A 30.000 pies por viajeros para viajeros

Resultados

Santiago de Compostela en 10 fotos

¿Sueñas con llevarte a casa las mejores fotos de Santiago? Comprar postales y libros puede que sea la solución más inmediata, pero quien disfrute capturando sus propias imágenes no dudará en emprender esta ruta por la Compostela más fotogénica. Aquí van 10 temas de lo más emblemático.

 

1. Plaza del Obradoiro

Pues sí, reconocemos que es difícil capturar sus 7.700 metros de superficie. Rodeada como está por edificios monumentales, no es fácil lograr una imagen completa de la Praza do Obradoiro. Desde el portal do Colexio de San Xerome, con gran angular, se obtiene la imagen de la Catedral -incluso con el claustro y las torres completas- seguida por el Pazo de Xelmírez, el Hostal dos Reis Católicos de frente y el Paxo de Raxoi a la izquierda. 

 

2. Fachada de la Catedral

El centro de la plaza no es mal punto, como no lo son tampoco los soportales del Pazo de Raxoi, para ‘plantarse’ frente a la Catedral si se dispone de un ojo de pez. Pero si se trata de hacerle fotos ‘de cuerpo entero’ con una lente normal, el secreto consiste en bajar a las escaleras de la rúa de Raxoi, desde donde es visible toda la fachada con las torres. Ideal para retratos de grupo.

 

3. La meta y la emoción

Aunque la belleza monumental intenta acaparar todas las miradas, la Praza do Obradoiro y alredores son los lugares más emocionalmente intensos de todo Santiago de Compostela. La entrada de los peregrinos y la satisfacción por la meta alcanzada son imágenes cotidianas en este privilegiado escenario.

 

4. A vuelo de pájaro

La subida a las cubiertas de la Catedral, a 30 metros de altura sobre la Plaza del Obradoiro, ofrece algunas de las mejores vistas de las plazas que rodean a la Catedral, de la arquitectura misma del templo y de los tejados y chimeneas del casco histórico. Desde la galería de los tapices del claustro -visitable con la entrada de su museo- hay otra buena perspectiva sobre el Obradoiro, por un lado, y sobre el paisaje urbano del sur de la Catedral.

 

5. La fotogenia de la Quintana

La desnudez de la Plaza de la Quintana cobra especial valor con el juego de la luz en la piedra. El mediodía permite fotografiar el granito en toda su dureza. Los atardeceres proyectan la sombra de los pináculos y el cimborrio de la Catedral sobre el muro del Convento de Antealtares. Y la iluminación nocturna convierte la superficie en un medio casi acuático, como una silenciosa pecera. Además también se pueden hacer buenas fotos desde los soportales de la Casa da Conga.

 

6. Un pequeño teatrillo

Recogida y abigarrada, la Plaza de las Platerías y sus escaleras permiten estupendas instantáneas de grupo todo el día, gracias a la orientación sur del portal. Los caballos de su fuente, en contrapicado, pueden casi besar la Torre del Reloj. Para fotografiar toda la plaza, habrá que retroceder hasta el emboque de la rúa do Vilar y, con un gran angular, usar las torres como marco. La luz nocturna otorga un especial relieve a la Casa del Cabildo y a la torre escalonada del claustro vistas desde la puerta del templo.

 

7. Rúas y torres

Las rúas de la zona monumental son ricos exponentes de una arquitectura típicamente gallega. En sus tramos medios y altos la rúa do Franco deja fotografiar la Torre de las Campanas. En la rúa do Vilar -a la altura del café Airas Nunes- puede obtenerse la clásica vista de los soportales y las fachadas nobles con la Torre del Reloj al fondo. Y su paralela, la rúa Nova, ofrece la estampa de sus casas porticadas custodiando la torre de la Iglesia de Santa María Salomé.

 

8. Al rico mercado

De regreso a la almendra histórica, el Mercado de Abastos, especialmente a primera hora de la mañana, bulle en actividad y ofrece momentos, gentes e infinidad de delicias gastronómicas para retratar en detalle. Entre el verde de grelos y pimientos, el naranja de las nécoras y el azul de los bogavantes, el resultado son imágenes casi aromáticas.

 

9. Un parque con vistas

Por la Porta do Camiño, pasando entre el CGAC y el Convento de Bonaval, se llega al parque de Bonaval. Álvaro Siza e Isabel Aguire trazaron en él una sucesión de plataformas y terrazas que son todo un lujo para las fotografías. En ellas aparecerán la sombra de los árboles, las ruinas de antiguas dependencias monacales, el manantial, el antiguo cementerio con el ciprés solitario... Por las tardes tiene una luz mágica y deja ver la zona monumental en un vistoso contraluz. Su mejor época es el otoño, cuando los follajes amarillos, rojos y marrones dominan el paisaje y las ramas comienzan a desnudarse para descubrir, a lo lejos, las torres y las poderosas chimeneas entre los tejados. Vistas extraordinarias de la ciudad histórica desde su carballeira y desde la vecina rúa de Bonaval, que por las tardes refleja los rayos de sol como pocas.

 

10. Pasarela hacia la ciudad histórica

Adentrándose en la avenida de Xoán XXIII hasta la altura de su atracadero de transporte, se puede obtener una imagen de contraste entre la traza contemporánea de la larga marquesina de acero y la fachada trasera del Convento de San Francisco. La pérgola decrece a medida que se acerca a la zona monumental, creando un efecto óptico de ‘entrada’ en la ciudad histórica.

 

¿Cuánto tiempo vas a dejar para disfrutar de tan bello escenario? Vamos, deja espacio en la memoria de tu móvil y ve a preparar el equipaje. Consulta nuestros vuelos aquí.

 

Texto e imágenes: Santiago de Compostela Turismo

+ info

Gran Canaria la gran evasión del Atlántico

Los días libres son una grata sorpresa que nos depara el calendario y no hay mejor manera de aprovecharlos que subir a un avión y viajar hasta un destino turístico fresco, divertido y cercano. Ese lugar es Gran Canaria, un torbellino de sensaciones a medio camino de Europa, África y América.

Gran Canaria está a sólo un par de horas de vuelo de la Península Ibérica. Así que llegar hasta allí es sumamente fácil. Un desplazamiento cómodo y sin escalas te llevará a este territorio diverso que brotó hace millones de años de volcanes sumergidos en el fondo del Atlántico.

Una de las ventajas de escoger Gran Canaria como refugio para acabar con la monotonía es, sin duda, su sol de invierno. La Isla mantiene una temperatura media constante de 24 grados durante todo el año, lo que permite disfrutar al máximo de los días en Las Canteras, Maspalomas, Playa del Inglés o el Puerto de Mogán, algunas de sus más conocidas y famosas playas.

El litoral grancanario es el escenario perfecto para liberar energía practicando deportes acuáticos, pero si lo que prefieres es hacer una incursión por el interior, no debes dejar escapar la oportunidad de visitar los pueblos de Teror, Agüimes, Tejeda y Artenara; o lugares tan sorprendentes como el Barranco de Guayadeque, un antiguo asentamiento prehispánico que destaca hoy por sus acogedoras y llamativas casas-cueva.

En un viaje a Gran Canaria no debe faltar una visita a la cumbre de la Isla, el espacio central de la Reserva de la Biosfera en el que se levantan los roques Nublo y Bentayga. Prepara tu cámara fotográfica. Además, desde allí sentirás que literalmente has llegado al cielo cuando un fenómeno meteorológico conocido comomar de nubesponga el mundo a tus pies como si fueras protagonista de un cuadro en el que escarpadas montañas y profundos barrancos ofrecen paisajes para el recuerdo. 

La costa norte de Gran Canaria alberga rincones imperdibles como el Puerto de Las Nieves o el Valle de Agaete, frondoso jardín de frutas tropicales y lugar en el que se cultiva el único café hecho en Europa; Gáldar te espera con la majestuosidad de su Cueva Pintada, el más importante de los yacimientos aborígenes canarios; Arucas es la  sede del Ron Arehucas, una señera bebida que ha amenizado los festejos de varias generaciones de canarios.

Hay que conocer Las Palmas de Gran Canaria, una capital abierta y colmada de ofertas culturales. El barrio de Vegueta es el corazón histórico de la ciudad y merece la pena adentrarse en su zona más monumental para ver de cerca la Catedral de Santa Ana, el Museo Canario, el Centro Atlántico de Arte Moderno o la Casa de Colón, un bello enclave en el que el navegante genovés hizo escala camino del Descubrimiento de América que ilustra las relaciones entre Canarias y el Nuevo Continente.

Si deseas pasar una intensa jornada de compras a precios más que competitivos, la Calle Mayor de Triana es el sitio perfecto para ello. Grandes firmas nacionales e internacionales y prestigiosas marcas locales cuentan con establecimientos en esta área comercial que te alegrará la vista en tu paseo por la capital con sus pintorescos edificios de diferentes estilos arquitectónicos.

Gran Canaria es una isla viva. Un destino turístico para disfrutar en la calle de sus mercadillos y puestos artesanales, y también de los eventos programados durante todo el año. Durante el último cuatrimestre de 2016  se celebrarán acontecimientos esperados como la salida de la regata ARC, el festival de fotografía submarina de Las Palmas de Gran Canaria, el Belén de arena de la playa de Las Canteras o el Gran Canaria Walking Festival, un gran encuentro para los amantes del senderismo que ha confeccionado para su quinta edición nuevas rutas y un itinerario nocturno para contemplar las estrellas en la Cumbre de Tejeda.

Todas esas propuestas convierten a la Isla en un destino único para disfrutar de un puente o unas cálidas vacaciones de otoño o invierno. En Gran Canaria el tiempo siempre se hace corto y hay muchos planes para disfrutar por delante.  

¿A qué esperas para vivirlo en primera persona? Consulta nuestros vuelos aquí.

Imágenes de Patronato Turismo Gran Canaria

+ info

Reikiavik una pequeña gran ciudad I

La primera parte de este post la centraremos en el contexto de una escena musical tan rica como la de la capital islandesa. Veremos como es esta ciudad encantadora, llena de contrastes, y acogedora para el visitante.

En cierta manera, visitar Reikiavik no supone visitar Islandia, sino descubrir su cara más abierta al mundo, la más cercana y amigable, la que nos permite sentirnos cómodos estando a miles de kilómetros de casa. Porque una vez abandonadas las acogedoras calles del centro de la capital islandesa, que es la ciudad más poblada de toda la isla (unos 130.000 habitantes -215.000 sumando la periferia- de un total de 335.000 personas en todo el país), las distancias entre edificaciones va creciendo exponencialmente, distribuyéndose la población como si estuviésemos en Estados Unidos. Aunque si algo manda más allá de los límites de Reikiavik es la naturaleza, pero esa es otra historia de la que ya hablaremos en otra ocasión.

Aunque las frías temperaturas invernales no permiten el turismo que nos gustaría a los mediterráneos, visitar Reikiavik durante primavera, verano y principios de otoño puede ser una experiencia fantástica. A principios de octubre las temperaturas en la ciudad resultan todavía muy aptas para visitantes españoles, con temperaturas entre los diez grados como máxima y los dos como mínima. Vamos, frío, pero todavía soportable. Por ello, y por las horas de luz, apetece pasear caminando arriba y abajo por la calle, echando un vistazo a las tiendas que se suceden una tras otra en el centro de la ciudad. Establecimientos de artesanía, tiendas de ropa de lo más diverso (se recomienda visitar las que venden jerséis de coloridas cenefas hechos a mano), restaurantes, bares musicales, galerías de arte e incluso tiendas de discos, se van alternando hasta convertir el centro en un núcleo comercial importante, pero muy alejado de la locura de los centros de las grandes urbes europeas. En Reikiavik todo el mundo piensa con la cabeza, pero también con el corazón. Las tiendas buscan su propia personalidad, su trato es cercano y no vamos a encontrarnos con hilos musicales atronadores, colas masivas o campañas invasivas que nos corten la respiración. También podremos pararnos a comer, desde comida local de sabores fuertes a pizzas de estilo italiano como las de Primo Ristorante, pasando por apetitosas sopas de estilo nórdico y eslavo de carne –no dejes de ir a Svarta Kaffi, en Laugavegur 54, donde las sopas las ofrecen dentro de un pan -o los populares perritos calientes de Bæjarins Beztu Pylsur (Tryggvagata 1), el puesto callejero en el que según George Clinton se hacen los mejores hot dogs del mundo. Y no se preocupen por el servicio. Al margen de que nos podamos encontrarnos con gente de diversas nacionalidades (entre ellos bastantes españoles), los islandeses son de trato agradable, pero discreto. Ah, y tampoco se sorprendan si los camareros o camareras que les sirven son muy jóvenes para el estándar español. Si alguna vez fue cierto aquello de que el trabajo ennoblece, en Islandia parecen aprenderlo antes que en otros países europeos.

De todas formas, que nadie se preocupe, porque si caminar no apetece, Reikiavik cuenta con diversas líneas de autobuses que nos ayudarán a movernos por el casco urbano y las inmediaciones.

Un verdadero viaje a Islandia debe empezar con las calles de la capital y extenderse luego sin excusa posible a lo largo y ancho de una de las islas más preciosas del mundo para los amantes de la calma, lo mágico y la naturaleza más atractiva. En la ciudad los colores de los edificios se combinan, permitiéndose libertad suficiente como para que un edificio tenga sus paredes azules y el contiguo prefiera un blanco señorial marcado por el paso de los años; en la naturaleza, el blanco de la nieve y el hielo, el verde brillante de la vegetación, el marrón y el gris volcánicos y los mil y un matices de las aguas que fluyen libres se combinan para crear una paleta de colores que no hace sino subrayar la majestuosidad de una naturaleza que los islandeses siempre han defendido desde lo más profundo de sus corazones.

Ahora bien, eso no significa que, por estar en la capital, debamos darle la espalda a las oportunidades de acercarnos a la Islandia más libre y salvaje. Sin ir más lejos, en el puerto de la ciudad hay infinidad de propuestas que nos invitan a embarcarnos durante tres o cinco horas para poder ver a diversos tipos de cetáceos nadar en total libertad en las frías aguas árticas, ballenas de tamaños distintos o variedades inimaginables de delfines. Eso sí, que nadie se lleve un chasco. Los animales no están ahí esperándonos, con lo que la suerte de encontrarse con ellos o el riesgo de que nuestro viaje sea infructuoso están en manos de la madre Gaia. De ahí que quizás la excursión que nos brindará mejores resultados será la de visitar las zonas en las que los frailecillos atlánticos, conocidos en Islandia como puffins, anidan y desarrollan su vida. Se calcula que hay entre ocho y diez millones en todo el territorio.

Pero hay mucho más que hacer en una ciudad como Reikiavik. Podrían ustedes ver las fantásticas auroras boreales (si tienen suerte coincidirán con una de las marcadas ocasiones en las que la ciudad apaga sus luces para que todo el mundo pueda disfrutar de esa maravilla de la naturaleza), visitar la Hallgrímskirkja Church, de colores grises en su exterior, pero de formas e interiores sorprendentes, o sumergirse en las aguas calientes de los diversos baños termales tanto dentro como fuera de la ciudad.

En la siguiente parte pasaremos a desgranar la que es una de las escenas musicales más prolíficas e interesantes del planeta. ¿A qué esperas para descubrir la capital más al norte del mundo? Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto de Joan S. Luna (Mondo Sonoro)

Imágenes de Los Viajes de ISABELYLUIS

+ info

Un viaje muy natural: Asturias, de reserva en reserva

Si algo impacta a simple vista en Asturias es la belleza de su paisaje, la fuerza de su naturaleza. Asturias es, por encima de todo, naturaleza en estado puro, y con una fuerte y arraigada conciencia de conservación del medio ambiente, que la convierte en abanderada y pionera en las tendencias conservacionistas del medio natural. Por esta razón la naturaleza asturiana está protegida en un tercio de su superficie bajo alguna figura jurídica encaminada a la conservación, y ello hace que sea un verdadero Paraíso natural, tal como reza su eslogan que este año cumple treinta años.

Asturias es un gran parque natural al aire libre, único en el mundo. No en vano cuenta con 6 Reservas de la Biosfera, declaradas por la UNESCO, lo que hace de ella un territorio privilegiado a nivel internacional en cuanto a espacios naturales se refiere, esos espacios que podemos aprovechar para recorrer y disfrutar en el tiempo de ocio.

El Parque Nacional de los Picos de Europa, enclavado en la Cordillera Cantábrica. Su vasta extensión comprende los territorios de Amieva, Cangas de Onís, Onís, Cabrales, Peñamellera Alta y Baja. Su singularidad, belleza e interés paisajístico, natural y geológico han hecho que este espacio pasara a declararse, en 1995, Parque Nacional de los Picos de Europa, acogiendo en su región occidental al que fuera el primer Parque Nacional de España, el de la Montaña de Covadonga, por su Majestad Don Alfonso XIII, en 1918. En definitiva, los Picos de Europa presentan la mayor formación caliza de la Europa Atlántica, con importantes procesos kársticos - forma de relieve originada por meteorización química de determinadas rocas, como la caliza, dolomía, yeso, etc., compuestas por minerales solubles en agua-, simas que llegan a más de 1.000 m, erosión glaciar muy patente y presencia de lagos. Entre sus riscos habita el rebeco, en los tupidos bosques los corzos, lobos así como la presencia ocasional de algún oso. En el Parque habitan más de 100 especies de aves, entre las que destacan el pito negro y el urogallo, y entre las grandes rapaces el buitre leonado y el águila real. Pero aquí hay mucho más que paisaje, hay siglos de historia escritos en los pueblos, en los valles, en las iglesias, en las cabañas de los puertos y en sus caminos.

El Parque Natural de Somiedo, es un claro ejemplo de convivencia de cómo el hombre ha sabido comprender a la naturaleza manteniéndola apenas sin modificar a lo largo de los siglos. De su paisaje destaca la belleza de los lagos, su accidentada orografía con desniveles que alcanzan los 2.200 m, sus formaciones kárstica y sus brañas con fértiles pastizales donde se pueden contemplar, no sin dificultad, las famosas “cabanas” de teito de escoba -cabañas de piedra y techumbre de escobas y piornos-, utilizadas por los vaqueiros de alzada, y los ganaderos de montaña como refugio.

El Parque Natural de Redes, demuestra su riqueza ambiental en multitud de paisajes, desde formaciones de origen glaciar como morrenas o circos, a amplios campos de pasto, montes y frondosas masas boscosas. De hecho, Redes cuenta con una superficie arbolada que ocupa el 40% del territorio aunque también destacan cumbres como el Pico Torres, el Retriñón, la Peña del Viento o el Tiatordos. Pero si algo destacaríamos en Redes son sus impresionantes vegas aisladas por contrafuertes montañosos, sus desfiladeros y sus formaciones boscosas en las que predomina el haya y el roble albar.

El Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, ubicado en la zona meridional y central de Asturias, cuenta con una incalculable riqueza natural y cultural. Comprende un territorio de montaña con relieve de pronunciados contrastes, del que se alza, cerca del límite con tierras leonesas, el macizo de Peña Ubiña, la segunda montaña más alta de la región tras los Picos de Europa, con altitudes superiores a los 2.400 metros. Situado en el sector más meridional y central de Asturias, el parque integra los terrenos de los concejos de Lena, Quirós y Teverga incluidos en la Reserva Regional de Caza de Somiedo.

La Reserva Natural Integral de Muniellos, enclavada dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea y del Ibias. Muniellos es un territorio muy poco poblado, con una de las densidades demográficas más bajas de Asturias. Sus tres valles: Muniellos, La Viliella y Valdebois constituyen el mayor robledal de España y uno de los mejor conservados de Europa. Siempre cambiante, es ejemplo claro del paraíso asturiano en todas las épocas del año. Robles de distintas especies y de hasta seis metros de diámetro, hayedos y abedules que se ven salpicados por la continua presencia de acebos y tejos, reyes perennes del otoño de Muniellos. La ascensión a sus lagunas conforman uno de los recorridos de máximo interés entre los amantes del senderismo.

Comarca Oscos-Eo, donde el río Eo tiene aquí un gran protagonismo, creador de paisaje y articulador de territorio. Un territorio de playas, acantilados, bosques y una enorme riqueza etnográfica, un paisaje que ha sufrido a lo largo de los siglos las consecuencias del aislamiento secular, pero que ha sido capaz de aprovecharse de la oportunidad de desarrollar proyectos de sostenibilidad y turismo rural en los que prima la conservación del patrimonio.

Asturias, de Reserva de la Biosfera en Reserva de la Biosfera, puede ser una magnífica opción para un descanso vacacional, y aprovechando las visitas a esta desbordante naturaleza, podemos practicar decenas de actividades al aire libre: Descensos en canoa, rutas a caballo o en BTT, espeleología, descenso de barrancos o senderismo, siendo éstas solo alguna de las maneras de sumergirse en el Paraíso.

¿A qué esperas para descubrir este paraíso terrenal? Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto e imágenes de Turismo Asturias

+ info