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Santiago de Compostela: Patrimonio vivo

Por Adela Nieto Cerrada de callejeandoporelplaneta.com

Santiago de Compostela es una ciudad que enamora al peregrino y enamora al viajero ya que una vez que termina el camino comienzan a despertarse sus calles y plazas llenas de vida. Después de recorrer cientos de kilómetros disfrutando unas veces, y sufriendo otras, por fin podemos descansar en la Plaza del Obradoiro con el deber cumplido tras visitar al apóstol que nos ha estado esperando impaciente en la catedral. Es entonces cuando exhaustos y emocionados descubrimos la ciudad de Santiago que nos abre sus puertas, albergues, restaurantes y comercios escondidos entre callejones, ya podemos comenzar a respirar y a vivir esa mezcla de aire turístico, estudiantil y peregrino.

Santiago de Compostela tiene un gran patrimonio cultural y un más importante patrimonio latente que la convierten en una ciudad única: 

La Plaza del Obradoiro 

Símbolo social e institucional no sólo es el final del camino de Santiago sino que los elementos que la componen representan los diferentes poderes del estado con una combinación arquitectónica admirable. La Catedral, imponente, comenzó a construirse en el siglo XI de estilo románico pero posteriormente se fue ampliando con elementos barrocos, góticos y renacentistas entre los que destaca el Pórtico de la Gloria y el claustro. El Palacio Arzobispal, anexo a la catedral con infinidad de salones, patios y bóvedas es de visita obligada. El Hostal de los Reyes Católicos, antiguo hospicio para peregrinos que poco a poco fue transformándose al igual que el resto de la ciudad, hoy es Parador Nacional de Turismo. Colegio San Xerome, precursor de la actual universidad, fue levantado por el obispo Fonseca para albergar a los estudiantes con menos recursos. El Ayuntamiento, último edificio construido en la plaza para cerrarla definitivamente, es de estilo neoclásico y alberga la Presidencia de la Xunta de Galicia.

La Universidad 

Santiago de Compostela no podría concebirse sin peregrinos ni estudiantes, los unos y los otros han transformado la ciudad hasta convertirla en una parada imprescindible para cualquier viajero. De igual modo la historia de la Universidad va ligada a la historia de Santiago desde que a finales del siglo XV se fundara un pequeño colegio para impartir clases de gramática a los niños con pocos recursos. Esta iniciativa fue prosperando con el paso de los años y ampliando sus instalaciones hasta que en el año 1504 Diego III de Muros consigue una bula papal para poder realizar estudios superiores. Desde entonces, con más de 500 años de historia, la USC es un centro prestigioso en el mundo entero y aparte de su innegable valor académico inunda las calles de estudiantes y tunas.

El Casco Histórico

El laberíntico entramado del centro de Santiago bulle de animación día y noche: callejuelas empedradas, edificios históricos, palacios señoriales, monasterios escondidos, albergues para peregrinos, comercios, restaurantes, lugares de ocio, mercados y mercadillos constituyen el alma de la ciudad que se acuesta de madrugada y se levanta cuando los primeros rayos de sol acarician al apóstol. Perderse por el casco histórico es como viajar en el tiempo, cerramos los ojos y al volver a abrirlos nos damos cuenta de que la vida no ha cambiado durante siglos, recorrer sus calles es una experiencia única donde todos acabamos encontrando nuestro lugar y una rutina bulliciosa se repite día tras día desde la época medieval.

Los Miradores

Santiago se vive paseando por sus calles pero para poder disfrutar de las mejores vistas del centro hay que salir de los muros que limitan el casco histórico y acercarse a alguno de los parques que rodean la ciudad. Al este tenemos el Parque de la Alameda desde cuyos bancos se inmortalizan los mejores atardeceres sobre la catedral, en el oeste el Parque de Belvís, a la altura del Albergue del Seminario Menor, donde se contempla el casco histórico en su máximo esplendor, al sur el monte Gaiás que esconde la colosal Ciudad de la Cultura de Galicia, y en el centro uno de los mejores miradores es la terraza de la facultad de Historia y Geografía que nos asombrará con sus magníficas vistas panorámicas de los alrededores de Santiago.

Los Compostelanos

El casco histórico de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad pero sin duda su verdadero valor reside en sus gentes, santiagueses y santiaguesas que con el paso de los años han llevado la fama de Santiago por todos los rincones del mundo. De origen labriego y dedicados a la vida del campo han evolucionado con los tiempos, abierto comercios, creado negocios, pero siguen siendo gente humilde dedicada a ayudar a los demás sin pedir nada a cambio. Santiago de Compostela a lo largo de los años ha generado importantes hijos ilustres como la gran poetisa Rosalía de Castro, el obispo Fonseca, precursor de la Universidad, o el cirujano Gómez Ulla, Presidente de la Organización Médica Colegial, pero los compostelanos anónimos siguen siendo el verdadero corazón de la ciudad y su mejor patrimonio.

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Santiago de Compostela para niños

Como cada vez son más las familias que llegan a la ciudad del Apóstol Santiago, hemos decidido hacer un post enfocado a descubrir y disfrutar la ciudad en compañía de los más pequeños. Ciudad Patrimonio de la Humanidad, Santiago de Compostela es pequeña y agraciada como una ciudad de fábula. Además es tranquila, segura y muy agradable para pasear. A continuación os desvelamos algunas claves para sacarle el máximo rendimiento.

Casco antiguo: viaje en el tiempo

Lo bueno de la zona histórica de Santiago es que buena parte de ella es peatonal. Este hecho facilita mucho las cosas a los padres ya que no deben tener el sistema de vigilancia conectado permanentemente. Las calles antiguas dan para explicar mil y una historias. En ellas hay infinidad de calles estrechas, casitas y soportales y tiene un pavimento de grandes piedras viejas con las que se puede jugar a no pisar las rayas. En las tranquilas plazas hay mucho espacio para jugar, así como cafeterías con terrazas al aire libre. La Catedral, los antiguos nombres de las calles, o las gárgolas son una fuente inagotable de recursos con los que podemos jugar.

Después de habernos perdidos por el laberinto de calles, un buen ejercicio podría consistir en visitar la Catedral. Este edificio milenario, con sus numerosas esculturas da para muchas historias, empezando por la del apóstol Santiago el Mayor, que se remonta a los tiempos de la muerte de Jesús. ¡Ahí es nada! Os recomendamos que hagáis una visita guiada por sus las cubiertas de piedra (entrada por el Pazo de Xelmírez, Praza do Obradoiro). Desde allí podrás disfrutar de unas excelentes vistas panorámicas de toda la ciudad y sus alrededores. 

Ahora que en televisión están tan de moda los concursos de cocina, seguro que no lo tendremos difícil para llamar la atención de los pequeños para conocer de cerca los ingredientes con los que se cocina en toda la zona compostelana. Para ello no hay nada mejor que hacer un recorrido por el tradicional Mercado de Abastos, abierto todas las mañanas (excepto los domingos y festivos). El Mercado fue construido en el año 1941, aunque el anterior mercado de la ciudad ya hacía 300 años que funcionaba. Esta obra fue importante porque era la primera vez que se les daba techo a los distintos y dispersos mercados existentes en la Compostela de aquel entonces.

Para los niños el parque es un «must»

El parque es un recurso necesario cuando se va con niños. Está muy bien que tengan aproximaciones al mundo de la cultura, en forma de visitas a museos, catedrales o lugares emblemáticos de la ciudad, pero para ellos el viaje es diversión, y que mejor sitio para pasar un buen rato, que el parque. Santiago dispone de unos cuantos para jugar y disfrutar de la naturaleza sin salir de la ciudad. Muchos disponen de áreas de juegos infantiles, columpios, areneros y zonas deportivas. Como el Parque de la Alameda, el más querido por los compostelanos, es muy céntrico. Además es ideal para descansar mientras los niños juegan. Tiene un estanque con patos acostumbrados a dejarse mirar, un interesante palomar, un elegante palco de la música y un curioso banco “acústico” -gran asiento semicircular de piedra por el que se transmite el sonido con toda claridad-, entre otras muchas cosas. En la zona lindante con el Campus Universitario Sur tiene una zona de juegos muy bien acondicionada. Por su parte, el Campus, es muy cómodo para dar pequeños paseos en bici o en triciclo, para patinar, o para hacer deporte. Tiene una buena zona de prado con mucha sombra y variedad de árboles distintos: tuyas, camelias, magnolios, pinos, cedros, enebros, ginkgos... Aunque nuestro favorito fue el Parque de San Domingos de Bonaval, situado sobre la que fue finca del convento de San Domingos, es un parque monumental, misterioso y muy sugerente, con muchas posibilidades: un robledal, un pequeño jardín, grandes áreas de césped e incluso un cementerio desacralizado. Estupendo para tumbarse, correr, merendar y también para hacer fotos panorámicas, porque mira hacia la ciudad histórica y hacia la puesta de sol.

Sin duda, Santiago de Compostela ofrece de todo para disfrutar de las vacaciones en familia. ¿A qué esperas para descubrirlo? Consulta nuestros vuelos aquí.


Texto e imágenes de Santiago de Compostela Turismo

 

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Santiago pura pasión por el dulce

La Semana Santa es una festividad que, entre otras cosas, va acompañada de una larga tradición gastronómica, en la que se cuentan como imprescindibles los dulces y los postres, presentes en múltiples formas por toda la geografía española. Como no podía ser menos, Santiago de Compostela, ciudad de buen comer, cuenta con sus propias versiones, presentes desde en las maravillas creadas por diferentes órdenes religiosas, a las heredadas de la larga tradición chocolatera de la ciudad, o las llegadas desde las américas y que acabarían viajando a Europa a través del Camino de Santiago.

En pos de mantener viva toda esta tradición y para que tanto los locales como los visitantes puedan disfrutarla al máximo, del 7 al 17 de abril tendrá lugar la segunda edición de Santiago Paixón Doce, un evento gastronómico que hará las delicias de los más golosos. Durante todos estos días un total de 29 locales, entre bares, cafeterías y restaurantes, brindarán una carta especial salpicada con los productos tradicionales de la Semana Santa, entre los que destacará la presencia de la repostería. Entre sus protagonistas no faltarán las torrijas, la leche frita, los buñuelos, las rosquillas, los melindres, la rosca, los chocolates ‘de pasión’,  las tartas y otros postres propios de esta época del año. Consulta el listado de los espacios participantes en esta sabrosa experiencia aquí

Ocho delicias de la Semana Santa compostelana

Para los menos conocedores de la tradición gastronómica de la Semana Santa de Santiago de Compostela hemos hecho una selección de esos dulces que no debes olvidar probar en tu visita a la ciudad ¡Toma nota!

1. La concha de Santiago
Este dulce es un auténtico homenaje a la ciudad Santiago de Compostela, en el que uno de sus principales símbolos, la viera, es transformado en una deliciosa figura de chocolate. Entre los muchos establecimientos donde puedes probar la concha de Santiago se encuentra Chocolat Factory, situado en la Praza do Toural.

2. La Tarta de Santiago
La Tarta de Santiago es sin duda alguna el dulce más popular de Santiago, cuyos orígenes se remontarían al siglo XVI. Como no podía ser menos, lo hallarás en todas las reposterías y panaderías de la ciudad, desde Las Colonia, que se cuenta entre las más antiguas, hasta A la Casa Mora, a la que se le atribuye la incorporación como motivo decorativo de la Cruz de Santiago.

3. Chocolate a la taza
Como ya hemos indicado con anterioridad, Santiago es una ciudad con una gran tradición chocolatera. Entre las formas favoritas de consumo está su versión “a la taza”, que puede ir acompañado de churros. Uno de los clásicos donde saborear tan magnífico manjar es en la Chocolatería Metate (Rúa do Preguntoiro, 12).

4. Delicias monacales
En el pasado, las órdenes religiosas fueron las encargadas de hacer llegar a Compostela las tradiciones foráneas, como las recetas de almendras y yemas, que acabarían influyendo en la repostería local, dando lugar a la Tarta de Santiago, o los deliciosos almendrados. En la actualidad dos son los conventos en Santiago donde encontrarás dulces de elaboración propia. El primero de ellos es el Monasterio de Antealtares, donde las benedictinas elaboran almendrados, tartas de Santiago y pastas de té -disponibles todos los días- y postres como el brazo de gitano -bajo encargo-. El segundo es el Convento de Belvís, en el que las dominicas hacen bajo encargo almendrados, mantecados y tarta de Santiago, y venden al punto pastas de té.

5. Tartas de queso y chocolate
Te recomendamos que te dejes caer por Airas Nunes Café donde las tartas y las 'tortiñas' caseras son su especialidad.

6. Variado de pecados
En el Cantón del Toural se encuentra Pecados de Compostela, donde hallarás estas singulares golosinas, envasadas en siete botes equivalentes a los siete pecados capitales, uno para cada día de la semana ¡Atrévete a probarlos!

7. Xacobea
La Xacobea, a pesar de ser muy similar en cuanto a ingredientes a la rosca de Pascua, es un poco menos seca gracias a la presencia de jarabe. Presente en numerosas pastelerías, como Suevia –Estrella, ubicada en varios puntos de la ciudad.  

8. Rosquilla
La roquilla, también conocida como melindre, además de ser típica de las romerías tradicionales de Galicia, también es un clásico de la Semana Santa y la Pascua gallegas, que podrás saborear en multitud de locales de la ciudad compostelana.

Texto y fotos de Turismo de Santiago

 

 

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Sevilla tiene un sabor especial

Por Belén Parra de gastronomistas

Lo del color especial te queda claro nada más verla y en cuanto escuchas ese estribillo que sabes que repetirás sin poder sacártelo ya de encima. Como te ocurrirá con su recuerdo tras dejarla atrás. Sevilla es color, olor y sabor especial. Es embrujo y exaltación. Arte puro. Envolvente y compartido. De ahí el aperitivo, el tapeo y el trago continuo. De la ensaladilla a las papas y del rebujito a la cerveza o el tinto. Sin obviar “la caló”, la siesta entre tanto “pateo”, el bailoteo y esa “grasia” de sus gentes que acabará por arrancarte unas palmas. Sevilla quita el “sentío” y da sentido a la vida. Porque en la capital hispalense el disfrute es casi obligación. Recorremos sus callejas, su monumentalidad, sus preciosos rincones y sus mejores mesas. Con intensidad. Como hay que saborear la escapada e incluso la visita fugaz.

DÓNDE COMER:

Tradevo. Es la gastrotaberna de referencia en la ciudad. Punto de encuentro incluso de cocineros que se reúnen para disfrutar de su oficio. Un reducto para apasionados de la buena cocina. Aúna tradición y evolución en platillos de imponentes raciones, vistosas presentaciones y precios sin competencia. Aun apartado del centro turístico, cuesta encontrar mesa (o taburete) libre. El salmorejo de la casa es una delicia. Como el producto fresco, las frituras y el arroz.

Plaza Pintor Amalio García del Moral, 2.

La Pepona Tapas. Ubicado en el centro urbano, destaca por ensalzar el producto andaluz en recetas que homenajean a todo el territorio. Es de esos pocos locales que sabe valorar el papel potenciador de un buen maridaje. Primacía también de los vinos de la tierra –muy especialmente de los de Jerez- en una bodega con llamativas referencias que pueden servirse tanto en copa como en medias copas para fomentar el consumo y la cultura vinícola.

Javier Lasso de la Vega, 1.

La Fábrica. Es la ‘sucursal’ sevillana de ese templo del tapeo que es Besana Tapas en Utrera, a pocos kilómetros de la capital. Está en el concurrido barrio de la Alameda, epicentro del ocio nocturno y ofrece bocaditos de autor en horario continuado –desde el desayuno a la cena-.

Correduría, 1.

Ena. Es el más nuevo espacio gastronómico del imponente hotel Alfonso XIII. Está asesorado por el chef catalán Carles Abellán, otro enamorado de Sevilla que ha sabido reinterpretar clásicos del recetario andaluz y combinarlos en la carta con algunas de sus ‘greatest tapas’ como las bravas y el bikini trufado. Aparte de ofrecer un emplazamiento inmejorable, el local cuenta con uno de los mejores bartenders del panorama nacional . El cóctel, antes o después del tapeo, es por tanto irrenunciable. No hay que perderse tampoco su sangría ‘sólida’ y sus entretenimientos dulces.

Hotel Alfonso XIII. San Fernando, 2.

La Mojigata. Local sencillo y sin alardes en el que echan verdadero arte a la cocina. Las tapas, que no los aperitivos, cambian a diario en base al producto de mercado y siempre sorprenden por sus contrastes en boca y sus sugerentes presentaciones. Atención también a la bodega, que está a cargo del presidente de la Federación de Sumilleres de Andalucía.

Moratín, 15.

DÓNDE TOMAR UNA COPA:

Eme. Con vistas a la Catedral y a la Giralda, la terraza de este hotel es el place-to-be para impresionar a cualquiera. Ambiente desenfadado en el que hay que cuidar el vestir.

Alemanes, 27.

Inglaterra. Otro hotel que no tiene pérdida en la plaza Nueva. Hay que subir a lo más alto para disfrutar de las vistas y de un buen trago largo. La mejor alternativa para huir del calor y del bullicio urbano en un ambiente relajado.

Plaza Nueva, 7.

Las Casas del Rey de Baeza. Nada mejor que callejear por el centro para dar con este hotel Hospes sito en la plaza de la Redención. Conserva el estilo rústico de las antiguas casas señoriales y proporciona una atmósfera cálida que permite la distensión y el divertimento. Su patio es el mejor lugar para tomarse unos vinos y picotear las deliciosas croquetas del puchero del restaurante Azahar. Como alternativa, la azotea con piscina y barra de cócteles.

Plaza Jesús de la Redención, 2.

Bar Americano. Nos gusta su carta de cócteles y, en concreto, su selección de Cócteles de Cine inspirado en las películas rodadas en Sevilla. Rincón distinguido, reservado y tranquilo que el hotel Alfonso XIII redecoró (para mejor) en su última y ambiciosa reforma. Apto para la conversación relajada copa en mano.

Hotel Alfonso XIII. San Fernando, 2.

DÓNDE ALOJARSE:

Barceló Renacimiento.

Avda. Álvaro Alonso Barba, S/N.

Moderno, funcional y con todo tipo de prestaciones. Un 5 estrellas a la altura de quien busca el todo-en-uno en un mismo hotel. Semejantes instalaciones –piscina al aire libre incluida- explican la extensión de terrenos que ocupa a dos pasos del parque Isla Mágica, el Guadalquivir y La Alameda. Los platos a la carta del desayuno, la wifi gratuita, las amplias habitaciones, los diferentes espacios para el entretenimiento y la reunión, los jardines y la arquitectura del complejo son sus principales atractivos.

DÓNDE DARSE UN CAPRICHO GASTRO:

Un helado de crema sevillana en la heladería artesana La Fiorentina.

Zaragoza, 16.

Un bollo de leche o un buen pan de mantequilla y anchoa en Pan y Più, panadería artesanal con influencias italofrancesas.

Cabeza del Rey Don Pedro.

Unas rosquillas, un pain au chocolat o un pastel de nata en La Dulcería de Manu Jara.

Pureza, 5.

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