rebotica, un lutier y una escuela de manouche. ¡Un lugar de lo más auténtico! 122 rue des Rosiers, Saint-Ouen
MONK – La Taverne de Cluny
Situado en el corazón del barrio Latino, MONK es un bar dedicado al mundo de la cerveza. Cuenta con más de 50 tipos de birra embotellada y 10 tipos a presión. Pero La Taverne de Cluny es también un club de jazz. Cada jueves y domingo el pequeño escenario de este bar típicamente francés, con mesitas y sillas tapizadas, se llena del mejor manouche de la mano de artistas tan reputados como Christophe Brunard, Sébastien Giniaux o Samy Daussat, entre otros. ¡De visita obligada! 51, rue de la Harpe
Café Artistique l’Apostrophe
Este pequeño y acogedor café-concierto situado a pocos metros del Canal de Saint-Martin, en el distrito parisino número 10, ofrece música en directo de miércoles a sábado. Los viernes a partir de las 20:30 y desde hace cuatro años, programa conciertos de jazz manouche. Por el Apostrophe ha pasado toda la escena parisina del género y guitarristas de manouche de Estados Unidos, Inglaterra o Brasil, entre otros. También ha actuado Albert Bello, máximo representante español del manouche y director del Django L’H, el único festival en España dedicado a la figura de Reinhardt. Además, el primer jueves de cada mes hay una jam de jazz con la voz de Barbie Camion. Un plan ideal para tomar una cerveza o comer un delicioso cuscús, especialidad de la casa. 23 rue de la Grange aux Belles
Aux Petits Joueurs
Aux Petits Joueurs es un restaurante situado en el distrito 19, cerca de la campagne de París. Un bistró al puro estilo francés en el que degustar ensaladas con queso de cabra caliente, tablas de quesos variados, pato confitado, tarta tatin o crepes, solo por citar el ABC de la gastronomía francesa. Cada día de la semana -excepto lunes, que está cerrado- el restaurante ofrece un concierto de jazz que va del latin al manouche. Por su escenario desfilan primeras figuras como el guitarrista Adrien Moignard, Sébastien Giniaux o Pierre Manetti, entre muchos otros. Los martes y los miércoles hay jam session, unos artistas invitan a otros y la cosa termina en una auténtica fiesta manouche. 59 rue Mouzaïa
Les Idiots
Microbar muy popular, entre otras cosas, por sus precios asequibles –toda una excepción en la capital francesa- y por sus comidas caseras, frecuentado por bobos -de la expresión francesa bourgeois bohème- y situado en el boulevard Ménilmontant. Ambiente relajado, joven y con mucha, pero que mucha gente. El aforo no es un freno para que cada lunes de 21:00 a 23:30 una de las esquinas del bar acoja músicos manouche para hacer una jazz session, dirigida por el guitarrista Michael Gimenez. 115 boulevard de Ménilmontant
Reserva tu Vueling a París y anímate a conocer la escena de jazz manouche que alberga la ciudad.
Texto de Teresa Vallbona
+ infoDime con quién vas a Berlín
¡Oh, Berlín! ¿Cómo puede ser que sea al mismo tiempo tradicional y moderna, cosmopolita y amable, cool y… barata? Porque una cosa sí que es cierta, en la capital alemana hay planes para todos los bolsillos. Y comida para todos los paladares. Da igual con quién vayas: te lo demostramos a continuación.
Weihenstephaner: comida bávara con tus padres
“¿Cómo?, ¿que nos vamos a Berlín? ¿Y no sería mejor ir a ver a la tía Anselma a Cuenca, hijo?”. Eso te contestaron tus padres cuando les regalaste un vuelo a la capital alemana, temiéndose algo demasiado moderno. Menos mal que conseguiste un hotelito apañado en el Mitte, en pleno centro. El resto estuvo hecho: que si una visita a la isla de los museos, que si un paseo por la siempre animada calle Oranienburger. Comenzaba a anochecer cuando llegasteis al Hackescher Markt y entonces lo viste claro: Weihenstephaner. Este restaurante, de estilo bávaro, de dos pisos interminables, con salones y más salones, mesas de madera y camareros vestidos como se imagina uno que visten los alemanes en sus días de fiesta, era la opción perfecta. Da nombre al restaurante la cerveza que se lleva produciendo en la abadía de Weihenstephan desde el año 1040, por lo menos. Y sí, puedes tomar copas gigantescas de cualquiera de sus variedades, desde las rubias más suaves hasta las tostadas de mayor graduación. Si a esto le sumas platos de cerdo asado en salsa de cerveza oscura con pastel de patata de guarnición – jugosísimo - , o una currywurst sabrosísima ¡de ternera!, entiendes por qué a tu padre se le caen lagrimones. Felicidad absoluta. Y por menos de 20 euros por barba, a no ser que te embales con las cervezas.
Hasir: el kebab original con tu hermanito del alma
Le habías prometido a tu hermano pequeño un viaje si las aprobaba todas - en septiembre, vaaaale, pero bueno -, y va el tío y lo consigue. Le preguntaste dónde quería ir y te dijo sin dudar, “a Berlín”. Su objetivo probablemente sea ir al Berghain Club, seguramente la mejor sala de techno del mundo, pero claro, eso depende del humor que tenga ese día el portero… Hasta que llegue la noche, toca enseñarle la ciudad y, puesto que el chaval aún no conoce mucho mundo, te has propuesto llevarle a Kreuzberg, el barrio turco que hoy ha sido tomado por manadas de modernos. Junto a carnicerías halal hay tiendas de ropa de segunda mano; tiendecitas de productos musulmanes frente a cafeterías bio-orgánicas. En fin, un choque de culturas que le tienen con la boca abierta. Para darle de comer eliges Hasir, todo un clásico de la comida turca, fundado por el tipo que se supone que inventó el doner kebab. El local está decorado con mapas de la península de Anatolia, fotos de clientes y algún motivo turco-kitsch. La comida no decepciona: raciones de tamaño salvaje ideales para tu hermano, que está dando el último estirón.
Street Food Markt Berlin/The Circus: el combo ganador para tu amigo hipster
¿Hay algún destino más hipster que Berlín? Eso pensaste cuando le regalaste dos billetes a tu mejor amigo, ese barbudo que monta en skate, pese a que ya peina canas, y que colecciona juegos de mesa de los 80. “Lo tengo crudo para sorprenderle”, pensaste mientras imprimías tus tickets de Vueling. Menos mal que alguien te dio el soplo de que el segundo fin de semana de cada mes el edificio del KulturBrauerei, en todo el meollo moderno de Prenzlauer Berg acoge un Street Food Market del que mola todo. El carácter germano se deja sentir en un evento perfectamente organizado, con largas mesas de madera para comer, con un DJ, con propuestas tan tentadoras como baos orientales, cocina cubana, pasteles veganos… ¡y sin colas! Todo cien por cien nacido, pensado y ejecutado en food trucks. Para rematar la jugada le llevaste al Katz & Maus Tap Room, el bar del hostal de diseño The Circus: cerveza artesana hecha allí mismo, los barriles y alambiques de metal allí presentes no engañan. ¡Y a buen precio! Música molona que va delindie a los clásicos del rock, en un gran ejemplo de lo que tiene que ser un buen bar de hotel. Lo conseguiste: has dejado a tu amigo tocándose la barba, incapaz de decir una palabra y disfrutando de una deliciosa birra artesana.
Lucky Leek: cómo conquistar a tu novia vegana
De acuerdo, vuestra primera cita fue un desastre. La llevaste a comer hamburguesas y fue cuando pronunció aquellas dos palabras que lo cambiaron todo para siempre: “Soy vegana”. Por eso, lo del viaje a Berlín le hizo levantar una ceja en plan “no voy a comer ni una sola salchicha”. Pero fuiste listo, porque la ciudad alemana es la capital vegetariana de Europa en 2016. Además, apostaste a caballo ganador. Reservaste mesa en Lucky Leek, un restaurante vegano de nivel que está recomendado en la guía Michelin. Su chef, Josita Hartanto, crea magia a partir de verduras y frutas, con platos como su pan de berenjena con seitán y tofu con ensalada de calabacín, o su sopa de tomate con dumplings de vegetales. Piensa en verde… y acertarás.
Texto y fotos de Javier Casto de Gastronomistas
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