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La huella de Miró en Palma de Mallorca

Una de las cosas que más nos llamó la atención de Palma fue la fuerte presencia del arte, y no solo en los centros artísticos. Por doquier hay esculturas diseminadas; así que os recomendamos que estéis atentos ya que por sus calles y parques os podréis topar con obras de artistas de renombre como Chillida (al final de la Rambla), Calder (S’Hort del Rei), u Oppenheim (increíble su “iglesia invertida” situada en la Porta de Santa Catalina).

Pero el Rey, en cuanto a arte se refiere, es sin duda, Joan Miró. Todo el mundo sabe que fue uno de los artistas fundamentales del s. XX. El artista catalán estuvo fuertemente ligado a Palma de Mallorca. En la isla pasó los últimos 27 años de su vida, y de allí procede una tercera parte de su producción artística. Su presencia en Palma es todavía palpable, 34 años después de su desaparición. Y en muchos de los casos nos encontramos con creaciones suyas incluidas en contextos arquitectónicos modernos como Es Baluard, La Fundación Pilar i Joan Miró y el Parc de la Mar. Pasamos un fin de semana en Palma rastreando su huella, y la verdad es que quedamos fascinados con su vasta obra, todavía presente en la capital balear.

Miró: Más de 50K followers al año

Sin duda, la joya de la corona, en cuanto a obra del fantástico autor, es la Fundación Pilar y Joan Miró, por la que pasan al año más de cincuenta mil visitantes. El espacio es un lugar único donde poder percibir la atmósfera creativa de Joan Miró transmitida por su colección, sus talleres y un entorno natural inspirador. Joan Miró también pasará a la historia por sus colaboraciones con arquitectos de altos vuelos, como Josep Lluís Sert. El arquitecto perteneciente a la segunda generación de arquitectos del Movimiento Moderno Catalán, coincidió con él en París durante su exilio tras la Guerra Civil Española. En 1956 Miró se estableció en Mallorca, concretamente en Son Abrines, donde dispuso por primera vez de un magnífico estudio diseñado por su buen amigo Sert. La sede actual de la fundación es obra de Rafael Moneo.

El otro centro donde se puede admirar la obra del genial autor es Es Baluard, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma. Aquí encontrarás obras de los principales artistas y movimientos que han confluido y confluyen en las Islas Baleares desde inicios del siglo XX hasta la actualidad, y los pone en relación con otros contextos artísticos nacionales o internacionales. 

El edificio, diseñado por Lluís García-Ruiz, Jaume García-Ruiz, Vicente Tomás y Ángel Sánchez Cantalejo, está dividido en tres plantas que se relacionan con el exterior, con las murallas y entre sí mediante rampas, claraboyas y grandes balcones interiores, buscando la idea de calle interior. Pero lo que nos llamó la atención fue que los espacios exteriores son concebidos como lugares de exposición y paseo, trazando un espectacular recorrido por el perímetro de la muralla. El gran aljibe se mantiene también como espacio expositivo, a la vez que acoge actos diversos.

En Mallorca Miró se lleva la palma

Pero la presencia de Miró va más allá. En las calles de Palma te puedes topar con tres piezas del maestro de las vanguardias: dos esculturas (una en Avenida Jaume III, cerca del Passeig Mallorca, y la otra ubicada a los pies del Palacio Real de la Almudaina) y un mosaico (Parc del Mar). Además, en el Museo Fundación Juan March podrás admirar dos obras suyas (“Peinture (Femme, Tige, Coeur)” y “Le Perroquet”, ambas del periodo de entreguerras. El Museo es de visita obligada si quieres echarle un pulso al arte contemporáneo español, en un increíble palacio del s. XVII, ubicado en el número 11 de la calle Sant Miquel. Por último, y tan solo a 200 metros se encuentra el Hotel Joan Miró. Se trata del único hotel temático del célebre artista contemporáneo. Las estancias y el resto de espacios están inspirados en su obra. Además alberga 28 originales de Joan Miró expuestos en diferentes ambientes del hotel.

La creatividad se extiende a otras disciplinas

La presencia permanente de arte en la ciudad hace que la creatividad brote por doquier. Incluso en espacios sacros como la Catedral, donde encontramos presencia de artistas modernos y contemporáneos, como Gaudí (baldaquino y púlpito modernistas) y Barceló (Capilla del Santísimo). El diseño es uno de los grandes beneficiados por este impulso creador. Numerosos estudios surgen y se establecen a lo largo del centro histórico. Los hoteles también se suman. Os recomendamos el Nakar Hotel, miembro de la selecta red internacional Design Hotels, ubicado en la Avenida Jaume III (epicentro del shopping de la ciudad), y muy cerca del Pg. Mallorca, zona estratégica por su inmediación con barrio de Santa Catalina. El diseño y conceptualización del interiorismo se debe a la diseñadora mallorquina Marga Rotger, que ha apostado por un estilo racionalista sobrio en líneas y formas. El Hotel destaca también por contar con el Restaurante CUIT en su 8ª planta. Desde allí las vistas de toda Palma de Mallorca son espectaculares. Y además se come de fábula. Su chef Miguel Calent está en plena forma y su apuesta se fundamenta en la tradición gastronómica mallorquina con influencias mediterráneas, con un filtro, eso sí, del todo renovado.

¿A qué esperas para sumergirte en el genial universo de Joan Miró, en Palma de Mallorca? Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto e imágenes de Los Viajes de ISABELYLUIS

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Descubre el esplendor de los parques y palacios de Potsdam

Potsdam, situada al suroeste de Berlín, tiene mucho que mostrar al visitante, como sus espectaculares estudios cinematográficos UFA Studio (conocidos en la actualidad como Studio Babelsberg), que son los más antiguos y de mayor tamaño de Europa, la Torre Einstein, obra del arquitecto Erich Mendelsohn, o su singular barrio holandés. Pero si hay algo por lo que es popular esta ciudad es por la belleza y esplendor de sus parques y palacios, motivo por el cual la mayor parte de ellos se encuentran incluidos entre los lugares del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A continuación os animamos a hacer un recorrido por estas fabulosas joyas, algunas de ellas capaces de competir con el mismísimo Versalles.

El parque de Sanssouci, la joya de la corona

A poco más de media hora en transporte público desde Berlín se halla el parque Sanssouci, donde para muchos se encuentra el que sería el equivalente al Versalles alemán, y que atrae año tras a año a miles de visitantes. Este parque alberga un buen número de jardines y de palacios a cada cual más bello y más sorprendente. El artífice de todo este conjunto fue el rey Federico el Grande, que en su búsqueda de un lugar donde relajarse de la pompa de la corte berlinesa halló este maravilloso paraje en el que mandó construir el que sería su lugar idílico para el descanso. El propio nombre del parque esta toda una declaración de intenciones ya indica al visitante la afición que sentía el monarca por la cultura francesa, pues procede del término francéssans-souci,y que vendría a significarsin preocupaciones.

Entre los principales atractivos de este parque se encuentra el palacio de Sanssouci, edificado entre 1745 y 1747 por el arquitecto Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff. De esta obra cumbre del estilo Rococó cabe destacar la biblioteca, donde no puede faltar la obra de autores franceses como Voltaire, amigo del rey Federico el Grande y por el que sentía gran admiración; la sala de conciertos, delicadamente ornamentada; y la sala de mármol, inspirada en el Panteón de Roma.  

Además de este fabuloso palacio de verano, este parque incluye otros espacios igual de singulares, obra de Federico el Grande y de sus sucesores. Destaca la Casa China (Chinesisches Haus), un pabellón en forma de trébol de inspiración oriental, cultura muy en boga por aquella época; la Orangerie (Orangerieschloss), desde cuyas torres se obtienen unas maravillosas vistas del parque; el Nuevo Palacio de Potsdam (Neues Palais), construido por orden de Federico II el Grande para conmemorar el fin de la Guerra de los Siete Años; o la Pinacoteca (Bildergalerie), con obras de artistas de la talla de Correggio, Rembrandt, Rubens, Anthony van Dyck, o Antoine Watteau.

El Jardín Nuevo de Potsdam

Situado al norte de Potsdam se encuentra el Neuer Garten (Jardín Nuevo) otro gran parque del que destaca la presencia del lago Jungfernsee. De imprescindible visita es el Marmorpalais, lugar de veraneo Federico Guillermo II y cuyo interior dejará fascinado a más de uno por su singular y recargada decoración. También aquí se encuentra Schloss Cecilienhof, un palacio rural de estilo Tudor. Este espacio ha pasado a la historia por ser el lugar de encuentro de la Conferencia de Potsdam en los que serían los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial.

Reapertura del parque y el palacio Babelsberg

Tras siete décadas cerrado, el parque y el palacio Babelsberg se visten de gala para volver a recibir visitas. Con motivo de esta esperada reapertura, del 29 de abril al 15 de octubre tendrá lugar una exposición en homenaje al príncipe de Pückler-Muskau, paisajista y diseñador de jardines y autor, entre otros, de los jardines de este parque. El palacio de Babelsberg será el encargado de acoger dicha exposición. Edificado a partir del 1833 para servir de residencia de veraneo para el futuro emperador Guillermo I y su esposa Augusta, fue diseñado por Karl Friedrich Schinkel, siguiendo la línea del estilo tudor inglés. Por otro lado, este extenso parque fue diseñado Peter Joseph Lenné, y en 1840 el príncipe de Pückler-Muskau se encargaría de culminar la obra dando su exquisito toque a los jardines.

Reserva tu Vueling a Berlín y anímate a conocer las maravillas que alberga la ciudad de Potsdam.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Fotos de Stiftung Preußische Schlösser und Gärten Berlin-Brandenburg

 

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Praga alternativa

Por su legado histórico, esa belleza esculpida con el paso del tiempo, Praga es uno de los destinos turísticos por excelencia. Si cogéis un avión y os plantáis en la capital de la República Checa tenéis que visitar su popular castillo, cruzar el archiconocido Puente de Carlos y tomaros una revigorizarte Pilsner en cualquiera de sus muchas cervecerías. Y cuando hayáis acabado con el prototípico tour para guiris de chancleta y calcetín, lanzaros a descubrir la Praga que los checos se reservan para ellos, esa igual de fascinante a la par que alternativa que os desvelamos a continuación.  

David  Černý
David Černý ha hecho de Praga su inmenso museo particular. Un San Wenceslao con el caballo boca abajo, una fuente que son dos hombres orinando uno frente al otro, Sigmund Freud colgando de un edificio, unos bebés transformados en máquinas... Estas son solo algunas de las obras que el más reputado, a la vez que corrosivo y controvertido artística checo contemporáneo, tiene distribuidas por avenidas, calles y espacios públicos de la capital checa.

DOX
Ocupando un viejo edificio reformado del barrio obrero de Holešovice se halla el DOX. Inaugurado el año 2008, el centro de arte contemporáneo de Praga alberga la mayor colección de obras modernas del país. Una visita obligada para todo amante del arte que os aconsejamos finalicéis con una incursión en la muy recomendable tienda del espacio (aviso: la cafetería tampoco está nada mal).

La Casa Danzante
Originalmente se llamaba Fred y Ginger en honor a la famosa pareja de bailarines, pero ha acabado conociéndose como la «Casa Danzante». En una ciudad que destaca por sus construcciones centenarias sobresale este edificio de formas curvamente fascinantes que Frank Gehry, el arquitecto responsable del Museo Guggenheim de Bilbao, firmó en colaboración con el arquitecto checo-croata Vlado Milunić. 

Malá Strana
El barrio de Malá Strana es el refugio de los habitantes de Praga frente a las riadas de turistas. Un remanso de sosiego y calma en pleno corazón de la ciudad delimitado por sus diversos espacios verdes, del que destaca la Isla de Kampa. Separada del barrio por el canal popularmente conocido como “arroyo del Diablo”, y de belleza bucólica en cualquier época del año, es el lugar ideal para olvidarse de todo disfrutando por un rato de una buena lectura mientras se saborea un café en alguno de los acogedores locales que amagan sus calles.

Náplavka
Al sur del casco antiguo de Praga, en la orilla derecha del río Moldava era el punto de encuentro de los hippies. Ahora se ha convertido en el epicentro hipster de Praga. Zona con una efervescente actividad artística y cultural, el mejor día para darse un paseo es el sábado, cuando, de diez de la mañana a nueve de la noche, acoge el denominado «mercado granjero», feria dedicada a los productores regionales con paradas de alimentos ecológicos, cervezas artesanas y puestos de comida callejera en las que te comerías hasta las servilletas de papel (reciclado, evidentemente).

La Praga Cubista
Cuando pensamos en arte cubismo normalmente lo primero que nos viene a la cabeza son las pinturas firmadas por Pablo Picasso, Georges Braque, Jean Metzinger y Juan Gris. Y si vamos un poco más allá, las esculturas de Alexander Archipenko, Jacques Lipchitz y Henri Laurens, y los experimentos literarios de Guillaume Apollinaire. Sin embargo, casi nunca pensamos en el cubismo aplicado a la arquitectura, expresión que tuvo en Praga una de sus principales capitales gracias al trabajo del trío de arquitectos formado por Josef Chochol, Pavel Janák y Josef Gočár. Podéis disfrutar de varias de sus construcciones en diversos puntos de la ciudad, pero como paradigma del movimiento es imprescindible visitar la casa de la Virgen Negra de Gočár. Situada en la esquina entre la calle Celetná y la plaza Ovocný trh, en pleno corazón de Praga, hoy es la sede del Museo Checo del Cubismo.

SoNa
La revista Wallpaper lo declaró uno de los barrios más molones del mundo mundial. Y sí, SoNa (abreviatura en inglés de South Národní) se merece tal reconocimiento por sus sinuosas calles, sus cafés repletos de gente guay y sus restaurantes exóticos en los que hincarle el diente a especialidades de los más recónditos rincones del planeta. Y si os apetece ir de compras, perdeos por Karoliny Svetle, en la que encontraréis las tiendas de los diseñadores locales más rupturistas.  

Vyšehrad
En una guía alternativa de Praga no podía faltar una cita a Vyšehrad, el otro castillo de la capital checa. En realidad, más que un castillo es una ciudadela en ruinas, pero más allá de lo interesante del lugar, desde Vyšehrad disfrutaréis de algunas de las vistas más privilegiadas de Praga y el río Moldava.

El tour alternativo
Si queréis profundizar en la Praga alternativa la solución os la darán en Prague Alternative Tours. Surcando la cara B de la capital checa (y solo en inglés), os trazararán un recorrido por los muros que exponen el arte callejero más alucinante de la ciudad, os descubrirán los clubes más molones, os abrirán las puertas de las galerías del arte contemporáneo más innovador y os adentraran en centros sociales para conocer a los jovenes creadores locales más prometedores.

Reserva tu Vueling a Praga y anímate a conocer la parte alternativa de la capital checa.

Texto de Oriol Rodríguez

Fotos de Nan Palmero, Marmontel, Jose Mesa, Achim Hepp

 

 

 

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Nueve imprescindibles en Palma de Mallorca

Normalmente cuando hablamos de Mallorca nos limitamos hacerlo de sus excelentes playas y de los paisajes que en ella podemos descubrir, tendiendo a dejar de lado a su ciudad principal, Palma. Esta encantadora localidad portuaria con muchos siglos de historia esconde numerosas maravillas que la convierten en todo unmusten tu visita a la isla. A continuación te damos algunas de las claves que hacen tan seductora esta ciudad.

1. Una catedral llena de sorpresas
Imposible no verla, la catedral de Mallorca sobresale entre todos los edificios de la ciudad. También conocida como La Seu, este monumento de estilo gótico levantino destaca por su elevada estructura –es una de las catedrales góticas más altas de Europa- y por su enorme rosetón, también de los más grandes de la época, y amaga un interior lleno de sorpresas. Por un lado está la huella de Gaudí, que la reorganizó a principios del siglo XX, y en el que incluyó elementos ornamentales modernistas y un baldaquino en el altar inacabado. Además está el sorprendente mural de cerámica de inspiración mediterránea que cubre la Capilla del Santísimo, obra de Miquel Barceló, y que no pasa desapercibido para el visitante.

2. Una lonja con mucho encanto
De parada obligatoria es también este edificio de mediados del siglo XV, obra  de Guillem Sagrera, que en su tiempo ejerció como sede del Colegio de Mercaderes. En la actualidad deslumbra a los visitantes con sus estilizadas columnas helicoidales que finalizan en bóvedas de crucería que a primera vista parecen palmeras. Un espacio absolutamente inspirador capaz de transportarnos a una época en la que Palma jugaba un importante papel comercial.

3. Una ruta por la Mallorca de Miró
La huella de Joan Miró está muy presente en la ciudad que lo acogería los últimos 27 años de su vida. Imprescindible, acercarse hasta la Fundación Pilar y Joan Miró, donde podrás ver la casa y el taller del artista, además de una pequeña parte de su extensísima colección. Y sin alejarte mucho de la zona, en el palacio de Marivent se han abierto recientemente sus jardines en los que se pueden ver doce esculturas del artista.

4. Una buena dosis de arte contemporáneo
El arte contemporáneo en Palma no solo está presente en la figura de Miró. Tienes la opción de acercarte hasta Es Baluard, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma, donde hallarás los principales artistas y movimientos que han confluido y confluyen en las Illes Balears. Otra de los espacios que no debes perderte es el Museo Fundación Juan March, que contiene una interesantísima colección de arte contemporáneo español.

5. Recorriendo el paseo marítimo
Como buena ciudad que vive de cara al mar, Palma cuenta con un extenso paseo marítimo que la recorre por todo lo largo y que regala otra visión de la ciudad – impresiona a su paso ante la catedral- y que además cuenta con espacios de pensados para el ocio y en los que los lugareños se dedican a la práctica del deporte o simplemente al descanso.

6. Gastronomía de lujo
La ciudad de Palma cuenta con una amplia y magnífica oferta gastronómica en la que conviven la tradición local en forma de bares de tapas y restaurantes que trabajan con productos de proximidad, pasando por los que reinventan la gastronomía mallorquina y la llevan un punto más allá, hasta los de cocina internacional. Así pues, no dudes en probar la típica e imprescindible sobrasada o dejarte maravillar por los chefs que se decantan por la vertiente más osada de la gastronomía.

7. Santa Catalina, el barrio “hipster”
En los últimos años, el que fuera el barrio de los pescadores ha ido transformándose y limpiando su cara, hasta convertirse en un atractivo más de la ciudad. Te recomendamos acercarte a última hora del día para disfrutar de su oferta de locales donde reponer energías con una buena cena en un ambiente de lo más cool.

8. Terrazas con vistas
Otra forma de disfrutar de la ciudad es desde algunas de sus azoteas que esconden bares y restaurantes donde degustar un buen ágape con unas vistas de lujo. Es el caso de Nakar Hotel, en el que se puede disfrutar de la excelente oferta gastronómica a cargo del cocinero mallorquín Miquel Calent con unas magníficas vistas de fondo.

9. Un recuerdo en forma de ensaimada
Para qué negarlo, es imposible irse de Mallorca sin una ensaimada entre las manos. Es un hecho que te delata en el aeropuerto de llegada, pero es que a este dulce es imposible resistirse. Rellenas de cabello de ángel, crema, chocolate, y hasta de sobreasada, o sin nada si lo prefieres, son numerosas las pastelerías donde puedes hacerte con este sabroso recuerdo. Entre nuestras favoritas están el Forn Fondo y Horno Santo Cristo.

Reserva tu Vueling a Palma de Mallorca y aventúrate a recorrer sus calles y dejarte llevar por el encanto que emana esta bella ciudad.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Foto de SBA73

 

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